Capítulo 10

894 94 15
                                    

Magnus pasó llorando mucho rato, abrazandome y diciéndome que lo sentía, que no me lo merecía, y yo solo me limité a acariciar su cabello e intentar subir su ánimo.

-A-Alexander... no vas a volver a esa casa, ¿Verdad?-

-No puedo vivir contigo para siempre Magnus-

-S-Si puedes... Mi padre estará de acuerdo, yo sé que sí-

-¿Y si un día nos peleamos Magnus?, ¿A donde iría entonces?, no es fácil para mi tampoco, pero tu eres mayor de edad y yo no, mis padres podrían denunciarte por secuestro o pedofilia aunque tengas solo 2 años más que yo. No puedo permitir que te metas en problemas-

-¿Alexander que no lo ves?, tienes que denunciarlos joder, tienes que cobrar justicia por toda la mierda que te han hecho-

-Ya, pero cuando ambos vayan a la cárcel, ¿Quién será mi tutor legal?, exacto, no tengo uno aquí. El más cercano está del otro lado del país-

-¿Prefieres vivir con la misma mierda por no irte lejos?-

-Prefiero vivir con la misma mierda porque te tengo a tí, carajo, no puedo dejar atrás lo único bueno que hay en mi vida...-
Murmuré cabizbajo y continué.

-Y-yo... ya no tengo hambre, permiso.-
Salí de la cocina y tomé una chaqueta saliendo de la casa, necesito pensar, mierda. Hay muchas cosas en mi vida últimamente y no sé cómo manejarlas.

Simplemente crucé la calle y me puse a caminar por el parque, no quería alejarme mucho, porque no traje mi celular y me pierdo fácilmente, así que ni bien llegué al pequeño lago que se encuentra congelado, me senté en una banca y suspiré mirando a la nada.

Tengo sentimientos encontrados, tengo rabia, dolor, asco. Y no entiendo la manera de hacerlos desaparecer. Quiero que esto termine, quiero que Magnus sea feliz con alguien que verdaderamente se lo merezca. Quiero ser aceptado, porque estoy cansado.

Cansado de fingir, cansado de ser, cansado de luchar, pelear y llorar. Quiero una puta vida normal, no quiero ocultame más, ni fingir ser alguien que no soy, ya no quiero ser pasado por arriba y pisoteado.

Casi toda mi vida se ha basado en golpes e insultos. ¿Por qué no puedo ser feliz siendo quién soy?, es decir, ¿Acaso está mal el tener otro tipo de gusto o atracción?.

______________________

Viernes, primera hora.

Caminé por los pasillos buscando con la mirada al gran casillero rayado, pero cuando llegué a este, tenía una fotografía pegada con simple cinta, al acercarme y verla mejor pude notar que era mi foto con Magnus.

Debajo de esa foto había una nueva escritura con tinta blanca:

"El azul de tus ojos me recuerda a la paz que brinda el mar".

Sonreí al notar la nueva escritura y miré a mi alrededor buscando alguien que pudiera ser el culpable de la escritura. Pero no, nadie me miró, nadie demostró ser quien lo había escrito. Así que despegué la foto y la guardé en mi mochila.

Guardé algunos libros, saqué otros y cerré el casillero. Pero de la nada una mano en mi nuca y un golpe de cara contra el casillero provocó que cayera al suelo.
Una risa de parte de todos los que se encontraban en el pasillo hizo que sollozara, otra vez me golpearían y nadie haría nada.

Me giré quedando boca arriba y miré el techo, sentí el sabor metálico en mi boca, pero sólo sentí dolor en mi nariz, pasé a sentir la cara entumecida y sentí que tomaron mis pies para posteriormente arrastrarme hacia algún lado.

-Buenas noches Lightwood-
Escuché de parte de Sebastián antes que cerrara una puerta, dejándome en completa oscuridad.

Intenté ponerme boca abajo y solté un gemido adolorido cuando logré hacerlo. Quiero gritar, pedir ayuda, pero estoy tan mareado que se me hace casi imposible el siquiera mantenerme despierto.

_______________________

___POV MAGNUS___

Suspiré al sonar el timbre que dió por finalizada la clase de Matemática, segunda clase del día que me toca con Alec, y sin embargo este no apareció en todo el día, estaba preocupado, llegamos justos al Instituto pero nos separamos para ir a nuestros casilleros, nos íbamos a encontrar en la primera clase, pero él nunca llegó.

Salí de la clase a paso apurado y corrí hacia el casillero del ojiazul. Pero no había nada, me acerqué al casillero y noté este levemente abollado, lo cual no estaba la última vez que lo ví, al acercarme más pude divisar una pequeña mancha roja, al pasar el dedo sobre esta supe que era sangre.

Entré en pánico, recorrí casi todo el Instituto buscando al posible culpable de esto. Cuando lo encontré lo tomé del cuello de su chaqueta y lo acorralé contra la pared.

-¿Qué le hiciste Morgenstern?-
Le dije entre dientes con una mirada seria.

-Wow Bane, te tardaste nada menos que tres horas en notar la ausencia de tu noviecito, ¿Huh?-
Me miró fijamente con una sonrisa cínica.

-¡Dime donde mierda está Alexander!-
Exigí sacudiéndolo provocando que se golpeara contra la pared.

-Quizá quiso limpiar su mierda, ¿No crees?-
Bingo, no me diría donde está, pero si una pista... imbécil.

-La única mierda aquí eres tú, ya déjalo en paz.-
Lo solté luego de un agresivo sacudón y comencé a correr hacia el único lugar que se me ocurrió: El cuarto del conserje.

Intenté abrir la puerta pero esta no cedió, y luego de varios sacudones empecé a perder la calma. Tomé distancia de esta y corrí tumbando esta con fuerza.

Allí estaba él, mi corazón se rompió.

Salvado por el chico nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora