Capítulo 33

712 80 14
                                    

No sabía a donde estábamos yendo, donde yo estaba estaba todo cerrado y no podía siquiera hablar con el pelón que manejaba.

Busqué mil formas de abrir la puerta de la camioneta, pero ninguna funcionó, y topar la puerta cuando estábamos en movimiento no era una opción.

Un frenazo me obligó a caer hacia adelante, provocando que quedara acostado sobre el piso de la camioneta, una puerta se abrió y cerró y unos pasos sobre algún tipo de gravilla se hicieron presentes marcando un recorrido por la parte izquierda del vehículo hasta la puerta trasera.

Esta fué abierta dejando mi vista encandilada por la fuerte luz solar. El calvo me tomó por el tobillo y me jaló para sacarme completamente. Estábamos en medio de la nada, una especie de galpón era lo único que había allí, un campo completamente vacío con un galpón abandonado rodeado de gravilla. ¿Qué mierda pasaba?.

El hombre me arrastró hacia el galpón, y luego de golpear la puerta de este con alguna especie de patrón de golpe la puerta se abrió de par en par, dándome una vista oscura del interior del lugar y de una figura vestida completamente de negro, que luego de abrir se fué por una puerta lateral.

Fuí obligado a entrar, sentarme en una silla y hasta fuí atado de manos y pies. El hombre no habló en ningún momento, pero yo necesitaba respuestas.

-¿Para quién trabajas?-
Murmuré algo inseguro.

El hombre se sentó a unos metros de mí y me dedicó una sonrisa cínica.

-Ya vendrán.-
Me respondió en un tono algo burlón.

Bufé y bajé la cabeza.

-Siquiera dudaste el entrar a esa camioneta a cambio de la seguridad del chico-
Cambió de tema mirándome fijamente.

Arrugué la nariz intentando alejar una leve picazón que se hizo apenas presente y miré a mi alrededor.

-No dudas cuando amas.-
El hombre asintió.

-Te admiro chico. No cualquiera da su vida por la de otro.-

-No di mi vida. Devolví un favor.-

-¿Favor?-

-Ha salvado mi vida desde que nos conocemos.-

-No creo que tu decisión haya sido muy prudente-

-Tú de seguro vas por la vida matando y secuestrando personas, ¿Acaso tú fuiste prudente cuando decidiste que de esto vivirías?-
Respondí con brutalidad.

El hombre iba a responderme, pero el mismo patrón en golpe que él había hecho posteriormente se hizo presente en la puerta, se levantó y caminó en un paso algo apurado hacia la puerta para abrir esta.

Nunca creí que afuera estando soleado podría entrar tanta oscuridad y frialdad.

Maryse y Robert entraron y me buscaron con la mirada, comencé a temblar involuntariamente y mis ojos se llenaron de las tan reconocidas lágrimas. Mi padre me miraba con mucho desprecio, mientras mi madre tan solo se limitó a tomar asiento en una esquina del galpón y observarnos.

-¿Creíste que escaparías tan fácil Gideon?-
Se acercó a mí, sacándose el saco y buscando alguna forma de quitar su cinto de una forma rápida.

No pude responder. Después de tanto tiempo volvería al infierno.

-Lo único bueno, Alexander, es que hoy será el último día que estorbes en nuestras vidas...-
Señaló unos bidones de gasolina en una esquina opuesta, casi fuera de mi campo de visión.

-... Pero antes, debo aprovechar este último instante para recordarte lo basura que eres, pequeño sabandija.-

Se acercó a mí, y luego de darle un vistazo rápido a la hebilla del cinturón, movió su brazo de forma rápida, dando un golpe en mi abdomen.

¿Sería mi último día?

_________________________

No sé cuanto rato ha pasado, tampoco sé cuántos golpes me ha dado ya que luego del número 10 empezaron a ser más rápidos a la par que dolorosos y perdí la cuenta.

Estaba muy herido, mi abdomen sangraba por pequeñas heridas punzantes causadas por la aguja de la hebilla, sentía todo mi cuerpo temblar, mi cabeza estaba baja y me sentía casi incapaz de levantarla. Mis párpados pesaban, quería cerrarlos y olvidar todo.

Pero no podía, en algún lugar de este mundo hay unos preciosos ojos gatunos probablemente llorando por mí y eso no era de ayuda cuando luchaba por no terminar de romperme.

Robert ya cansado de tantos golpes, caminó unos pasos llegando hasta los bidones de gasolina y tomando uno, volvió sobre sus pasos quitando la tapa de este y comenzó a derramar el contenido por todo el suelo a mi alrededor hasta la salida.

Mi madre se levantó del sofá por primera vez en todas estas horas y se encaminó hacia la salida.

-Vámonos muchachos-
El hombre calvo y algunos más vestidos de negro salieron del galpón detrás de ella.

Robert vació todos y cada uno de los bidones mientras yo temblaba e intentaba soltarme de alguna forma con mi poca fuerza. Al verme, soltó una risa burlona.

-Siempre fuiste un error, y debiste ser corregido desde un principio, me avergüenza que portes el apellido Lightwood. Grita todo lo que quieras, nadie te va a escuchar.-

Sacó una caja de fósforos de su bolsillo y la abrió para luego sacar uno, antes de poder siquiera encenderlo, unas luces azules y rojas junto a una sirena se hicieron presentes, Robert miró a su alrededor completamente desesperado para finalmente mirar el fósforo.

-Parece que al final ambos nos iremos al infierno Alexander-
Murmuró metiendo su mano en su bolsillo, sacando un arma de este y quitándole el seguro.

Apuntó, y mis ojos se cerraron con fuerza esperando lo peor. Lo último que pude pensar fué en esos hermosos ojos, y en todo lo que no podríamos vivir a partir de aquí, me imaginé cómo sería tener una familia con Magnus y dejé una lágrima salir, al saber que era una realidad que no sería posible.

El estruendo del disparo se gizo presente, pero no sentí nada, seguí respirando, seguí sintiendo.

Seguía vivo.

Levanté la cabeza con dificultad, buscando con la mirada a la persona que iba a dispararme.

La camisa de Robert tomó un color rojo oscuro en la zona abdominal, su boca se abrió dejando caer el espeso líquido y se dejó caer sobre sus rodillas para terminar en el suelo.

Estaba mareado, mi vista se había nublado y todo era muy confuso. Escuchaba gritos y un llanto, sentí como me desataban y me abrazaban, como me subían a la camilla y cómo la ambulancia se movía de un lado hacia otro.

También fuí consciente que mi mano no fué soltada en todo el camino por alguien que no dejaba de tocar mi brazalete.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

El último capítulo lo subiré este lunes.

Pero quiero dejar en claro que sí, ¡Va a haber segunda temporada!.

Pero, la empezaré a subir a partir de el 10 de agosto, debido a que estoy en época de parciales / Exámenes de mitad de año.

Y como van mis notas quiero enfocarme al 100% en eso, además de que me he comprometido mucho con esta novela, siendo el caso que no he fallado ni un día en subirles un capítulo.

Por lo cual utilizaré esas dos semanas y algo más para poder descansar un poco de escribir, y para pensar nuevas ideas para la segunda temporada.

¡Gracias por leer y no olviden votar!

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora