CAPITULO 20

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            Una vez en la casa Diego se impuso sobre mi pidiéndome que me relajara y descansara un rato mientras que el preparaba la cena y aunque intente negarme no tuve otra opción mas que sentarme en una de las cillas fuera de la casa a la orilla de la playa contemplando el hermoso ocaso, disfrutando de la vista y de la tranquilidad que el lugar brinda y poco a poco voy cayendo en un profundo sueño escuchando de fondo el sonido del vaivén de las olas...

-. Eres exquisita, dejame amarte y adorarte como te mereces – dice dándome un delicado pero ansioso beso en la base de mi cuello – entregate a mi y olvida el mundo

-. Si, hazme el amor – respondo en un susurro apenas audible y aferrándome a sus fuertes brazos; rápidamente me alza y me lleva hasta la habitación sin dejar de besar mi cuello y mis hombros provocando que mi piel se erice ante el anhelo ya la anticipación

En la habitación me coloca suavemente en la cama, sus manos recorren mi cuerpo y siento como si mi piel se quemara con el simple rose de su piel, comienza a desvestirme sin dejar de besarme y cuando busco besar sus labios no me lo permite vuelve a posarlos sobre la base de mi cuello y baja sus manos a mis senos acariciándolos sobre el sostén, su boca desciende hasta ellos y le da un suave mordisco al sosten justo donde se encuentra mi pezón haciendo que gima de placer, continua desvistiéndome pero esta vez su mirada busca la mia yo comienzo a desvestirle también, poco a poco las prendas de ambos van desapareciendo y al estar desnudos su mirada viaja lentamente por mi cuerpo y la mia por el suyo admirando cada parte, sus labios vuelven a posarse sobre mi piel besando y dando pequeños mordiscos bajando desde mi cuello hasta mi ombligo y aunque intento mantenerme tranquila el calor de su respiración en la parte baja de mi abdomen me obliga a moverme pero el hábilmente me lo impide y sigue bajando hasta llegar a mi sexo, con su pulgar comienza a trazar círculos mientras introduce un dedo en mi haciéndome gemir y arañar las sabanas por la sorpresa, lo saca y repite nuevamente mirándome con sus hermosos ojos azules...

-. Alice...

-. Mmm Diego besame – le pido y cierro mis ojos para evitar retorcerme ante su toque

-. Ali, despierta – dice y abro mis ojos de golpe encontrándome totalmente desorientada y con una sonrisa picara de Diego, rápidamente cubro mi rostro apenada y el rie a carcajadas - ¿puedo saber que soñabas? Parecía interesante – inquiere y niego

-. No, por nada del mundo te dire lo que estaba soñando

-. ¿y si te doy lo que me has pedido? – vuelve a preguntar pero esta vez puedo sentir su respiración a centímetros de mi rostro, retiro mis manos de mi rostro y me encuentro su rostro tan cerca del mio y sus labios tentadoramente cerca, mi corazón se acelera ante mi ansiedad, mis nervios por un lado se que esto esta realmente mal Diego es el mejor amigo de mi prometido; pero por otro lado deseo esto, mi cuerpo se muere por sentir el contacto con su piel y mis labios después de ese sueño anhelan sus besos, cierro mis ojos nuevamente intentando relajarme para tomar la mejor decisión y antes de que pueda decir algo Diego posa sus labios en la comisura derecha de los mios dándome un pequeño beso media luna y me deja totalmente aturdida por unos segundos – lo siento no... – dice alejándose pero rapidsamente coloco mis manos en su nuca y lo atraigo hacia mi buscando nuevamente el encuentro de nuestros labios en un beso posesivo cargado de deseo

-. No te disculpes Diego quiero esto, lo deseo y se que tu igual – digo con toda sinceridad una vez que nos separamos para tomar aire – por favor ayudame a olvidar quien soy y mis obligaciones solo por una vez – le pido – solo quiero un poco de normalidad en mi vida ¿puedes hacer eso por mi? – pregunto y nos miramos unos minutos o segundos, se levanta y me tiende la mano e inmediatamente la tomo, me lleva al interior de la casa hasta llegar a la puerta de la habitación

-. ¿estas segura de esto Ali? – inquiere y sin pensar asiento ya que si lo hago sin duda me arrepentiré y prefiero dejar el arrepentimiento para después – bien, pero tengo una condición, si en algún momento deseas parar solo dilo ¿de acuerdo?

-. Diego quiero esto de verdad – le aseguro y asiente, entramos al cuarto y nerviosa comienzo a desvestirme, me mira y coloca sus manos en sobre las mias

-. No, dejame a mi, deja que adore tu cuerpo como lo mereces – dice y comienza a desnudarme lentamente, yo solo puedo mirarle a los ojos mientras el me mira por completo y en su mirada puedo notar el deseo, retira habilmente mi blusa, luego sus manos viajan hasta el broche de mi falda y al soltarlo ella cae y me encuentro expuesta ante el solo en ropa interior, me da un recorrido con su mirada – eres realmente hermosa, perfecta – dice y su voz es ronca cargada de deseo, me carga y me lleva hasta la cama, una vez allí el comienza a desvestirse sin dejar de mirarme, al quedar en bóxer puedo notar un gran bulto su entrepierna y mi corazón se acelera aun mas se que debería de decirle a Diego que jamás he estado con un hombre pero temo que se arrepienta de estar conmigo y por nada del mundo permitiré que West también se quede con eso, por otro lado cuando Diego me beso tuve una sensación de que ya antes me hubiera besado lo cual es realmente una locura ya que obiamente eso jamás ha pasado – ¿Ali? – escucho su voz y me regresa a la realidad – Ali no te voy a obligar a nada si no quieres por mi...

-. Tranquilo Diego – le interrumpo – si quiero solo me distraje por un segundo, pero si tu no quieres tampoco te obligare se que West...

-. West no esta aquí Ali, en esta habitación y cuando estemos así Alexander no tendrá cabida, olvidate de el aquí solo estamos tu y yo – dice siendo ahora el quien interrumpe y me hace callar colocando su dedo en mis labios – en cuanto a si quiero o no ¿es que no has visto lo duro que estoy solo con mirarte? Ali deseo esto tanto o mas que tu, pero quiero que estes segura porque después de esto seras completamente mia – asegura y quisiera que fuera así pero solo sere suya en estas cuatro paredes fuera de ellas soy la futura señora de West, me mira y asiento – te aseguro que sere solo tuyo

-. Pero Diego – intento hablar pero no me lo permite

-. Diego nada, tu solo confía en mi ¿puedes? – pregunta y asiento – bien ahora dejame estar dentro de ti o juro que moriré de deseo – dice con picardia haciéndome sonreir y rápidamente posa sus labios en los mios dándome un beso apasionado y cargado de deseo, da un pequeño pero sensual mordisco en mis labios y comienza a besar desde mi boca pasando por mi cuello, luego me levanta un poco y desabrocha mi sosten para quitarlo y así tener la libertad de besar, chupar y morder mis pesones ocacionando que suelte varios gemidos, una de sus manos viaja lentamente desde mi pecho hasta mi zona v y aun sobre la ropa comienza a mover sus hábiles dedos volviéndome loca de placer, luego uno de sus dedos se desliza por el interior de mis bragas – Dios estas tan humeda – dice y rápidamente introduce un dedo

-. Ah... – doy un grito de placer al sentirlo en mi interior y me retuerzo de placer

-. Oh mi dios necesito estar dentro de ti ya Ali, estas tan humeda y caliente que no puedo esperar mas – habla y puedo notar el deseo en su voz, retira el dedo de mi interior y de pronto tengo una extraña sensación de abandono, lo miro y veo como el dedo que tenia en mi interior lo introduce ahora en su voca sin dejar de mirarme – mmm eres exquisita – dice, saca el dedo y me da un rápido beso antes de levantarse veo como se quita el bóxer y tiemblo por nervios a que me vaya hacer daño pero intento no demostrarlo, luego busca en sus pantalones y saca de ellos un envoltorio rojo al ver que es un preservativo, niego – ¿estas segura? – inquiere y asiento

-. Tranquilo Diego tomo la píldora – respondo con tranquilidad, la verdad es que aunque nunca he tenido relaciones, hace unos años tuve unos quistes en los ovarios y la ginecólogo me recomendó tomarlas ya que sus hormonas harian desaparecerlos y además se por mis amigas que la primera vez es hacerlo mejor al natural así el elástico no irrita mas de lo que podría quedar; Diego me mira y por un momento su mirada me confunde ya que deja de ser de deseo para ser una mirada dolida, pero antes de que pueda decir algo vuelve a posar su mirada en mi cuerpo y me retira las bragas, se coloca sobre mi apoyando su peso en uno de sus brazos, luego puedo sentir la punta de su falo en mi entrada y cierro los ojos esperando, comienza a besarme el cuello y antes de darme cuenta se introduce en mi – ah – grito y me aferro fuertemente a sus brazos de pronto el se tensa por completo y sin salir de mi se medio levanta y me da una mirada de horror 

Eras Tú - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora