Capitulo 7

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En algún punto de la noche subí a mi habitación, me quite mi ropa y me metí a la cama, a pesar de todo sentía frío, el cual no se quitaba.

Mis ojos se cristalizaron, cada que me veía en una situación difícil lloraba porque no sabía que hacer. Patética dijo una voz en mi cabeza y fue así como comencé a llorar, no sabía de donde salían tantas lágrimas, sollozaba y sentía que mi corazón se saldría de mi pecho.
Podría no costarme nada salir con Tyler, pero dolía el hecho que mi padre lo exigía, pero dolía aún más saber que a pesar de todo no podría ayudar de alguna otra forma. Yo no era suficiente.

La noche parecía eterna y para cuando comenzaba a ver los rayos del sol, mis ojos pesaban y mi cuerpo pedía a gritos poder descansar, pero mis pensamientos solo atacaban y atacaban, poco a poco el sueño ganó la batalla pero aún sentía las lágrimas correr por mis mejillas.



Abrí mis ojos de golpe y sentí mi corazón, el cual estaba acelerado como si hubiese corrido, mi garganta estaba seca y solo unos pequeños recuerdos del sueño estaban presentes. Mi padre estaba en ese sueño.

Me costó poder normalizar mi respiración, pero mientras lo hacía los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi, sentía mis ojos hinchados y seguramente toda yo era un desastre. Me giré para ver el reloj que estaba sobre la mesita de noche la cuál me indicaba que eran las 2 de la tarde. Me volví a recostar en la cama.

No tenía muchas ganas de levantarme, solo quería estar ahí y no hacer nada, me sentía insignificante. Solo era yo, una persona más.

No sabía cuánto tiempo había pasado exactamente pero escuche cuando tocaron la puerta, no conteste por lo que es escucho como se abrió y Vi a Marisa.

–Cariño, ¿Qué pasa? ¿Porque no fuiste a la universidad?– apreté los labios y suspiré, ella no dijo nada y entro cerrando la puerta detrás de ella–. ¿Paso algo?

–No Mar, solo estoy nostálgica– se sentó en mi cama y de inmediato la abracé, ella acarició mi cabeza y comenzó a desenredar mi cabello con sus manos.

–¿Porqué?

–No lo sé.

Con el paso del tiempo, mentir era algo que sabía hacer a la perfección, no es como que estuviera orgullosa de ello pero era más fácil hacer eso que realmente explicar lo que pasaba conmigo.

–Todo va a estar bien, ¿De acuerdo?– asentí y trate de creer en las palabras de Marisa–. Algunas veces la vida no es justa, pero siempre hay que buscar salir adelante y poner nuestro empeño en que todo va a mejorar si realmente nos esforzamos.

Suspiré y asentí, ella no sabía porque estaba así, sabía que quería darme ánimos pero yo por alguna razón estaba más enfocada en culparme sobre todo porque yo no era una persona fuerte, era débil y eso me carcomía cada que enfrentaba alguna situación complicada.

Los días pasaban y con ello el invierno se hacía presente, sin embargo la angustia se apodera a de mí, no había hablado con Tyler de la forma en que me hubiese gustado porque aún había cierta carga en mi corazón y eso me lastimaba. La relación con mi padre seguía igual, solo que cuando llegaba y lo veía siempre me hablaba sobre Tyler, dándome de igual forma un sermón de como con mi ayuda saldríamos adelante.

Suspiré y volví a leer por tercera vez el párrafo de un libro que había tratado de entender, pero evidentemente no había podido comprender. Cerré el libro no sin antes marcar la página donde me había quedado, dándome por vencida. Tomé mi bolso al igual que el libro y salí de la gran biblioteca para así poder dirigirme a dónde estaba mi auto, me puse mi abrigo, al salir el viento frío me hizo querer regresar adentro, pero tenía que irme, o mejor dicho, quería irme.

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