18. Infancia dificil

615 46 0
                                    

Narra Judith.

Ellen, espero que tengas razón. Sino, me volveré loca.

No sabia con exactitud en donde me encontraba. Ni siquiera sabía si estaba en un bosque, una selva o el mismísimo jardín de Adán y Eva. Lo único que sabía era una cosa.

Que estaba en alguna parte de Europa.

15 días, 13 horas, 34 minutos y poco mas de 18 segundos. Seguía sin rastro de los gemelos.

¿Como quieren que sea la guardaespaldas linda y amable si ellos son los que desaparecen sin dejar rastro? Maldita sea, cuando encuentre a ese niñato le sacaré la verdad si o si. Y no de una linda manera.

 — Maldición.— Gruñí quitando la máscara de mi rostro.

En esta temporada hacía mucho calor aquí. Me sentía sofocada con ella.

— Irisa...— Escuché a alguien susurrar.

Sonreí ampliamente.

Jaque mate.

Esa era la voz de Julien, lo sabía. Por fin los había encontrado.

Silenciosamente me acerqué a donde provino su voz. 

Saltaría sobre el bastardo y lo atraparía, eso iba a hacer.

Hice un corte al arbusto que estaba frente a mi y sonreí de forma siniestra.

  — Te encontré, maldito bas...

Gran momento para no tener mi máscara puesta.

Julien no hizo ningún movimiento y yo estaba paralizada. Viéndolo.

En el agua.

Desnudo.

Tomando un baño.

Joder.

Cuando por fin reaccioné me di media vuelta y, con mis manos templando, me coloqué la máscara de nuevo.

 —Judith... ¿C-como nos encontraste?— Lo escuché balbucear mientras salía del agua.

 —Tengo mis medios.— Respondí cortante, ocultando todo sentimiento de pena o vergüenza. 

— ¿Tiene que ver algo con esa tal Ellen?— Volvió a preguntar después de unos minutos de silencio.

Sentí su mano en mi hombro y di media vuelta. Ya estaba vestido, por suerte, su cabello aun seguía mojado y pequeñas gotas caían sobre su traje, mojándolo.

— Yo soy la que haré las preguntas aquí.— Aparté su mano.— ¿Donde esta Irisa? El interrogatorio es para ambos.

Fruncí el ceño cuando el desvió la mirada a una parte de esta lugar y suspiró para luego volver a mirarme.

—Ella... No se encuentra muy bien en estos momentos.—Fruncí al ceño al notar como empuñaba sus manos y su cuerpo se tensaba.—Ella...

—Llévame con ella.—Ordené con voz dura y cargada con una advertencia.

**

Al cabo de unos minutos me guió a una pequeña cabaña en perfecto estado.

Entré después de él y me indicó que guardara silencio antes de entrar en una aun mas pequeña habitación.

Ahí estaba ella, dormida, pero aun así con notables ojeras en sus ojos y señales de haber llorado hace poco.

Intenté acercarme pero el tomó mi mano con suavidad y nos sacó de la habitación.

—Ha estado así desde que huimos.—Murmuró en un tono de voz tan bajo que apenas logré escucharlo.—Los extraña.

—¿Entonces por qué no regresan? Los guardianes y yo los hemos estado buscando como locos todo este tiempo.—Dije alzando un poco la voz.

Julien suspiró pasando una mano por su rostro y mirándome a los ojos.

—Porque ella tiene miedo de hacerles daño.—Noto como sus manos se empuñan y cierra los ojos con fuerza tensándose.—No quiere regresar y ponerlos en peligro.

—No fue su culpa. Su madre ha intentado controlarlos entrando a su mente...

—No fue mi madre.—Me interrumpió, evitando mirarme.—Su poder es inestable y no es capaz de controlarlo... Todo... Por mi culpa...

¿Qué?

—¿De que estas hablando?—Fruncí el ceño al escuchar aquella voz.

Era el chico helado.

—¿Como llegaste aquí?—Pregunté apuntándolo con mi dedo.

—Te seguí.—Por primera vez desde que lo conozco, rió sin una pizca de gracia hacia Julien.—¿Por qué dices que es tu culpa?—Frunció el ceño.— ¿Que le hiciste a Irisa?

Julien después de salir de su pequeño shock al verlo nos guió a la sala y nos indicó que tomáramos asiento mientras él hacia lo mismo.

—Después de crearnos...—Comenzó a contar apoyando los codos en la mesa y con las manos viajando por entre su cabello una y otra vez.—Ella nos comenzó a entrenar, siempre tuvo un gusto por los buenos modales, lo habrás notado, Jack...—Él asintió sin decir una palabra, escuchando atentamente todo lo que Julien decía.—Los años de nuestra infancia se basaron en practicar etiqueta y perfeccionar nuestra habilidad de pelea... 





He actualizado je, je...

Life ||Jack Frost Y Tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora