Nadie debía saber nuestra verdadera identidad, por nuestro bien, correríamos peligro si nos encontraran, no quiero que el sufra más.
La protegeré, ella no merece pasar por esto, no tenía que sufrir tanto desde esa temprana edad. Ella siempre me most...
No... Madre descubrió nuestro escondite. Viene por nosotros, nos quiere de vuelta y no quiero.
Tengo miedo.
Aun podía sentir su mano en mi cabeza a pesar que ahora estaba al lado de ese hombre extraño que había aparecido de las sombras. Sus creaciones... eran parecidas a aquellos caballos extraños que nos atacaron hace días a mí y a mi hermano en el bosque.
Madre volvió a mirarme y di un salto del susto.
— Sigues sin tener buenos modales.— Me miró con despreció.
Ella siempre ha dicho que no tengo buenos modales, a pesar de esforzarme cuando aun creía que ella era buena persona, nunca pude complacerla y hacerme una señorita elegante.
Sentí los brazos de Julien, abrazándome. Eso me calmó un poco y me hizo sentir segura. Julien es el único que puede hacerle frente a Madre sin bajar la mirada o temblar de miedo como yo lo hago. Julien siempre me ha defendido de ella y me ha cuidado.
— Encárgate de los guardianes y tráeme a los gemelos.— Le ordenó al tipo extraño de ojos amarillos, muy parecidos a los de meme.
Tal vez sus poderes sean parecidos.
—Como ordene, mi lady.—Dijo haciendo una reverencia antes de que Madre desapareciera.
Miré asustada hacia los chicos, esos extraños caballos los estaban atacando y parecía que las cosas se les estaban dificultando. Aquel sujeto se acercó a nosotros con una sonrisa que me daba mucho miedo.
— No se resistan, mocosos, o les irá peor.— Una rayo azul lo sacó volando y miré hacia los chicos de nuevo.
Había sido Jack.
— ¡Corran!— Gritó lanzando rayos blancos hacia los caballos que lo estaban atacando.
No, no, no, estaban en problemas.
— Irisa.— Julien dijo mi nombre, lo miré a los ojos asustada.— Tenemos que luchar.
¿Qué?
— Pero tu dijiste que...
— Lo sé, pero ellos están luchando por nosotros, tenemos que ayudarlos.— Dejó de abrazarme y sujetó mi mano, ayudando a levantarme.
Un brillo comenzó a emanar de nuestras manos y fue creciendo hasta inundar de luz todo el lugar. De nuestros tatuajes, salían una guadaña y un cetro de madera con una gema azul en la punta.
Julien tomó la guadaña y yo tomé el cetro, quedándome inmóvil.
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—No uses mas poder del necesario.— Me advirtió sujetando con fuerza la guadaña. Antes de lanzarse contra aquellos extraños caballos.
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— Esta bien...— Dije antes de caer en trance.
Ambos eran nuestros instrumentos. Yo era la defensa, él era el ataque. Él atacaba a todo con la guadaña y yo formaba un campo de fuerza a su alrededor y el mío con el cetro, complementándonos.
Julien se deshizo de los caballos en minutos, y Aster y Jack lo veían asombrados.
Sujeté con fuerza el cetro mientras ponía campos de fuerza en Jack y Aster al ver que aquel sujeto extraño apareció detrás de ellos intentando atacarlos.
— ¡Irisa, no lo hagas!— Gritó Julien al ver como caía de rodillas, sin dejar de sujetar el cetro.
Lo siento hermano, sé que te estoy desobedeciendo, pero no quiero que les hagan daño. El poder del cetro se adentraba en mí, podía sentir como las marcas blancas aparecían de nuevo en mi rostro, como aquella vez que por curiosidad utilicé mas poder del que soportaba.
— ¡Maldición!— Lo escuché gritar cuando se lanzó contra el sujeto de ojos amarillos.
Podía notarlo, las mismas marcas que tenía yo aparecían en el rostro de Julien, pero estas de color negro. El también estaba usando mas poder del que debía.
Aquel hombre escapó, Julien cayó de rodillas, respirando con dificultad, buscándome con la mirada.
Sus ojos fueron lo último que vi antes de caer en la oscuridad.
Narrador omnioresente.
El pelinegro cayó inconsciente segundos después que su hermana, aquellos instrumentos que habían utilizado se desvanecieron en el aire y los tatuajes en las manos de los hermanos comenzaron a brillar.
— Esas marcas.— Dijo el guardián de la esperanza al darse cuenta de lo que eran.— Esos chicos son...
— Conejo, Jack, ¿Que pasó aquí?— Fui lo primero que pregunto el guardián del asombro al verlos heridos y a ver a los hermanos en el suelo, desmayados.
— La nueva amenaza, nuestra nueva enemiga, es su madre. Ella provocó una explosión.— Explicó el peliblanco caminando hacia los gemelos, notando como aquellas extrañas marcas en sus rostros desaparecían poco a poco.
— Y no lo hizo sola, Pitch Black la esta ayudando, ¡Rayos! incluso podría decir que se volvió mas poderoso, el icerberg andante y yo no podíamos con ellos.— Frunció el ceño al recordar lo que pasó.— Pensamos que nos ganarían, pero luego esos chicos hicieron aparecer un cetro y una guadaña y comenzaron a pelear. Por lo que escuché no pueden utilizar mucho de su poder porque...— Señaló a los chicos desmayados.— Unas extrañas marcas aparecen en sus rostros y terminan inconscientes.
— ¿Qué?— Exclamo asombrado.— ¿Como es qué hicieron eso?
— Tengo una teoría.— Dijo el conejo de pascua tomando en brazos a la peliblanca.— Puede ser que estos chicos sean el Yin y el Yang.
— Life y Death.— Murmuro el guardián de la diversión, ahora sus nombres tenían sentido para todos.— Vida y Muerte.
