22. Mucho que procesar.

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Narra Irisa.

Todo quedó en silencio después de contar mi parte de la historia.

Nadie hablaba, todos estaban sorprendidos, en especial Julien. Él se levantó de su asiento con lentitud y dio unos pasos hasta quedar frente a mi.

Alce la mirada, viendo de cerca lo tensas que tenia las facciones en su rostro.

—Herma...—Dejé la frase incompleta cuando me atrajo a sus brazos, sosteniéndome y probablemente no queriendo soltarme.

Sentía como su cuerpo temblaba, sabía lo que significaba. Respondí a su abrazo mientras susurraba disculpas y las lágrimas volvían a fluir. Podía escuchar vagamente como él se disculpaba también por no haberse dado cuenta antes, yo negaba y lo abrazaba mas fuerte. Sus sollozos era inútilmente acallados cuando se intentaba aferrar mas a mi.

—Perdón por haberte hecho pensar que fue tu culpa.—Susurré en medio de mi llanto.—Perdón por ser tan débil, perdón por solo bajar la cabeza y quedarme callada, perdón...

—Tu no tienes la culpa.—Julien, rompiendo nuestro abrazo llevó sus manos a mis mejillas y me sonrió tiernamente en medio de lagrimas.

—De hecho, la tiene.—Comentó Judith tomándonos por sorpresa a mi hermano y a mi y paralizándome.

—Eh... Judith...

—¿A que te refieres?—Quiso saber mi hermano cuando este secó sus lagrimas.

—No me malinterpreten y me hagan ver la mala.—Dijo alzando las manos en señal de rendición y tras un largo suspiro de su parte continuó:—Solo me estoy basando en lo que dicen y lo estoy viendo de una manera fría. Irisa, suprimiste por tanto tiempo tu poder que tienes una especie de alterego que te obliga a dejar salir tu poder... Fuiste realmente afortunada.

¿Q-qué?

—¿Afortunada? ¿Afortunada de tener una contra parte que solo piensa en destruir todo?—Antes de que pudiera detener a mi hermano, él se acercó a Judith pretendiendo enfrentarla.—¿Eso es tener suerte? Vivir siglos aterrada de esa parte que lucha por salir.

—Déjame corregirlo, el afortunado haz sido tú.—Respondió de regreso sin intimidarse de su presencia.—De que ella aun esté con vida.

Su comentario heló mi sangre aun mas.

—¿De qué estas hablando?—Le interrogó Jack, sosteniendo mis brazos al darse cuenta que observaba la acalorada conversación completamente en shock, incapaz de decir algo.

—Suprimir emociones te lastima, dicen las personas. Con los espíritus es un poco mas radical.—Desvió la mirada hacia la puerta de la habitación donde dormía.—Sus cuerpos se deterioran hasta dejar de existir... Irisa, se que es duro para ti y perdón por mi forma tan ruda de hablar, pero mientras mas pronto aceptes que tienes que usar tu poder, correrás menos riesgo.

—¿Haz perdido la cabeza? Eso sería peligroso.

—Intenta pensar con la cabeza fría Julien, tal como lo haz intentado pretender todo este tiempo.—Judith quitó su mascara y le dedicó una de las miradas mas duras que he visto en mi existencia a Julien.—No pueden escapar toda la maldita existencia, créeme, no queda mucho tiempo para que ella llegue a su limite y si no quieres que desaparezca o que ese alterego tome por completo el control y destruya a todo y a todos tienes que dejarla avanzar por su cuenta o avanzar los dos juntos, pero no se queden malditamente estancados.

—Eso no...—Puse una mano en el hombro de Julien, él dejó e hablar para voltear a mirarme.

Estaba temblando, todo mi ser tenía miedo en estos momentos, pero sabía que las palabras de Judith eran verdad y que no podíamos huir toda la eternidad, en algún momento tendremos que enfrentar a Madre... Tendría que dejar todo este temor a un lado para aprender a controlar este poder.. Y usarlo contra ella como ultimo recurso.

—Son muchas cosas que procesar en un solo día.—Comentó Jack con una mano en su nuca, intentando aligerar el ambiente.

—Judith tiene razón.—Admití en voz baja, alcé la mirada hacia ella, que miraba a la espera de una respuesta.—Por favor, enséñame a controlar mi poder.

Ella cerró los ojos unos segundos y asintió.

—Comenzamos mañana.

Y salió de la cabaña colocándose su mascara.


Life ||Jack Frost Y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora