Capítulo 21

867 96 37
                                    

Magnus y yo llegamos al instituto tomados de las manos llamando la atención de todos los presentes que se cruzaban y nos seguían con la mirada.

Yo me mantenía con la mirada baja, me ponía nervioso que tantas personas nos estuvieran viendo como lo hacían, hablaban entre ellos y yo tan sólo intentaba escuchar lo que decían sin ser muy obvio, pero el murmullo era tan grande que no podía escuchar exactamente lo que se decía.

Llegamos a mi casillero, pero esta vez noté que no había una nota blanca nueva, por lo que fruncí el ceño.

-Lightwood, vine contigo. No había forma de escribir algo en tu casillero para que tu lo vieras antes de llegar.-
Me giré mirando a Magnus perplejo.

-¿Fuiste tú?-

-Claro que si, Nefilim estúpido, gracias por notarlo-
Gruñó Magnus yéndose en busca de su casillero.

-Chino gruñón-
Dije para que escuchara y el levantó su dedo del medio en mi dirección provocando una risa de mi parte.

_____________________

Volví por el pasillo luego de tener dos clases las cuales no compartía con Magnus, abrí mi casillero para cambiar los libros de las clases anteriores por los de las siguientes, cuando alguien me acorraló contra el casillero sin dejarme dar vuelta, una respiración se hizo presente contra mi oreja y me tensé completamente cuando el perfume característico de Jace se hizo presente.

-¿Es cierto lo que dicen por ahí?-

-¿Q-Que cosa?-
Murmuré tembloroso provocando una risa sarcástica por su parte.

-No te hagas el idiota Lightwood, los rumores sobre tí corren rápido por los pasillos.-

-No sé de que hablas-
Mentí provocando que Jace pegara más su cuerpo al mío, y para mi desgracia, podía sentirlo.

-¿Eres novio de Bane?-
Tragué saliva.

Me limité a asentir, no iba a mentir sobre esto aún así tuviera miedo.

Jace gruñó y me agarró de la cadera para apretujarme contra los casilleros.

-S-Sueltame-
Murmuré intentando moverme.

-Te voy a mostrar lo que tengo yo que no tiene Bane, luego de esto correras detrás de mí como un pequeño cachorro-
Susurró ronco contra mi oído y comenzó a refregarse contra mi trasero.

-¡Jace ya basta!-
Sentí mis ojos cristalizarse mientras intentaba alejarme con desesperación.

-Acompañame al baño...-
Fué lo último que escuché antes que mi llanto se hiciera presente.

Jace me tomó con fuerza dirigiéndonos a ambos hacia el baño que se encuentra a tan sólo veinte metros de mi casillero, una vez que entramos cerró la puerta y se aseguró que nadie estuviera dentro.

-Bien cariño, vamos a jugar, tu relájate, yo haré el resto.-
Comentó antes de acercarse a mí, intentando besarme, lo cual habría logrado si yo no hubiera girado la cara.

Jace tomó mi cara con fuerza luego de mi rechazo y clavó sus labios sobre los míos formando un beso totalmente desesperado por su parte, lamía, succionaba y mordía mis labios mientras yo intentaba alejarlo de mí empujándolo con mis manos.

Una de sus manos me sostuvo con fuerza y me obligó a sentarme en el suelo mientras su otra mano se dedicó a pasear, apretar y toquetear mi cuerpo, dicha mano se encontraba cada vez más cerca de mi entrepierna lo que hacía mi empuje un poco más desesperado, pero Jace sólo se limitó a sentarse sobre mí.

Mordí con fuerza su labio inferior provocando que se alejara, pero al instante volvió a besarme.

Una sacudida por parte de la puerta llamó mi atención, pero Jace trancó la puta puerta ni bien entramos por lo cual quien quiera que esté detrás de esa puerta se aburrirá pronto y se irá, esta vez no tendré suerte.

Que mal estuve al pensar eso.

Las sacudidas a la puerta se hicieron más violentas a medida que pasaban los segundos, el llanto por mi parte era muy fuerte mientras las manos de Jace me manoseaban sin importarle los golpes.

De la nada la puerta recibió un golpe muy fuerte, y seguido de este, sólo hicieron falta dos más para que la tabla de madera se golpeara con fuerza contra la pared.

Un Magnus sudoroso y con la mandíbula apretada apareció en el marco de la mencionada puerta, con las manos hechas puños y la mirada clavada en el rubio que sólo se había limitado a girarse.

-Sal de encima de mi novio, Herondale.-
Dijo con la voz ronca, totalmente enojado.

Yo seguía impactado, estaba temblando y llorando en silencio, presenciando la escena.

-Ay Bane, estamos en medio de algo, ¿Podrías cerrar la puerta y venir al rato?-
Dijo Jace en un tono burlón.

A Magnus pareció no gustarle eso, pues murmuró algo que creí que solo él había escuchado, pero otro chico entró al baño seguido de Magnus.

El asiático tomó a Jace por el cuello quitándole de encima mío y lo sostuvo con fuerza mientras lo lanzaba al suelo.

Mientras tanto, el otro chico se acercó a mí, haciendo preguntas a las que mi trance no me permitía entender o siquiera reaccionar, el chico me ayudó a levantarme y me sacó del baño con rapidez.

Cuando reaccioné, me encontraba en una mesa algo alejada del patio trasero del instituto, el chico se encontraba sentado a mi lado, mirándome con preocupación.

-Hola, Alec, ¿Me escuchas pequeño?-
Murmuró demostrando calidez.

Asentí lentamente mientras sentía mis lágrimas caer, al notar mi acción largó una pequeña sonrisa.

-Bien, Soy Ragnor Fell, Soy amigo de Magnus hace algunos años y recientemente me mudé aquí, en cuanto íbamos a buscarte para que él nos presentara encontramos tu casillero abierto y unas chicas le dijeron que Jace te había llevado al baño, por lo que me pidió que lo ayudara llevandote lejos de ahí.-
Explicó sacando un pañuelo que posteriormente usó para secar mis mejillas.

-G-Gracias...-
Murmuré bajando la cabeza.

-No es nada, ¿Te lastimó o algo?-

Me limité a negar levemente.

-Está bien, Magnus vendrá en un momento, lo prometo.-

Suspiré sintiendo como mi respiración se entrecortó y apoyé mis brazos sobre la mesa para luego dejar mi cabeza descansar sobre estos.

Seguía llorando, seguía hipando aunque Ragnor acariciaba mi espalda intentando tranquilizarme.

Tan sólo me dormí, ojalá olvidar las cosas fuera tan fácil como cerrar los ojos y dejarse ir.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

Pobre Alec, ¿Qué creen que pasará? :00

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora