VEINTITRÉS

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-¿Dónde está Im Jaebum?

-Seguramente llegue unos minutos tarde, como siempre...

Las voces en el estudio solamente repetían su nombre, mientras los empleados se ocupaban de sus asuntos y preparaban la primera sesión del día. El Director lucía algo molesto, pero era razonable, puesto que una vez más, su fotógrafo estrella decidía no prestarle atención a los horarios y tomarse su tiempo para entrar al edificio.

Con pasos demasiado lentos, Jaebum se hizo presente. Escaneó con la vista a las personas a las que debía fotografiar esa mañana y soltó un suspiro cuando se enteró que ese día le tocaban las fotos con bebés.

-¡Aquí estás! Apúrate y ve con el Director, tiene algo que decirte.

Caminó hacia su escritorio y dejó sobre él la mochila que cargaba. Siguió observando cómo el resto del staff se encargaba de maquillar, peinar y ultimar detalles. Inició la marcha y arribó a la oficina de su jefe, quien lo esperaba casi desesperado.

-¡Oh! Sr, Im, qué bueno que pudo llegar. La verdad es que estaba demasiado preocupado por su demora. Como si esta fuera la primera vez que decide...

A pesar de la ironía en las palabras que estaba recibiendo, Jaebum se empeñaba en mantener la estática expresión en su rostro, como si en realidad no le importara lo que le decían. Por ello, el hombre frente a él decidió rendirse y dirigirse al motivo de la conversación que los había reunido en esa habitación.

-La familia que está afuera quiere mostrarles a sus allegados su recién nacido. Es un niño que tiene apenas dos meses.

-Entendido.

Respondió el fotógrafo con un monótono tono de voz. Inició los movimientos para retirarse pero la conversación todavía no había terminado.

-No, no entiendes. No vas a usar tu cámara de siempre con estas personas. Su pedido especial fue que usaras una de estas.

Jaebum regresó a su posición original y se encontró con un artefacto sobre el escritorio de su jefe. Se acercó despacio y lo tomó entre sus manos como si se tratara de una reliquia.

-¿Esto? ¿Siquiera funciona?

-Tiene que servir, de otra manera ¿por qué pedirían que la usaras?

Los dedos sobre la cámara analógica se sentían extraños. Había muy pocos botones y ni siquiera tenía un lente especial que le ayudara a mejorar la calidad de las luces o cambiar el enfoque...No podía hacerlo.

-Si vienen a un estudio de fotografía, ¿por qué pedirían algo como esto? Las fotos no tienen buena calidad y el proceso final no va a ser visto hasta...

-Escucha Jaebum, esta es la quinta vez en el mes que llegas tarde ¿Te he dicho alguna cosa al respecto? Además, recuerda que aquí eres sólo otro empleado más, así que no me vengas con exquisiteces. Si te digo que uses esa cámara, usas esa cámara ¿Escuchaste?

El tono de voz del Director se había elevado demasiado, tanto que seguramente las personas afuera podían escucharlo. En el rostro de Jaebum por fin se pudo ver alguna expresión, frunciendo el ceño y apretando los labios para que no se escapara alguna respuesta indeseada. Apretó la cámara contra la palma de su mano y salió de aquel lugar. Mientras caminaba hacia donde estaban sus cosas, una mujer se acercó a su lado.

-¿Eres el fotógrafo? Mucho gusto, soy la madre de Isaac.

Ambos se miraron y Jaebum pudo observar la amable sonrisa en el rostro de la otra persona. Su molestia disminuyó para poder devolverle el gesto.

-Mucho gusto.

Fue lo único que decidió responderle y continuó buscando algo apresuradamente dentro de su mochila, ignorando que todavía tenía compañía.

-Esa cámara...fue un regalo de mi madre cuando me mudé a esta ciudad. No la he usado en un tiempo pero recuerdo cuánto me gustaba tomar fotos con ella. Sé que es raro que alguien te pida usar un cacharro como ese, pero...bueno...

Todavía no lo entendía. Pagarle a alguien para que tome fotos con un vejestorio como ese, no tenía sentido. Si realmente quería volver a usarla, entonces ella misma podría haber...

-Podría haberlo hecho yo misma pero, desde que mi madre se fue, no he podido tomarla entre mis manos otra vez. Es casi como si su presencia todavía estuviera atada a esa cámara.

Las manos que se encontraban ocupadas dentro del saco de tela, detuvieron su búsqueda y Jaebum se quedó paralizado mirándola. La misma tristeza y nostalgia que demostraban las palabras de esa mujer, podía sentirlas. ¿Acaso había podido él tomar fotografías con aquella cámara que le regalaron cuando era adolescente, después de irse del pueblo? Prefirió meterla en una caja y dejarla juntar polvo, como al resto de sus pertenencias.

Apartó la mochila de su camino y agarró el artefacto una vez más, lo miró lleno de nostalgia, y luego se dirigió a la mujer a su lado.

-No es raro. Solía tener una de estas y fue lo mejor que me pudo pasar. Si no fuera por ella, quizá hoy no estaría aquí.

Una sonrisa tímida se hizo presente en sus labios.

-No se preocupe, yo me voy a encargar de tomar las mejores fotografías de su hijo.

Sentenció después, para pararse frente a la escenografía que habían montado para el pequeño y comenzar con la sesión. 

La última vez [JackBum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora