Capítulo 12

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___POV MAGNUS___

3 Horas.
3 jodidas horas sin saber nada de Alexander.

Me encontraba en la sala de espera, caminando de lado a lado jugando nerviosamente con mis manos. Sé que no era un problema que fuera a poner su vida en riesgo, pero imagínate que la última vez que viste a la persona que te gusta, ésta estuviera ensangrentada y desmayada.

¿Acabo de decir persona que te gusta?

A veces me sorprendo a mi mismo, no siento tal cosa. Es decir, puede ser que crea que Alexander es el chico más atractivo de toda la secundaria, con su cabello negro y sus ojos azules, y joder, su risa... ¿Qué?.

Fruncí el ceño, ¿Realmente me gusta Alec?, ¿No es simple atracción?. Suspiré, y comencé a golpetear inquietamente mi pie contra la baldosa fría que tenía la sala de espera.

Un portazo y una pareja adulta entró a la sala y se dirigió al escritorio donde yacían tres enfermeras y un doctor, los escuché preguntar por su hijo, eso llamó mi atención. ¿Serán ellos?.

Una de las enfermeras luego de finalizar una llamada, le preguntó al calvo cuarentón el nombre de su hijo.
Este aclaró su garganta.

-Alexander Gideon Lightwood.-
Intentó murmurar.

-Hijo de puta...-
Solté con una risa burlona, sin preocuparme el hecho de que me habían escuchado.

-¿Disculpa?-
Me reprochó la mujer.
Negué con la cabeza burlón.

-Nada señora.-
La mujer miró incómoda a su marido, el enfermero los puso al tanto de la situación de su hijo, cosa que si hubieran llegado antes se hubieran enterado. La pareja optó por sentarse delante de mí y yo me estiré mirándolos a ambos.

-¿Buscas algo, hijo?-
Gruñó el hombre molesto mirándome fijamente.

-Es curioso que te cueste decirle hijo a tu primogénito pero me digas hijo a mi.-
Murmuré con la mirada clavada en sus ojos. Noté como su cara reaccionó de distintas formas: Rabia, sorpresa.

-¿Y tu que sabes de mi hijo?-
Se enderezó en el asiento, lo hice sentir incómodo.

-Lo suficiente, señor Lightwood. ¿No cree usted que es un poco cruel el siquiera aceptar a su hijo como es?-

-¿Cómo te llamas?-

-Magnus, señor. No es un placer conocerlo.-

-¿Qué tanto crees que sabes? Tienes cara de ser un completo inútil.-

-Señor, si abriera la boca y levantara la remera de su hijo usted estaría condenado al menos a 10 años de prisión. ¿Quiere que deje de ser un inútil?.-
Me levanté amenazandolo con la mirada.

El calvo quedó algo impactado, fue entonces que la mujer decidió hablar.

-Nuestro hijo está enfermo mentalmente.-
La miré con asco.

-¿Enfermo?-
La miré expectante.

-Si, enfermo, dice tener atracción hacia su mismo sexo y hasta se le declaró a un chico, espero tenga cura.-

-Espero que usted tenga cura, señora.-

-¿Cómo te atrev...?-

-¿¡CÓMO SE ATREVE USTED A LLAMARSE MADRE!?-
Perdí la paciencia, respiré hondo y seguí.

-¡Ese chico es de las personas más hermosas y amables que hay en este jodido planeta!. ¡Se esfuerza para sorprenderlos con notas casi excelentes!, ¡Ustedes sólo ven lo que creen que está mal en su hijo y no ven que por ser así de imbéciles lo están matando!-
Los miré con rabia sintiendo como mis ojos se desbordaban.

La madre de Alexander me miraba fijamente, busqué algo que me demostrara arrepentimiento, pero no lo encontré.
Si los ojos son la puerta del alma entonces esta mujer debe de estar muerta.

-No sé quién te crees para hablarnos así muchacho, pero será mejor que te retires antes que haga una llamada y cancele tu futuro en una simple oración-
Intentó amenazarme mientras sacaba su celular de su bolsillo trasero, por lo que reí burlonamente.

-¿Conoce a Asmodeo? ¿El gran arquitecto mundialmente conocido por sus edificios multimillonarios?-
Lo miré sonriendo.

-Si, es un socio nuestro.-

-Socio suyo y, por supuesto, Mi padre. Así que si yo fuera usted guardaría ese celular antes que yo llame a mi padre y haga que usted quede sin uno de los pilares de su empresa con una simple oración.-

El hombre quedó en shock, un joven casi adulto le estaba pateando el trasero y no le estaba gustando.

-¿Que tanto quieres?-
Soltó la mujer tras un momento de tensión.

-Lo único que quiero es que dejen a Alexander en paz, joder. Son supuestos a ser sus padres pero lo lastiman más que cualquier persona en el Instituto.-
La señalé con un dedo.

-Si el chico no se compor...-

-¿Es enserio?, ¿Usted cree que su hijo no se comporta?. ¡Su hijo está luchando por ser quien verdaderamente es y no solo con un Instituto, con su propia familia también!.
¡Se esfuerza y hace todo lo posible por complacerlos y hacerlos felices!, ¿¡Y ustedes sólo toman en cuenta lo malo!?-
Les reproché muy enojado.

El padre de Alec fue interrumpido por un doctor que salió por una gran puerta, este aclaró su garganta y leyó levemente la planilla que tenía en sus manos.

-¿Familia de Alexander Lightwood?-
Miró a las únicas personas que estaban ahí. Sus padres y yo.

-Somos Maryse y Robert Lightwood, somos sus padres-

-Vaya padres- murmuré

El doctor me miró fijamente y luego miró a Maryse y Robert.

-¿Son los padres?, ¿Por qué no vinieron cuando llamamos hace tres horas?-
El doctor y yo los miramos expectantes.

-Teníamos una junta importante en nuestro trabajo, no podíamos retirarnos por una estupidez-
Respondió el padre, bufé.

-El único estúp...-

-Ya, chico-
Me interrumpió el doctor.

-Me temo, señor y señora Lightwood, que como doctor de Alexander me voy a referir al señor...-

-Bane- respondí de inmediato.

-... al señor Bane, como tutor del chico, ha estado aquí las pasadas tres horas que su hijo estuvo en cirugía. Y al parecer fué el único que se preocupó.-
Respondió el doctor totalmente serio.

Al fin alguien notó, que la palabra "padres", les queda muy grande.

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora