||Capítulo 6||

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Había una tostada en su plato y no recordaba cómo había llegado allí. Jimin la cogió con las manos y observó los tonos marrones del pan, absorbida por los colores.

La depositó de nuevo sobre el plato y descubrió que había mantequilla en un pequeño cuenco de vidrio, junto a otro cuenco con mermelada de fresa.

Ni siquiera recordaba haberse sentado a la mesa del desayuno. Escuchó un murmullo a su lado. Desde la noche anterior, el único sonido en su cabeza era el de la
lluvia, y cuando se concentró, logró captar el final de una frase:

―... para el viernes.

Levantó la mirada hacia su madre, sobresaltado.

―¿Qué pasa mañana?

―La velada en casa de los Lee, cielo.

En sus oídos seguía sonando el repiqueteo de las gotas de agua sobre el vidrio de su habitación. Y en sus labios perduraba el sabor de Yoongi. No entendió lo que le decía.

―¿Qué velada? ―aventuró.

La señora Park dejó la revista sobre la mesa con mucho cuidado y miró a su hijo por encima de sus exquisitas gafas de lectura. Tenía unos grandes y
expresivos ojos grises como los de su madre, aunque estaban desprovistos de su calidez.

Park Sung Ryung no era una mujer apasionada ni romántica, por encima de cualquier sentimentalismo estaban la elegancia y el buen gusto, los modales en la mesa y elegir con cuidado la mantelería de los domingos.

―La presentación en sociedad de Lee JongSuk. Se va a celebrar un baile al estilo tradicional ―explicó su madre con suavidad al ver que Jimin no
reaccionaba―. Los muchachos llevarán traje negro, toda la familia estará presente, incluso el primer ministro de seguridad nacional . He ayudado a YoungAe con los preparativos y va a ser algo maravilloso. Han escogido el hotel JW Marriott Dongdaemun Square Seoul. Tu padre dará un discurso para los jóvenes ―siguió su madre―. Y Hyukjae vendrá con Siwon.

Había olvidado por completo que se reencontraría con su hermano. Antes de dejarse vencer por el pánico, Jimin cogió la tostada, la cubrió con mantequilla y mermelada de fresa y le dio un mordisco.

―El sábado por la mañana tengo una prueba ―anunció―. Y otra prueba más la semana que viene. Voy a estar muy ocupado hasta el mes que viene.

―Solo estoy pidiendo unas horas de tu tiempo, cariño ―comentó su madre sonriendo con cortesía, como si se dirigiera al asistente en vez de a su hijo―. YiFan lo ha planeado todo, te dejará el traje en el coche y, cuando termines tu jornada, Chen te lo llevará para que puedas cambiarte en el teatro. A las seis estarás listo y en el hotel.

―Habrá una recepción hasta las ocho, hora prevista para el discurso del señor Park. El baile dará comienzo tras las palabras del coronel.

La voz cristalina de YiFan, la asistente personal de su madre, llegó desde un lado de la habitación. Jimin miró a la joven con rencor, luego a su madre y por último a su padre, escondido tras el periódico.

―SeungRi estará allí. ―Su madre retomó la lectura de la revista y dio un sorbo a su té―. Tiene muchas ganas de verte. Me parece muy mal que no puedas quedar con él, aunque solo sea para comer.

―No tengo tiempo ―insistió Jimin.

―YiFan, querida, busca un día para que Jimin pueda comer con SeungRi.

―No hace falta.

―El señor SeungRi tiene un hueco el martes a las doce.

―¿Cómo puedes saberlo? ―preguntó Jimin, sobresaltado.

Baila para mí || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora