Capítulo 16

851 93 40
                                    

-Alexander Lightwood, ¿Quieres ser mi novio?-

Entré en shock.
Necesité pensar por varios segundos ya que su pregunta me había tomado por mucha sorpresa.

Magnus Bane es una persona completamente maravillosa, que nunca esperó nada a cambio de mí para ayudarme, siquiera esperó mi pedido de ayuda, desde el primer día y el primer problema se ha mantenido a mi lado y eso lo hace una persona increíble.

Magnus me miraba impaciente.

¿Podré hacerlo feliz?, ¿Seré capaz de no arruinar esto?.

Magnus no me merece a mi.

-Ma-Magnus...-

Él merece algo mejor.

-Y-yo..-

Pero puedo permitirme ser feliz una vez en mi vida.

-...Si.-
Solté acompañado de un suspiro y lo miré fijamente.

-Pero, Magnus, no puedo prometerte una relación completamente sin problemas, mi vida es una completa mierda y día a día tengo un problema diferente, necesito saber que serás capaz de aguantar esto conmigo antes de que hagamos esto oficial-

-Seré capaz de levantar una montaña si eso hace que nosotros sigamos siendo lo que acabamos de empezar a ser.-

Me apretó levemente contra él y besó mi frente.

-Oye, Malec is real-
Murmuró Magnus mirándome.

-¿Malec?-

-Magnus y Alec, Malec. Nefilim estúpido.-
Reí.

-¿De dónde sacaste eso de Malec?-
Se limitó a encojerse de hombros.

-Cuando acepté que me gustabas pensé que deberíamos tener un nombre. También estaba Algnus, pero eso suena como el nombre de un anciano. Malec si queda bien, y además, lleva todo el apodo de mi hermoso ahora novio...-
Sentí mis mejillas calentarse completamente.

-Aww, ¡Qué ternura!-
Tomó mis mejillas y empezó a apretar estas como hacía mi abuela cuando yo era pequeño.

-¡Yaaa! ¡Suelta!-
Le di dos golpes leves en las manos para que me soltara provocando una risa de su parte.

-Eres muy tierno-

-Cállate-

-No sabía que decir, además de que es verdad-

-Bane...-

-Lo siento-

-... iba a decir que te muevas porque me estoy cayendo del sofá y no vas a querer ver a tu novio llorando en el suelo.-

Al instante me tomó con fuerza y me acostó completamente encima suya.

-¡Problema resuelto!-
Me guiñó un ojo, para mi desgracia, sólo me limité a sonrojarme.

-¡Magnus!-
Salí con rapidez de encima de él y me senté en el suelo.

-Oye, Garbancito-
Se acercó por detrás de mi.

-¿Qué?-

-Aún no nos damos nuestro primer beso oficial...-
Sonreí ante su tono de preocupación y me giré para mirarlo.

-¿Hace falta?-

-¿¡CÓMO QUE SI HACE FALTA!?-
Comencé a reírme a las carcajadas, su cara de asombro y enojo combinados se veía muy graciosa, Magnus se acercó a mí y me tomó por las mejillas esperando que dejara de reír, pero al parecer tanto esperar le fué contagiando mi risa y este empezó a reírse muy bajo.

Luego que me calmé, decidí dar yo el primer paso. Lo abracé por el cuello para poder acercarme mejor a él y acerqué mi cara a la suya.

-Por favor hazlo tú antes que muera de la vergüenza-
Magnus me dedicó una pequeña sonrisa cálida y terminó de acercarse formando un tierno beso.

Sus labios seguían un ritmo lento y tranquilo, sus manos fueron a parar a mis caderas para así poder acercarme mejor a él, sinceramente por ahora, agradezco que Magnus no tenga intenciones puntuales conmigo, moriría de la vergüenza.

Nuestro beso fué interrumpido por un celular que comenzó a notificar una llamada entrante. Al separarnos pude notar que ese celular era el mío, y al ver el contacto de mi madre, atendí con rapidez alejándome un poco de Magnus.

-¿H-Hola?-

-¿Dónde carajo estás Gideon?-

-Uh... estoy en casa de un amigo, tenemos que hacer un trab...-

-Tampoco es que me importe. Esta noche tendremos una cena con la familia Fairchild así tú y tu futura esposa se conocen-

Sentí como si un balde de agua fría hubiera caído sobre mi.

-¿Futura esposa?-

-Exacto. Ya hablamos de esto Alexander, tu padre y yo lo hemos decidido por el bien de ésta empresa al igual que el señor Fairchild por el bien de la suya-

-P-pero mamá-

-Sin peros, Alec. No has hecho nada bien en tu vida, al menos has esto.-

Escupió con crueldad al teléfono antes de colgar, miré la pantalla del celular que indicaba una llamada finalizada mientras mis manos temblaban, no sólo por el miedo si no por la rabia de no poder decidir sobre esto.

-¿Q-Qué voy a hacer?-
Murmuré agarrándome la cabeza y tirando de mi cuero cabelludo mientras sentía mis ojos picar.

-¿Garbancito?, ¿Está todo bien, cariño?-
Magnus se acercó a mí a paso apurado y tomó mis manos con delicadeza para que no me lastimara.

-M-mis padres...-
Comencé a hipar mientras sentía las lágrimas derramarse.

-...e-ellos... ellos quieren casarme con la hija de una familia importante para así poder salvar su jodida empresa...-

Magnus me miraba fijamente y suspiró acariciando mi cabello

-Voy a hacer lo posible por evitarlo Magnus... Lo prometo-

-No prometas lo que no sabes si podrás cumplir, creo en tí Garbancito, pero ahora debes ir a casa-
Me limité a asentir lentamente mientras limpiaba mis mejillas de las saladas gotas que se habían escapado de mis ojos.

-Ah, y Alec...-

-¿Si?-

-Te ves tierno siendo la cuchara pequeña-

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora