SEIS (+18)

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¿Acaso le había mentido? Porque sus movimientos carecían de aquellos errores que cometen los principiantes, siendo siempre firmes y yendo hacia los lugares correctos. Se sorprendió al encontrarse ante un toque tan poderoso, que apenas lo poseyó, lo dejó sin aire. Mientras sus bocas se mantenían ocupadas, los dedos que antes se entrelazaban con las hebras de la cabellera de Jaebum se iban deslizando hacia abajo, recorriendo su cuello y estancándose en su pecho, transformándose en una tibia palma que le trasportaba su calor. Acariciaba toda la superficie, llenándolo de escalofríos que comenzaba a disfrutar cada vez más.

Y cuando pensó que era perfecto, que el agarre de sus manos no podía sostenerlo de mejor manera, comenzó a jugar con sus pezones, marcando con aquello una helada línea en su columna vertebral. Las sensaciones a partir de ese momento se intensificaron y no había forma de detener los desesperados jadeos que se liberaban de su garganta.

-Pensé que no...no tenías experiencia con hombres.

Tuvo que decirle, con la respiración entrecortada y los ojos cerrados, debido a la concentración del placer en la parte baja de su abdomen.

-No es tan diferente...

Susurró Jackson, antes de separar sus manos del pecho del otro y acometerlo con su lengua. La sensibilidad del cuerpo de Jaebum había llegado a su límite, haciéndolo perder el control. No esperó mucho tiempo después, y lo elevó tomándolo de los muslos, tirándolo sobre la cama. La sonrisa estampada no hacía más que invitarlo a sumergirse en la lujuria, lleno de confianza, aunque ya no existieran rastros de los efectos del alcohol. Tomó entonces su rostro entre ambas manos y lo besó una vez más previo a despojarse del pantalón que parecía estrangular el abultamiento. Debajo de él, las mociones eran seguidas con ojos expectantes. Finalmente se posicionó entre sus piernas y las separó, dejándole el espacio suficiente para comenzar a prepararlo.

-¿Qué haces?

Le interrumpió, mientras deslizaba los dedos ya humedecidos contra su cavidad. Su tono de voz se había llenado de temor, repentinamente. Jaebum se detuvo inmediatamente, mirándolo sin comprender su cambio de actitud.

-Tengo que...yo...

Quiso responder, pero en realidad no tenía idea de cómo hacerlo. Es decir, no iba a ponerse a dar una clase en medio de todo aquello. Frunció el ceño, frustrado, y rascó su nuca, intentando con eso encontrar una respuesta a la situación en la que se encontraban. Jackson solamente lo miraba.

-No sabía que yo iba a...recibir....

La última palabra se escapó de su boca casi como un susurro. Arrodillado frente a él, Jaebum se quedó, perplejo. ¿En serio pretendía ser él quién...? Pero si no lo había hecho con un hombre antes, ¿no lo dejaba eso en desventaja?

Inició entonces un monólogo interno en donde se preguntaba si alguna vez le había tocado estar con una persona como esa, si es que alguna vez tuvo que discutir quién recibiría...Uhg. Giró sus ojos molesto, no sólo por la situación sino también porque inconscientemente había comenzado a usar esa estúpida palabra también. Se movió de la posición que mantenía y se sentó a su lado, apoyándose en la pared, clavando los ojos en la nada.

-Está bien ¿cómo quieres hacerlo?

Le dijo luego de unos minutos, un poco más calmado.

-Bueno, yo pensé que...No me había visto a mí mismo como el que...

Jackson había vuelto a ser el asistente que le entregó la taza de café frío unas mañanas atrás, con una mirada suave y el tono de voz de alguien agradable, genuinamente. Pareció su corazón dar un salto al encontrarse con aquel lado de su persona una vez más, envolviéndolo con un sentimiento que no podía describir todavía. Sin embargo...

-Lo siento, pero siempre lo hice yo y no pienso cambiar eso esta noche.

Sentenció, poniéndose de pie en ese momento y buscando con la mirada la ropa que había dejado en el suelo. Los ojos de la persona enfrente se agrandaron y sus manos, velozmente, buscaron el camino hacia el brazo del otro muchacho para detenerlo.

Jaebum no lo decía en serio, no se consideraba alguien inflexible con respecto a esas cosas, esta ciudad se lo había enseñado así. Pero la expresión en el rostro de Jackson lo tentó a hacerlo, con el sólo objetivo de descubrir cómo reaccionaría. El plan malvado se había formado en unas milésimas de segundos y no hubo forma de detenerlo.

-No te vayas...

Le dijo, al mismo tiempo que su agarre ganaba debilidad. La sonrisa que Jaebum escondía en la oscuridad de aquella habitación, desapareció después de escucharlo.

Él debió haber dicho aquello, porque si hace siete años esas tres palabras salían de sus labios todo sería distinto y no tendría que conformarse solamente con las fotografías. 


N/A: ¡Hola! Vine con otro capítulo porque éste estaba esperando en los borradores y no me aguanté :))) Gracias a todxs por leer ¡Saludos! 

La última vez [JackBum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora