Capitulo 1

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___POV ALEC___

Como de costumbre, resonó en mi cabeza el tortuoso despertador de los lunes.

Tras intentar asimilar mi presente y dar dos vueltas en la cama, logré dar con mi teléfono celular para luego apagar la alarma. Mi cuerpo era víctima de un ardor casi inaguantable, no creo nunca llegar a tener los dedos ni los números suficientes como para contar cada moretón que tiñe mis piernas.

Solté un resignado suspiro antes de enfrentarme al ponerme de pie, me consumió nada más ni nada menos que todas mis fuerzas el tan solo soltar una mueca sin sonido. Me acerqué a la puerta de mi cuarto a paso torpe luego de tomar el montón de ropa que dejé la noche anterior sobre los pies de mi lugar de reposo, abrí lentamente, deseando que ellos no estén aquí.

Me envolvió el alivio al no escuchar ningún sonido proveniente de la habitación que enfrentaba mi puerta, dí por sentado que seguirían durmiendo, o tal vez trabajando, por lo que me encaminé al baño para tomar una sigilosa ducha lo más rápido que me fuera posible.

Mi ropa siempre estuvo basada en colores oscuros, no es que siga ciertas modas, si no que creo que van con el aura que me rodea, no me gustan los colores muy llamativos y alegres, no en mi.

Tengo la suerte de que en mi secundaria no haya un uniforme específico y pueda simplemente usar lo que me acomode. De ser lo contrario me sentiría muy incómodo, ya que estoy acostumbrado a los Jersey con Jeans y Tenis, nada más cómodo que eso, ropa holgada y oscura, sobre todo para pasar desapercibido.

Una vez terminado mi baño y estando ya vestido me dispuse a salir del baño, para mi desgracia, al mismo tiempo que me adentré hacia el pasillo una puerta crujió en uno de los laterales del pasadizo, casi chocándome con Robert, alguien a quien me aborrece llamar mi Padre.

-B-Buenos días, padre-
Susurré con nerviosismo al tiempo que me quitaba de su camino.

Robert miró en mi dirección dejando ver su indiferencia a mi presencia, la misma mirada que me dedica desde que tengo memoria: decepcionada, asqueada, tan vacía como la misma nada. Nunca logré comprender realmente cual fue el error que cometí que desató tal odio de mi padre hacia mi.

En medio de un incomodisimo silencio y cruce de tensas miradas, desde detrás de Robert aparece la figura de mi madre, Maryse, una mujer tan loca como desalmada, nunca habría perdido la oportunidad para clavar sus garras en mi.

Aún recordaba cuando de pequeño parecían quererme, era un recuerdo tan ínfimo y lejano que parecía irreal.

Fue entonces cuando salí de mi incómodo trance, ese recuerdo no era mi realidad actual, vivía en un infierno ahora mismo. Sin intercambiar palabra alguna decidí meterme en mi cuarto y tomar las cosas necesarias para irme al instituto, guardé algunos libros y salí de mi cuarto lo más rápido posible, para no tener que volver a cruzar palabras con mis padres en absoluto.

Tomé un par de manzanas del frutero de la sala defendiendo mi desayuno, guardé una en mi bolso del instituto mientras colocaba la otra en mi boca antes de abrir la puerta y marcharme.

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El corazón de la manzana voló de mis manos apenas pisé la institución, lo que provocó que mi mirada se dedicara únicamente al suelo, ya estaba acostumbrado a esta humillación, si elevaba la vista me darían una golpiza.

-Vaya, vaya, miren quién está aquí, Lightwood, ¿Acaso no te dije que no volvieras?-
Suspiré pensando en si realmente responder o no, no había respuesta correcta.

-E-estudio aquí, no puedo simplemente dejar de venir, Sebastián.-
Dije lo más suave que pude, intentando no provocarle un innecesario ataque de ira.

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora