CAPITULO 2

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Llego a la pequeña plaza donde solía venir con mi padre, no sé ni cómo llegue aquí solo sé que camine y mis pies se dirigieron hacia este lugar. Me siento en un pequeño banco alejada del resto de la gente ajena a mí sufrimiento y observo el sobre blanco en mis manos, en uno de sus lados está escrito mi nombre con su letra no sé si tengo la suficiente fuerza en este momento para leer lo que está escrito allí pero si se que necesito respuestas para las absurdas decisiones que dejo dichas en su testamento, abro lentamente el sobre y respiro profundo intentando darme fuerzas mentalmente.

"Mi pequeña, te pido disculpas por no informarte de mi enfermedad pero es que para el momento en el que me entere ya estaba muy avanzada y no quería que te quedara un recuerdo de mi viéndome en un cama o sufriendo por los tratamientos, así que preferí seguir como si nada pasara hasta que llegara el momento de mi partida, también se que no comprendes mi decisión y no querrás aceptarla pero un padre hace todo lo posible para que sus hijos sean felices y se bien que tú solo te enfocaras en la empresa ya que durante estos dos años que me estuviste apoyando jamás te vi salir, ni conocer a un chico, no quiero que te olvides de que eres una mujer joven, hermosa y con una vida por delante mi pequeña.

Quiero que seas feliz así como lo fuimos vuestra madre y yo, no digo que la vida sea color rosa pero no quiero verte sola dejando a un lado lo que realmente importa como el amor de la familia, pues el trabajo y el dinero no lo es todo, me encantaría que me des nietos aunque no esté allí para consentirlos como un buen abuelo pero es mi deseo y aunque sé que vuestra hermana me dará nietos, quiero lo mismo de ti y sé que tú postergaras el conseguir pareja y yo no iba a estar para darle la bendición, sé también que es un atrevimiento de mi parte pero aún así decidí darle vuestra mano en matrimonio a West, él será un buen esposo y compañero, así como vuestra madre lo fue para mí, él sabrá apoyarte y entenderte en todo momento, te amara incondicionalmente así como yo a vuestra madre, te respetara y tengo el presentimiento que con el tiempo también le amaras solo dale la oportunidad a él y date una oportunidad a ti de ser feliz.

Mi pequeña solo te pido que tengáis un poco de fe y que confíes en este viejo que te ama y solo desea lo mejor para ti, espero me perdones por no poder entregarte el día de vuestra boda pero el tiempo no me alcanzo, te amo mi pequeña cuida de vuestra madre y hermana por mí."

-. ¿Señorita se siente bien? - me pregunta un hombre alto, de unos profundos ojos marrones muy hermosos - ¿Señorita?

-. Eh sí, me encuentro bien - respondo aun distraída por su mirada

-. Disculpe mi atrevimiento pero ¿entonces porque está llorando? - desliza uno de sus dedos por mi mejilla derecha limpiando el rastro de una lagrima que ni sabia estaba allí

-. No... No sabía que estaba llorando señor...

-. Diego mi nombre es Diego y ¿el vuestro es?

-. Oh disculpe yo soy Alice - respondo y le dedico una sincera sonrisa la cual me regresa y es cuando aprovecho de detallarlo un poco más, tiene una nariz perfilada, unos labios finos, tiene la barba de un día, lleva un vaquero negro y camisa blanca la cual hace ver sus ojos aun más claro de lo que son; la verdad es un hombre muy atractivo

-. Es un nombre muy lindo Alice y esa sonrisa se ve mucho mejor en vuestro adorable rostro que esas lagrimas de antes

-. Oh, bueno no sabía que estaba llorando, estaba leyendo esto - levanto mi mano con la carta y recuerdo las palabras de mi padre

-. Espero no sea nada grave - dice sentándose a mi lado

-. Mi padre...

-. Lo siento mucho, no debí preguntar

Eras Tú - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora