Segunda Parte CAPITULO 17

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Diego Alexander West A.

-. Mell no te alejes tanto – le pido – Cesar ve con ella – ordeno - ¿Qué sucede?

-. ¿Por qué no me dijiste que darías una rueda de prensa? – Pregunta - ¿Fue esa la razón de que viajaras?

-. No, después de aquel reportaje le pedí a Román que investigara quien había sido el informante, claro que Alejandro y yo ya teníamos una sospecha pero quise estar seguro

-. ¿Quién fue? – cuestiona

-. Ángela

-. ¿Por qué lo hizo? Pensé que era de tu confianza – murmura y suspiro

-. Por despecho supongo – me mira sorprendida y luego niega, suelta mi mano y se aleja un poco

-. Lo sabía – dice molesta – esa mujer y tu... Dios Alexander dijiste que no había nada entre ustedes – trato de agarrarla pero lo impide - ¿Cómo pude ser tan idiota y volver a confiar en ti?

-. No hay nada entre ella y yo Alice – afirmo, veo correr una lágrima sobre su mejilla, intento acercarme pero da un paso atrás

-. No me toque Alexander

-. Alice solo fue una vez, hace como tres años y ni siquiera lo recuerdo, estaba borracho

-. ¿Cómo creerte si me mentiste durante semanas? Dime Alexander ¿Cómo demonios te creo y confió en ti si ella aun trabaja para ti? – pregunta molesta

-. Es cierto te mentí, pero no lo hago ahora lo juro y ya ella no trabaja para mí, a eso viaje ayer

-. Disculpa pero me cuesta creerte, claro, ahora entiendo tu tranquilidad cuando el médico me prohibió las relaciones, la tenías a ella bien dispuesta

-. Jamás te engañaría – intento razonar con ella pero se aleja y se une Mell. Le hago señas a Román para irnos, sé que es mejor esperar a que se tranquilice, así me permitirá explicarle.

Durante el camino Alice se mantiene alejada de mí y aunque sonríe con Mell a mí me ignora y hace cuánto puede para no mirarme. Cuando llegamos a nuestro piso se va con Mell a su habitación y yo a la nuestra para esperarla, no quiero que Mell nos vea discutir.

Una hora más tarde sigo esperando y comienzo a impacientarme por lo que salgo a buscarla; entro a la habitación de Mell pero ella está sola y dormida, me preocupo y voy al cuarto de invitados y tampoco, finalmente voy a la cocina y la encuentro sentada en una de las banquetas junto a la encimera, con un bote de helado de chocolate.

-. Déjame sola por favor – pide pero la ignoro sentándome a su lado

-. Alice fui a la isla para despedirla y asegurarme de que ni ella ni la prensa siguiera interfiriendo con nuestra intimidad

-. Te acostaste con ella Alexander y tuviste el descaro de negármelo cuanto te lo pregunte hacer meses – dice dolida

-. Eso fue mucho antes de conocerte, desde que me fije en ti no hubo nadie más – confieso - ¿Aun crees acaso que fuera hecho todo lo que hice por un estúpido convenio? Pude decir no Alice, tengo suficientes negocios y dinero, sabes tan bien como yo las razones de porque deseaba vender esas acciones, pero aun así siempre pude decirle no a tu padre – suelto molesto por su actitud, pensé que ya había dejado más que claro que la amo – Ali te amo a ti y jamás te engañaría con otra mujer, contigo lo tengo todo y no necesito ni quiero más de otra

Eras Tú - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora