Life ||Jack Frost Y Tú||

11. Los gemelos Yin y Yang (Parte 2)

Narra Irisa.

Estoy... cansada. Me duele el cuerpo, me es difícil moverme y me encuentro en medio de un mar de oscuridad.

  — Está despertando.— Escuché la voz de Julien.

¿Es por eso que había tanta oscuridad? ¿Estaba dormida?

Intente abrir los ojos, ¡Pero era muy difícil! Mis párpados pesaban mucho y cuando pude abrirlos tuve que cerrarlos de inmediato por la luz que me molestaba. Lo intenté de nuevo, esta vez la luz no me incómodo tanto y logré ver a mi alrededor.

Estaba en una habitación, sobre una cama muy blandita, y todos los guardianes estaban aquí, mirándome, parecían preocupados, ¿Por qué?

Como un flash, llegaron a mi mente el momento de la explosión, la aparición de Madre en el taller de Santa Claus, el hombre extraño de ojos amarillos... Los chicos en problemas.

Me levanté rápidamente, pero hermano me detuvo sujetándome de los hombros. Al instante hice una mueca al sentir dolor en todo mi cuerpo.

  — No te levantes tan de repente, te excediste usando el cetro y estas exhausta.— Dijo volviéndome a recostar.

 — Ahora que hablan de eso...— Tragué saliva al escuchar la voz tan seria de Santa Claus.— ¿Podrían explicarnos que fue lo que pasó? 

  — Antes que nada, quiero aclarar que le prohibí a Irisa contarles esto, porque no confiaba en ustedes.— Sonreí nerviosa hacía los guardianes, disculpándome.

Eso era cierto, Julien siempre me decía que no debemos mostrar nuestro poder, que era peligroso.

 — Que directo.— Comentó Aster.

— Soy sincero.— Dijo hermano sonriendo un poco, Aster le devolvió la sonrisa. Creo que si Julien pasa tiempo con él y lo conociera se podrían hacer buenos amigos.— Nuestros tatuajes son una marca que ya teníamos cuando nos crearon, representan lo que somos.

— El Yin y el Yang.— Respondió Aster con cara seria.

Ellos lo sabían...   

  — Yin y Yang, buena y mala suerte, ataque y defensa, vida y muerte, como quieran decirlo.— Julien cruzó miradas conmigo y entrelazó nuestras manos.— Por eso Madre nos quiere, quiere sus poderes de vuelta.

— ¿Poderes de vuelta? ¿Ellas se los dio?— Preguntó Tooth mirando a los demás guardianes.

Santa, es decir, Norte, frunció el entrecejo.

— ¿Quien es ella?

— Catrine Death Life, la reina muerte.— Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al escuchar su nombre, Julien sujetó mi mano con mas fuerza y siguió hablando:— No quería cargar con la responsabilidad de la vida y la muerte, así que creó a dos hermanos que se encargarían de su labor por ella. A uno le dio el poder de escoger la vida y a otro la muerte, conforme los niños crecían sus poderes evolucionaban y los poderes de ella desaparecían, convirtiéndola en un alma que solo vaga en el mundo. Ideó un plan para qué, a una cierta edad, tomará sus poderes de vuelta y convirtiera a sus "hijos" en seres mortales... Pero sus poderes ya no le pertenecían, habían cambiado de portador, y la única forma de recuperarlos era extrayendo su esencia... En otras palabras...

  — Asesinándonos.— Susurro, completando la frase.— Es por ese motivo que Madre nos está buscando.

—Y para conseguir su objetivo se alió con Pitch Black.—Agregó Jack con el ceño fruncido también.—Eso explicaría porque nos atacaron esas pesadillas hace un par de días.

Después de eso, todo se redujo a un silencio incómodo. El dolor en mi cuerpo había disminuido y me había incorporado apoyándome en el pecho de Julien, quién me abrazada, tranquilizádome.

¿Que va a pasar ahora? Por la cara de Aster supe que las cosas no estaban bien, mi hermano y yo somos conscientes de que estuvo mal ocultar la verdad, pero no podíamos arriesgarnos. Ahora... ¿Huiríamos de nuevo? ¿Los guardianes estarían de acuerdo con que escapáramos?

  —¿Que va a pasar?— Pienso en voz alta, mirando a mi hermano.

— Los protegeremos.— Dijo Jack con una sonrisa tranquilizadora.— Vencimos a Pitch Black una vez, conocemos sus alcances y estoy seguro que volveremos a derrotarlo.

— Es por eso que somos guardianes, ¿No?— Preguntó Aster cruzado de brazos y con una sonrisa desafiante.— El cerebro de iceberg tiene razón, no se preocupen.

—Yo también te quiero, cangurito.—Jack se apoyó en su cayado y rodó los ojos.

Reí por lo bajo, me gustaban sus bromas y, aunque no quisieran admitirlo ellos eran muy buenos amigos.

**

Por segunda vez en el día, tropecé con la tela de mi vestido y caí, raspando un poco mi cara.

—Auch.—Dije acariciando mi frente con el dorso de mi mano.

—¿Estás bien?—Preguntó Jack ayudando a levantarme.

—Si, gracias por ayudarme.—Le agradecí con una sonrisa.—Normalmente sólo me tropiezo una vez al día je, je.—Reí nerviosa, sintiendo mis mejillas enrojecer.

—Parece que tienes un poco de mala suerte.—Me devolvió la sonrisa y caminó a mi lado por el taller.

Se escuchó una explosión en la sala de los guardianes.

¡Hermano!

Sin pensarlo dos veces corrí hacia la sala del taller, ignorando los gritos de Jack.

Perdón, perdón, perdón por no actualizar, he estado muy ocupada. A pesar de las vacaciones he estado atareada con reuniones familiares y un bendito ensayo que tengo que entregar la semana que viene y que no he ni comenzado.

Perdonen si no les digo cuando será la próxima actualización, ya que ni yo sé cuánto tiempo libre tendré y cuando actualizaré.

Espero y les haya gustado este maratón de 3 capítulos y hasta la próxima.