Cuando Jimin cruzó el vestíbulo del teatro a principios de septiembre, llevaba días demasiado inquieto.
No había dejado de pensar en el desconocido con chaqueta de cuero. Aquella noche había permanecido despierto mirando el techo de su habitación, afectado por la forma en que él había tensado la mano contra su regazo.
Se había dormido con el tono áspero de su voz acariciándolo por debajo del pijama, una voz tan poderosa que había tenido que apretarse las manos contra el vientre para paliar sus devastadores efectos. Jamás había reaccionado así por un hombre y menos por uno al que no volvería a ver de nuevo.
Tenía que centrarse en cosas más importantes.
Cosas reales.
Era lunes, las ocho de la mañana. Jimin estaba impaciente por comenzar con el horario habitual de las clases, aprender nuevas coreografías y reencontrarse con sus compañeros del cuerpo de baile. Llegó a la compañía de muy buen humor.
―Buenos días, señorita Taeyeon
―Buenos días, querido. ―La recepcionista le dedicó una cálida sonrisa de bienvenida―. Vienes con muchas ganas de empezar, ¿verdad?
¿Tanto se le notaba? Jimin asintió con las mejillas sonrojadas y la mujer le tendió una carpeta de color blanco con el escudo de la compañía en la portada, una «B» y una «H» entrelazadas sobre un intrincado emblema hecho de ramas y hojas. Dentro estaba el programa de la temporada que había diseñado el director artístico.
Acarició las letras, con la mirada perdida en una de sus ensoñaciones.
Cuando llegó a la sala de reuniones, algunos bailarines ya estaban esperando, hablando y leyendo lo que había en las carpetas. La Sala Blanca era el salón de baile más grande de la compañía, y lo utilizaban para reuniones, ensayos generales y también para las audiciones, pruebas y exámenes de los jóvenes aspirantes. Disponía de unas gradas en un extremo y un gran piano de cola, y las paredes estaban cubiertas por espejos. La iluminación era muy brillante, onírica.
Se acercó a las gradas para saludar a sus amigos, sintiendo un cálido cosquilleo de emoción. Los había echado mucho de menos durante las vacaciones.
―Buenos días ―saludó con timidez.
―¡Jimin! ¿Cómo estás?
Jung Hoseok fue el primero en estrecharlo contra su pecho con un fuerte abrazo.
―Bien, muchas gracias ―respondió en voz baja. Hoseok le dio unas palmaditas en la espalda antes de soltarlo―. ¿Qué tal os va? ―preguntó al resto.
―Yo he pasado las vacaciones en Seongnam ―dijo una chica llamada Dahyun
―¿Te has enterado de que Nayeon ha fichado por el Metropolitan? ―le contó Jackson.
―¿De verdad creéis que es necesario preparar otro Lago para marzo― protestó Jaebum desde una butaca, leyendo todo la documentación de su carpeta.
―¡Jimin, por fin!
La voz de TaeHyung sonó por encima de las demás voces de la conversación y de pronto unos brazos se le echaron al cuello, apretándolo con mucha fuerza.
―¡TaeHyung! ―protestó Jimin―. Me estás ahogando.
―Ay, ya lo sé, pero es que tenía tantas ganas de verte... ―Lo soltó y le dio un beso en cada mejilla. Poniéndole las manos sobre los hombros, lo miró de arriba abajo con una sonrisa y los ojos brillantes de emoción―. Sigues igual de pálido desde la última vez que nos vimos.
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Baila para mí || Yoonmin
FanfictionJimin es un prometedor bailarín, que en su búsqueda de la perfección, ha dejado de lado todo lo que no tenga que ver con el estricto mundo del ballet. Pero cuando surge la posibilidad de conseguir un papel que anhela por encima de todo, el miedo al...