17.

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Burbujas.

Eso sonaba tan ridículo. Lo mire por quinta vez y después negué con la cabeza, él hizo un pequeño puchero en los labios.

-Estas loco.- comenté y me levanté del pequeño árbol donde estábamos recargados. Él me siguió segundos después.

-Oh vamos Lina.- rogó.- será divertido.

-Divertido tus patas.- bufé.

-Lina los humanos tenemos pies, no patas, eso es de los animales.- se rió de mi. Rodé los ojos.

-Como sea.- chiste la lengua, me encamine hacia una pequeña heladería.

El chico seguía detrás mío, una parte de mi pensaba que se había rendido y se había marchado a su casa. Pero no fue así. Al momento de entrar la campana del establecimiento sonó avisando un nuevo (nuevos) clientes.

-Sentemonos aya.- señaló una pequeña mesa para dos en la parte de atrás. Hice una mueca, yo quería sentarme sola.

Me jalo de la muñeca al ver que no lo seguía, tan pronto como me senté él se sentó frente a mí con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Cómo podía tener esa sonrisa cuando mi cara reflejaba todo menos felicidad?

-Yo pido los helado.- se levantó de repente.- ¿Qué sabor te gusta?

-No tienes...

-Vainilla.- se pegó en la frente y soltó una risa tonta.- había olvidado que era tu sabor favorito.

No comenté nada porque después de decir eso se encaminó hacia la barra para pedir los helados, suspiré y miré la puerta.

"Mmm, podría escapar"

Volví mi mirada al chico que alegremente hablaba con la joven que atendía y sin mucho trabajo me encamine hacia la puerta, está hizo un sonido cuando la abrí y me encogí pensando que me había descubierto. Pero no, cuando voltie la mirada ví que seguía muy entretenido hablando con la chica de las nieves. Solté un suspiro de alivio.

Camine con más tranquilidad por las calles sin prestar mucha atención a mi alrededor, el frío se había calmado un poco este día comparado con los otros del mes de Diciembre. Mire mis tenis concentrandome en mis pasos e infantil trataba de no pisar las rayas de la banqueta.

-¡Lina!.- detuve mi andar y miré a todas las direcciones.- ¡Lina!

"¿Por qué Dios?"

A lo lejos se veía un cansado Jungkook con dos helados medio derretidos en sus manos corriendo hacia mi, rodé los ojos por segunda vez en el día. Este chico es increíble.

-Lina.- pronunció mi nombre con cansancio y tuvo que agacharse para tomar un poco de aire, solo lo mire.

Cuando su respiración se controló me tendió el helado de vainilla que estaba derramando su sustancia en las mano del chico, hice una mueca y lo tome con cuidado de no ensuciarme.

-Pensé que te había perdido.- sonrió y me miró con alegría. Me encogí de hombros.

-Ese era el plan.- comencé a caminar y sin importar le di una lamida a mi helado medio derretido. Sabía bien todavía.

Little Boy -JK- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora