Alice Meyer de West
Durante la cena se podía notar lo tenso que Diego estaba, no presto atención y aunque su cuerpo estaba con nosotros en la mesa su mente divagaba en otra dirección, por más que nos sonreía en su mirada había preocupación, angustia y hasta podría decir que una gran tristeza; quise preguntarle qué era lo que sucedía pero prefiero aguardar a estar a solas, se lo importante que es para el que su hermana no vea estas discusiones y tengo el presentimiento de que es justo lo que será.
-. Ali ¿Me leerías un cuento para dormir?
-. Claro que si pequeña ¿Cuál te gustaría? – inquiero y se encoje de hombros, tomo el segundo tomo de la enciclopedia que compre y busco en él una historia, ya que es una historia para dormir y tengo ansiedad por hablar con Diego me decido por uno corto popular que mi madre me leía – bien ¿te parece este? – Me recuesto a su lado y le muestro la página – La Muñeca Vestida de Azul – leo el titulo
-. Sii, mira yo también tengo una muñeca igual – me muestra feliz a su Elza, sonrió y comienzo a leerle
-. Tengo una muñeca vestida de azul, con zapatos blancos y blusa de tul... - mira sonriente la imagen – la saque a paseo, se me constipo, la metí en la cama con mucho dolor – hace un puchero – esta mañanita me dio el doctor que le de jarabe con un tenedor – niega y se cubre la boca con ambas manos – salta la tablita ya yo salte. Sáltala de nuevo, que ya me canse. Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis. – termino de leer divertida y me mira confundida
-. ¿Ya termino? – Cuestiona y asiento – pero es muy cortico – comenta
-. Eso es porque es muy tarde pequeña y ya es hora de dormir – me levanto, le cubro con la cobija y me inclino para besar su pequeña frente – te prometo que todas las noches te leeré pero por ahora a dormir – asiente con una gran sonrisa y apago las luces dejando solo una pequeña lámpara encendida.
Salgo de su habitación y me encamino a la mía para ver si Diego está allí, pero al entras esta vacía, decidida a preguntarle que sucede salgo en su búsqueda, no lo encuentro ni en la sala ni en la cocina, voy a su oficina y finalmente lo encuentro, pero el desastre que veo por todos lados me alarma; la PC, los teléfonos, carpetas que antes estaban en completo orden sobre su escritorio yacen en el piso igual que Diego quien tiene la cara entre las rodillas y al acercarme veo que sostiene un vaso con lo que supongo es algún licor de la despensa.
-. Ali ve a descansar por favor – pide evitando mirarme
-. No – respondo firme - ¿Qué sucede? Y no digas nada porque mira este lugar
-. Ali por favor – insiste pero hago caso omiso y me siento a su lado - ¿Qué haces?
-. ¿No es obvio? – Inquiero y me mira a los ojos, puedo notar lo molesto que esta y necesito saber la razón – hasta que no me expliques la razón de tu estado no me iré a ningún lado Diego y si el que estés así tiene que ver conmigo entonces tengo derecho de saber que sucede
-. Alice por favor no preguntes, yo solo quiero mantenerte fuera de toda mi mierda
-. Bien, no me digas nada pero luego no me exijas confianza o explicaciones – claudico molesta, me levanto y salgo de la oficina
Necesito saber que me oculta y si él no está dispuesto a decirme pues bien, buscare la manera de enterarme. Busco mi teléfono y le marco tanto a mi hermana como a mi madre y a mis chicas pero ninguna me responde, comienzo a inquietarme y le marco a Regina pero nada tampoco responde mi llamada. Trato como puedo de relajarme porque esto no me hará ningún bien, dejo caer mi telf. Sobre la cama y me desvisto.
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Eras Tú - Editando
RomanceAlice Meyer se ve obligada a casarse tras la muerte de su padre con un total desconocido para asi salvar la cadena de hoteles que su padre creo y aunque trata de diversas maneras conocer a su prometido, este se lo impide haciendo valer una clausul...