CINCO

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-¿Es la primera vez?

Le escuchó decir mientras subían las escaleras hacia su habitación. Lo confundía, ¿creía que se iría con él hasta su casa siendo su primera vez? Los rumores que decía haber escuchado, parecían no haberle llegado completos. No sólo se hablaba del desalmado fotógrafo, sino del promiscuo hombre para quien las diferencias genéricas no eran de gran importancia.

-No. ¿Qué hay de ti?

Jackson elevó el rostro, antes concentrado en los escalones, para no causar ningún tipo de accidente. Se encontró con los ojos inquisidores de Jaebum y soltó una pequeña risa. Sus dientes se mostraron y junto al sonido, volvieron a generar esa sensación en su estómago. De repente se transportó a la mañana en que lo conoció. No era solamente la pululante seducción que se desprendía con cada uno de sus movimientos, también la calidez que se acerca a su piel cuando lo veía curvar sus labios, las que lo mantenían prendidos de él. Debía tomarle una fotografía antes de que terminara la noche.

-¿Crees que estaría así si lo hubiera hecho antes?

Seguía riendo suavemente, casi sin ganas. Jaebum continuó mirándolo, ambos detenidos a medio camino en uno de los pasillos. La insensible confesión no tuvo tanto impacto, al fin y al cabo estaba acostumbrado a aquellas palabras. Los hombres heterosexuales que decidían pasar una noche con otro hombre, así compartiera su sexualidad o no, eran moneda corriente en sus días. Esta ciudad era enorme, las posibilidades en cuanto al sexo, también. Creía que sólo se trataba de desilusión, puesto que...

-Qué idiota.

Murmuró, al mismo tiempo que lo tomaba por los hombros para seguir caminando.

-Lo siento, no quise ofenderte.

Debió decirle el otro muchacho. Jaebum no se refería a él cuando decidió soltar esas palabras. Se lo decía a él mismo, por la ingenuidad que había asociado a la imagen de Jackson. Se había desilusionado por el hecho de que no fuera lo suficientemente valiente como para afrontar una situación desconocida en estado de sobriedad.

-No importa.

Terminó, llegando a su habitación en ese instante. Lo depositó sobre la cama y se sentó también, inspeccionando el lugar. La persona a su lado comenzó a quejarse, sintiendo el efecto del alcohol desvanecerse. Su habitación estaba bastante limpia, con muebles en colores claros y una gran ventana a un lado del escritorio. Su casa en sí estaba intacta, demasiado grande para una sola persona, y lucía demasiado cara también. Algunas preguntas surgieron en la cabeza de Jaebum, pero no era el momento de hacerlas. ¿Tendría en todo caso, alguna otra oportunidad para hacerlas? No creía que existiera la posibilidad de verlo otra vez después de esa noche. Fue en ese momento, junto a aquella realización, que recordó el deseo de tomarle una fotografía. Todavía en la misma posición en la que lo dejó, Jackson comenzaba a dormirse.

-Espera. Vuelvo en un momento.

Le advirtió, antes de salir corriendo hacia la planta baja en busca de su cámara.

-¡No pienses en escapar, Im Jaebum!

Lo escuchó gritar mientras bajaba las escaleras a toda velocidad. Tomó la mochila y preparó todo para poder inmortalizar el rostro de aquella peculiar existencia. Ni siquiera se había despedido pero la imagen de aquel muchacho ya estaba llena de nostalgia.

Cuando regresó a la habitación, no lo encontró. Lo llamó varias veces sin obtener respuesta y luego se dirigió al baño, recibiendo un enorme susto al verlo tomando una ducha. La imagen que colisionó contra sus ojos fue increíble. Con la cámara en mano y sin siquiera saber si era consciente de su presencia, tuvo que comenzar a retratarlo.

La cabeza de Jackson estaba apoyada en la pared de azulejos blancos, y el oscuro cabello se desplegaba sobre su frente, casi cubriéndole los ojos. El agua recorría su piel incansable, marcando líneas que sólo lograban detenerse una vez que llegaban al piso, atravesando su amplio pecho y ondeándose al momento de arribar a sus muslos. Tenía una figura perfecta, todos sus músculos eran definidos y tersos. Toda toma que hacía de aquel maravilloso cuerpo, podría haberse expuesto en una galería de la ciudad.

-Estás enojado conmigo, ¿cierto?

Escuchó Jaebum, luego de unos momentos. Éste se encontraba sobre el suelo, cruzado de piernas, intentado capturar un ángulo distinto de la figura del otro, cuando lo acometió con aquella pregunta.

-¿Por qué lo estaría?

Respondió, importándole poco y volviendo inmediatamente a las fotografías.

-Porque tuve que emborracharme para tener el valor de traerte aquí.

Ante aquella respuesta, soltó aire por la nariz y sonrió a medias, como Jackson lo había hecho tantas veces en la fiesta. Ya lo había superado, sobre todo porque no era la primera vez que le sucedía. De todas formas, estaba sacando provecho de aquella situación, encontrando en él un modelo gratis.

-Para nada.

Las sensaciones que ejercían perturbación en él antes, parecían haberse amortiguado con la frágil imagen que poseía Jackson en ese momento. Todo mojado, creyendo que su acompañante se había molestado por su cobarde accionar para llevarlo a la cama. Jaebum seguía sosteniendo su imagen con el lente mientras el vapor comenzaba a envolverlos.

-¿Pero vas a quedarte?

-Ya estoy aquí, sería un desperdicio irme.

Contestó, sin ánimos. La lluvia de la ducha se detuvo segundos después y lo tuvo frente a él, completamente desnudo, mirándolo curioso. Jaebum le sostuvo la mirada, esperando que fuera el otro quien tomara la iniciativa, pero casi de manera automática, sus pies se movieron, acortando la distancia y terminando a centímetros. El tibio aire que se escapaba de la nariz de Jackson, colisionaba contra su labio superior, haciendo que la tensión aumentara.

-No creas lo que la gente dice de mí.

Susurró Jaebum contra sus labios antes de apoderarse de ellos.

La última vez [JackBum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora