CAPITULO 10

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Una vez a bordo del hermoso Velero, Diego me muestra con detalle cada lugar, el interior cuenta con un pequeño pero acogedor recibidor, una pequeña cocina, una barra y un espacioso camarote todo decorado en un hermoso color caoba con simples pero muy elegantes detalles en blanco lo cual brindan tranquilidad desde el momento en que subes a bordo; en la cubierta la cual es realmente espaciosa están unas acogedoras banquetas y un hermoso timón. Diego con entusiasmo y orgullo me enseña cada lugar haciendo notar cuanto le gusta la paz y tranquilidad que este lugar regala, cuando pasamos a desayunar me sorprendo pues pensé que tendría personal que nos atendería pero una vez más el me sorprende al decirme que él será quien lo prepare pues ya que este es su lugar privado no le gusta que nadie le atienda sino que prefiere hacer las cosas por el mismo y según él es un gran cocinero así que para retarlo un poco le digo que ya luego seré yo quien juzgue su sazón lo cual por supuesto le causa gracia, me pide que me siente en la barra mientras él se mueve con elegancia en la cocina preparando un desayuno tradicional Venezolano, según dice cuando lo probo la primera vez le encanto el cual es una de sus comidas favoritas y espera que me guste, este consta de unas arepas preparadas con harina de maíz, de relleno por estar en la costa es de un guiso de cazón y queso blanco rayado; mientras observo con detalle como lo prepara me cuenta que lo aprendió hacer estando en una pequeña isla de Venezuela llamada Margarita cuando se encontraba diseñando uno de los hoteles más importante del lugar así pues quedo encantado tanto por la comida, como por el lugar y por la calidad de las personas, pues desde el momento en que llego al país fue recibido de la manera más acogedora haciéndole sentir como si estuviera en casa.

Escucho fascinada algunas de sus historias por el lugar mientras cocina y aunque le propongo ayudarle el no me lo permite, pues solo al ser su invitada seria descortés permitirme hacerlo y aunque trato de persuadirle con una de mis mejores sonrisas él se niega así que le pido que por lo menos me permita preparar el comedor y aunque se niega de primer momento no le queda de otra debido a mi insistencia, una vez que el termina de cocinar pasamos al comedor y él como todo un caballero retira la silla para que me pueda sentar para luego el sentarse justo frente de mi. Me guía en la forma adecuada de comer lo que ha preparado el toma su Arepa la abre con el cuchillo, le unta un poco de margarina y luego coloca el guiso de cazón mas el queso; paso a paso sigo sus instrucciones hasta terminar, animada por el doy el primer mordisco y me sorprendo por el sabor es realmente espectacular y él cuando ve mi sonrisa de aprobación me recuerda que en un principio me había dicho que era un buen cocinero.

Mientras desayunamos hablamos de trivialidades como las cosas que nos gusta hacer y me sorprendo al notar lo mucho que tenemos en común, claro que hay algunas cosas en las que diferimos y eso es lo que a cada quien nos hace únicos; agradezco que me ha respetado a tal punto de no preguntarme nada referente a lo que se entero anoche pues supongo que sabe que no es fácil para mí hablar de ese tema, pero sé que debo explicarle lo que está pasando y aunque no debería siento que en el puedo confiar además de que necesito desahogarme con alguien que no sea de mi familia.

***

Una vez terminado el desayuno volvemos a la cubierta y se ofrece a darme un pequeño paseo por la costa y yo acepto encantada ya que no puedo negarme a algo que siempre he querido hacer y la verdad no sé si pueda tener de nuevo la oportunidad de navegar por la costa, así como también es una forma de olvidarme de los problemas que me esperan una vez que vuelva a la ciudad; Diego pacientemente espera mi explicación y me da algo de espacio para que yo disfrute del lugar, no sé por qué con el siento tanta tranquilidad así que para dejar de darle largas al asunto decido que es mejor hablar...

-. Diego quiero primero pedirte que lo que te voy a contar no lo comentes con ninguna otra persona y menos con Alexander West pues él es uno de los implicados y aunque realmente me da igual lo que el piense no quiero tener una discusión con el – comienzo – como habrás notado el saca una parte impulsiva y negativa de mi, cosa que realmente jamás me ha gustado, nunca he sido una niñita mimada o bueno no de la forma en la que él y muchos piensan...

Eras Tú - EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora