Alice Meyer de West
Mi te teléfono suena indicando un número desconocido pero de la zona
-. Buen día – respondo
-. Buen día Señora Alice, soy María la chica de la clínica – sonrió al recordarla, esperaba que llamara – espero no estar interrumpiendo
-. Para nada ¿Cómo estás? ¿Qué tal va tu embarazo? – le pregunto
-. Estamos bien, de reposo, le estaba llamando para saber si su oferta sigue...
-. Claro que sí, de hecho estaba esperando tu llamada – le interrumpo emocionada, Victoria llega con algunas bolsas y la miro intrigada
-. Bueno es que debía pensarlo bien – comenta
-. Entiendo pero me alegra de que te decidieras, me gustaría verte ¿podrías venir al hotel dónde estoy? – Inquiero – me gustaría que conocieras a unas amigas
-. Si, así salgo de mi encierro – sonrió porque justo me siento igual
-. Perfecto, envíame tu dirección y envió al chofer por ti
-. Yo puedo llegar...
-. No, tu estas de reposo y si vas a venir quiero que sea estando cómoda así que espero tu mensaje – cuelgo antes de que se niegue
Me levanto un momento de la cama y voy hasta el vestíbulo donde me encuentro con el guardaespaldas y le pido que solicite un chofer para mandar por María de quien recibo la dirección. Regreso a la habitación y encuentro a las chicas comiendo.
-. Te queríamos esperar pero teníamos hambre – se excusa Victoria
-. Tranquila yo igual pero voy a esperar a una persona que quiero presentarles y así como yo debe alimentarse bien – me miran intrigadas y les cuento un poco de María, como esperaba inmediatamente se ofrecen a darle su apoyo
-. ¿Qué te gustarían que fueran? – pregunta Amanda y sonrió
-. Solo quiero que sean sanos – Victoria rueda los ojos - ¿Qué?
-. Esa es la típica respuesta Alice y lo deseamos todos pero dinos la verdad
-. Pues si insisten, cuando el doctor dijo que eran gemelos lo primero que vino a mi mente fue el par West de pequeños pero si soy sincera creo que serán niñas – coloco mis manos en mi vientre y la angustia, el miedo de perderlos me atormenta – tengo tanto miedo
-. No tienes por qué tenerlo, veras que nacerán sanos o sanas – las dos me abrazan y me permito llorar y soltar mis miedos. Unos minutos más tarde María llega y entra a la habitación
-. Buenas – seco mis lágrimas y pongo atención a María que me mira preocupada – Disculpen no deseaba interrumpir
-. Para nada, ella solo esta sensible por sus hormonas supongo – dice Victoria con burla
-. Pasa María – le pido – te presento a Victoria y Amanda, chicas ella es María la persona de quien les hable
-. Un placer – dice María apenada y las chicas le dan un abrazo y acarician su abultado vientre
-. ¿Qué es? – pregunta Amanda y noto en su voz la tristeza
-. ¿Cuánto tiempo tienes? – ahora es Victoria
-. Es un niño y tengo 6 meses – responde sonriente la aludida - ¿estás bien? – me pregunta y asiento
-. Si, disculpa por hacerte venir y si no me levanto pero es que tengo orden de absoluto reposo – llevo mis manos a mi vientre y sonríe
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Eras Tú - Editando
RomanceAlice Meyer se ve obligada a casarse tras la muerte de su padre con un total desconocido para asi salvar la cadena de hoteles que su padre creo y aunque trata de diversas maneras conocer a su prometido, este se lo impide haciendo valer una clausul...