Capitulo 1

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Algunas veces pensamos que la vida no ha sido lo suficientemente justa, a veces las personas sin recursos son más felices que a las que les sobra el dinero. También las peores personas que puedes imaginar son las que mas perduran y aquellas pocas personas que son buenas de corazón ya no están.

Suspire y cambie la canción, enseguida una de Little Mix (little me) comenzó a sonar. Amaba esa canción, la letra y lo que te hacia sentir. Escuche como alguien tocó y abrió enseguida la puerta.

-Querida...

-¿Que ocurre Mar?- dije mirando a su dirección. Ella sonrió divertida ante mi rara posición. Mi cabeza colgaba de la cama mientras que mis pies estaban hacia arriba.

-Llamó tu padre, el dijo que te arreglaras ya que, por la noche irán a una reunión importante- suspire resignada sabiendo que esto pasaba casi todos los días.

-Esta bien, gracias- se acerco y se sentó en la cama y acarició mi cabello.

-¿Preparó tu baño?

-No te preocupes por eso, Mar ya no soy un bebé- ella sonrió aún más y se puso de pie.

-De acuerdo señorita mayor, date prisa antes de que tu padre llegue.

-Si, ya voy- me sonrió nuevamente y se puso de pie. Salió y cerró para puerta dejándome sola otra vez.

Marisa o como yo le decía Mar es la persona más cercana a mí, incluso más de lo que ha estado mi padre en toda su vida. Ella siempre me ha cuidado como su yo fuese parte de su familia.
Mi historia no ha sido de lo más linda, al contrario, fue en cuerai parte dramática y cruda, mi madre murió en el momento en que estaba dando a luz, por otro lado mi padre siempre fue grosero y hostil conmigo, siento que de alguna manera el siente que fue mi culpa el que mi madre haya muerto, por lo que de alguna forma quiso externar su odio por mi dejándome a cargo de Marisa.
En pocas palabras el nunca se ha preocupado por mí. Mentiría si digo que no me dolió, porque fue así pero con el tiempo traté de hacerme a la idea de que no me quería como los padres a sus hijas y que si a el no le importaba tenía que hacer lo mismo o al menos tratar. Éramos como dos extraños.

Tome unas toallas para entrar al baño, sabía que en unas cuantas horas llegaría así que necesitaba hacer tiempo. El agua tibia caía por todo mi cuerpo y era bastante relajante. Las clases estaban estresandome un poco ya que comenzaban los finales y realmente los profesores se ponían muy estrictos, sinceramente la carrera que estudiaba no me atraía del todos, si bien era algo interesante no es algo que tampoco yo quisiera estudiar, sin embargo mi padre me puso como condición estudiar Leyes para seguir "manteniendome y de igual forma para estar en el mismo buffet que el había fundado, sus palabras fueron "es para que hagas algo bueno en la vida. Para que el apellido Pierce no desaparezca y mucho menos el buffet".

Al salir del baño me puse crema en el cuerpo y tome un par de vestidos debatiendo en llevarme un vestido azul corto con escote por la espalda o uno largo con la parte de arriba dorado con toques en negro y la falda totalmente negra, opté por la segunda opción, busque unos tacones dorados y unos accesorios que combinaran sin exagerar demasiado.
Generalmente a las fiestas que asistíamos solían ser muy sosas y elegantes, era algo que realmente me parecía una tontería, sin embargo eran ciertos lujos que las personas solían darse.

Llame a Marisa para que me ayudara a hacer algo con mi cabello, ella era muy buena haciendo peinados que se veían complicados pero realmente no lo eran. Mientras esperaba pacientemente a que Marisa fuera a mi llamado, cepille mi cabello.

-Creí que ya no eras "un bebé"- dijo Marisa citando las palabras que con anterioridad le había dicho. Me reí de su comentario y ella comenzó a trenzar mi cabello y comenzó a tararear una canción.

La vida en si podía decir que era relativamente sencilla, si bien mi padre no le gustaba tener ese contacto conmigo, sabía que al menos tenia un ligero sentimiento que no era resentimiento porque de lo contrario no me tendría en su casa. Así que eso al menos me consolaba y yo, por mi parte trataba de hacer lo mejor posible para que tuviera más motivos para que no me dejara ir.
Marisa y yo escuchamos la puerta de la casa cerrarse, por lo que sabía era mi padre, de no ser porque mi habitación daba hacia la entrada principal no me daría cuenta cuando llegaba.

-¿Cómo está tu familia, Mar? ¿Todos están bien?

-Si, lo están, Lucas va a graduarse pronto y estamos viendo el cómo lo vamos a celebrar.

-Me alegro mucho por el, mándale saludos de mi parte.

Me sonrió y poco después terminó con el peinado, había hecho una linda trenza ligeramente despeindada, salió sin antes recordarme que ya tenía poco tiempo para estar lista por lo que procedí a maquillarme para no hacer esperar a mi padre.

Baje las escaleras y me fui a la sala, la casa era de dos pisos, pero era bastante amplia. Al entrar lo primero que podías ver era un pasillo en donde se encontraba un gran salón de 'reuniones' y por supuesto las grandes escaleras que llevaban justo a la parte de las habitaciones; de lado izquierdo había una sala donde había cuadros, libros y claro, una pantalla, al fondo de esta estaba el estudio de mi padre al cual yo nunca entraba. De lado derecho estaba el gran comedor y junto a esta estaba la cocina. Tanto en la cocina como en el salón había puertas para salir al gran jardín donde había una piscina, unas cuantas mesas, y las hermosas flores que según me dijo Marisa mi madre ayudó a plantar.

Tomé mi celular y revise mis mensajes, tenía varios de Ivonne, mi mejor amiga. Decidí no contestar porque sabía que me daría un gran sermón por no haber ido con ella a la fiesta. Poco después escuche pasos en las escalera por lo que apague el teléfono y me levante de mi lugar, mi padre me vio con su ya usual fría mirada, llevaba uno de sus típicos trajes y su cabello con un ligero rastro de canas estaba perfectamente peinado.

-Ya debemos irnos. Quiero pensar que será una noche interesante.

Asentí sin saber cual era el motivo de su ansiedad ya que el no era así, por lo general siempre se tardaba más en arreglarse. Tomé mi pequeño bolso y ambos salimos de la casa en completo silencio, por lo general no hacía muchos comentarios para no hostigarlo y el por otro lado, no buscaba saber algo de mi.

Ya acostumbrada a ello, nos subimos al auto que nos llevaría a alguna sosa reunión en dónde habría empresarios, políticos y algunos profesionistas tratando de ser lo suficientemente agradables para tener algún trabajo bien pagado. Lo que nunca faltaba en esas fiestas era la hipocresía, la envidia y la cizaña.

Varios minutos después nos detuvimos enfrente de una reja y una caseta de la cual salió un hombre que vestía de color negro. Se acerco al auto mientras el chofer bajaba la ventana del auto para hacer las típicas preguntas como "¿Cuál era su nombre y apellidos?" dicho eso el hombre de negro regreso a la caseta y de inmediato abrió la reja dejando a la vista una enorme casa (muy lujosa) en la que llevaría a cabo la dichosa reunión.

Generalmente íbamos a ciertos lugares ya muy conocidos, sin embargo nunca había ido a ese lugar, tenía un gran aire de elegancia y claro que era una casa increíblemente grande. Esperamos a que el chófer abriera la puerta y mi padre bajó y comenzó a caminar, por otro lado Thomas me tendió su mando para poder bajar.

-Gracias Tom- el me sonrió y le devolvi el gesto, a él casi nunca lo veía ya que siempre estaba con mi padre.

Al bajar totalmente ví que mi padre me miraba con desesperación como si hubiese tardado horas en bajar del auto, me acerque a él a paso ligeramente apresurado porque a pesar de todo realmente el había avanzado.

-Escúchame bien, hoy realmente es una noche importante así que quiero que te comportes.

Lo que no sabía era que a partir de ahí mi vida daría un giro totalmente inesperado.

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