—No parecen ser malas personas.—Le comento abrazando su brazo en busca de calor.
Esa noche era un poco más fría. Él frunció el ceño un poco más.
— No sabemos como es que se enteraron de ella.— Murmura sin apartar en ningún segundo la vista de la fogata.
— Aster me dijo que se los dijo el hombre de la luna, dijo... Que les había ordenado que nos protegieran... ¿Crees...?— Trago con dificultad.— ¿Crees que ella sepa donde estamos?
— Han pasado muchos años, pero estoy seguro que sigue buscándonos.— Deja de mirar al fuego para mirarme a mi con una leve sonrisa.— Pero no nos encontrará, de eso estoy seguro, no dejaré que eso pasé.
Sonrío cerrando mis ojos y recostándome en sus piernas.
**
— ¿Aster no vendrá?—Le preguntó un poco cabizbaja al chico de sudadera azul.
Recuerdo que se llamaba Jack.
Al llegar al lugar donde me encontraba con Aster me sorprendí al no encontrarlo, el siempre estaba ahí, pero esta vez no. Sólo estaba Jack, recostado en la rama de un árbol mientras observaba los copos de nieve caer al suelo.
— Norte lo llamó, quería que lo supieras.— Dijo con una gran sonrisa en su rostro.
Él sonríe mucho.
— Oh...— Sin saber que mas decir, bajé mi mirada y comencé a jugar con la tela de mi vestido, nerviosa.— Supongo que lo veré mañana.
Me desanima un poco saber que no podré ayudar a Aster a decorar huevos de pascua, de verdad que me gustaba mucho ayudarle, pero no tenía porque ponerme mal si tuvo que irse porque le habían llamado y necesitaban de su presencia en algún lugar.
— Irisa...— Me llamó, parecía un poco nervioso.— ¿Puedo preguntarte algo?
—Claro.
—¿Por qué están aquí?—Parpadeo un par de veces por su pregunta.—¿Están escapando de esa mujer?
Asiento mientras bajo la mirada y mi cabello cubre un poco mis ojos.
—Mi hermano no confía en ustedes, pero conociendo a Aster me dí cuenta que no son malos.—Mis mejillas se sonrojaron.—El es... Mi amigo, y es bueno, y si ustedes son guardianes significa que protegen a la gente, ¿No?
—Significa que los protegeremos de quién sea.—Se acercó a mí, apoyando una de sus manos en mi hombro y sonriendo mucho. Sonreí de vuelta.—Ya que conejo no estará hoy, ¿Por qué no jugamos una guerra de bolas de nieve?
¡Si!
—¡Te ganaré!—Grité emocionada alejándome de él y corriendo hacia el árbol más cercano.
Para mí mala suerte, tropecé con mi propio vestido y caí de cara contra la nieve.
No otra vez.
—¡Estoy bien!—Me levanté lo más rápido que pude y, levantando un poco mi vestido para no volver a tropezarme me refugié detrás de un árbol y comencé a lanzarle bolas de nieve a Jack.
Él se cubría con las manos, de un momento a otro, y con un movimiento raro con su cayado, creó un fuerte con el que logró cubrirse.
—¡Tienes poderes de nieve!
—¡También puedo volar! ¡Mira!—Se impulso estirando sus piernas y dió un gran salto hacia el cielo.
Abrí mi boca hasta formar una perfecta "o" del asombro, salí de mi escondite, ya no lo veía, se había perdido entre las nubes.
—¿Qué estás mirando?—Preguntó una voz a mis espaldas, haciéndome sobresaltar.
—¡Aster!—¡Sí vino! Salté abrazándolo del cuello y colgándome de él.—Pensé que no vendrías.
—Tengo que vigilarlos.—Sonríe de lado.
—Así que regresaste cangurito.—Dijo Jack, flotando detrás de él, y al parecer, asustándolo.
—¿Qué haces aquí? De nuevo.
—Vino a decirme que te habían llamado.—Sonrío.—Me explicó que te necesitaban en un lugar y después jugamos una guerra de bolas de nieve.
Mi sonrisa desapareció, mis piernas me pesaron de repente y caí de rodillas en la nieve, mi cabeza comenzaba a zumbar, mi cuerpo estaba totalmente paralizado, lo único que podía hacer era enterrar mis dedos en la nieve.
Hola de nuevo, Irisa.
No, no, no.
—Irisa, ¿Estás bien?—Escuchaba la voz de Jack.
—¿Qué te pasa?—Preguntó esta vez Aster.
No podía contestarles, no podía hablar, no podía moverme.
Ayuda.
Mis exámenes no se acaban D: ayuda D:
Próxima actualización: Domingo.
Chau chau
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Life ||Jack Frost Y Tú||
FanfictionNadie debía saber nuestra verdadera identidad, por nuestro bien, correríamos peligro si nos encontraran, no quiero que el sufra más. La protegeré, ella no merece pasar por esto, no tenía que sufrir tanto desde esa temprana edad. Ella siempre me most...