15. Las apariencias engañan

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 Narra Julien.

Sigue sonriendo, no quiero que nunca dejes de sonreír.

Ries mientras intentas cubrirte de la nieve, esos pequeños se ganaron tu confianza en solo unos minutos, tienen un buen corazón.

El solo pensar que Madre sabe de nuestro paradero me aterra, no quiero que corras peligro, sé que los guardianes y Judith estarán ahí para protegerte.

No permitiré que dejes de sonreír.

Escucho algo cerca de donde me encontraba, frunzo el ceño. Haciendo el menor ruido posible me acerco al origen de aquel sonido.

Era ella, sin su máscara puesta, sonriendo mientras acariciaba el pelaje blanco de un pequeño conejo de ojos rojos... Se veía... Alegre, sin preocupaciones... Se veía... Muy linda.

Aquel roedor se dio cuenta de mi presencia y saltó, huyendo del lugar, y en menos en un par de segundos ella me apuntaba con una katana y su rostro había sido cubierto de nuevo.

—Sólo eres tú.—Dijo, al parecer molesta, bajando el arma de su mano.

—Lamento haberlos asustado.—Me disculpo, observando cada uno de sus pasos

  — Ya no importa.

Silencio.

— Yo... ¿Puedo hacerte una pregunta? 

— Ya la hiciste, niño listo.—Una sonrisa de lado se alojó en su rostro.— Adelante, tengo que volver a vigilar a Irisa, no me fío del todo de ese canoso.    

Al principio yo tampoco.

  — ¿Quien te mandó a protegernos?— Al terminar mi pregunta ella se sobresaltó y su cuerpo quedó paralizado por unos segundos.

  — ¿Por qué tanto interés? ¿No te basta con saber que alguien bueno se preocupa por ustedes y me mandó a mi para cuidar que nos les pase nada?—De nuevo se escuchaba molesta.

  — La persona con la crecí y en la que mas confié ahora nos da caza a mí y a mi hermana, dispuesta a matarnos con tal de conseguir lo que quiere. Es normal para mi desconfiar de todo mundo.— Me encogí de hombros y sonreí un poco.

  — ... Bien.— Me sorprendí un poco al escuchar su respuesta.— Te diré el nombre de la persona que me mandó con ustedes... Pero, sólo lo haré si logras derrotarme en una batalla de espadas.

Pelear con ella... A cambio de la información que quiero.

  — ¿Qué decides? 

  — ¿Cual arma escoges?— Fue mi respuesta.

**

— Eres bueno, niño bonito.— Bloqueé su ataque con la espada que ella me había dado.

Simple, un duelo de espadas, quien quedara desarmado sería el perdedor. Ella era una espadachín muy ágil y veloz, me costaba esquivar sus ataques, tenía la gracia de una gacela. Sería difícil derrotarla pero aún así necesito información, información que ella me puede dar, por lo que, necesitaba una estrategia.

Sin saber como, sus ataques se volvieron mas rápidos. Poco a poco retrocedía, hasta que mi espalda chocó contra el tronco de un árbol.

Esta es mi oportunidad.

Sujeté la mano que tenía su espada y la aparte, me giré y la acorralé contra el árbol, con la hoja de mi espada en su cuello.

Nuestros rostros a una distancia casi nula.

Su pecho subía y bajaba con rapidez.

  — Creo que este juego terminó.— Logré articular.

Life ||Jack Frost Y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora