Nueva persona.
Tenía más o menos unas 2 horas esperando a que saliera. Dios mío era peor que una chica.
-¡Jungkook!.- golpee la puerta por cuarta vez y solo escuché un "Solo dame un segundo, ya casi termino".
"Si, claro".
-Eso mismo escuché hace media hora.- le reproche. Iba a volver a quejarme cuando lo ví abrir la puerta.
-¿Cómo me veo?.- pregunto mientras daba una vuelta y hacia que lo mirara. No pude evitar verlo de pies a cabeza. Si que se veía bien.
-Te ves un poco gordo.- comenté sin dejar de verlo, él paro de moverse y me miró asustado.
-¿Enserio? Yo también pensé lo mismo, pero quería saber la opinión de alguien más.- se sentó en el asiento.- Estoy gordo, de seguro por eso no me haces caso ni me quieres.
Lo ví un rato más y sin mucho que hacer, suspiré.- No te ves gordo jungkook, estaba bromeando. Ese traje te queda genial, te ves muy guapo.
Él sonrió y se paro para abrazarme, no me negué porque me gustaba como olía. Eso se estaba volviendo costumbre.
-Sabes, me gusta pasar mucho tiempo contigo.- confesó como si fuera su mayor secreto. Rei.
-No me digas.
-No, enserio.- se separó de mí y me miró serio.- cuando estoy contigo me siento libre, me siento capaz de hacer muchas cosas. Lina, tú me inspiras a no dejarme caer.
Lo miré cuando terminó de decir esas palabras y no pude evitar sentir una oleada de ternura hacia él. Apretuje sus mejillas y sonreí.
-Deja de decir esas cosas, porque si no te voy a terminar matando a besos.- dije por último para separarme de él.
-Eso no suena tan feo.- sonrió con entusiasmo. Enarque una ceja.
-Piensa de nuevo en la frase y quítale la palabra besos.
-No te atreverías.- me desafío.
-¿A no?.- con un movimiento lo tiré en el piso y con ello mucha ropa encima de él, todavía no reaccionaba a lo que había pasado así que aproveche y salí corriendo.
Al salir del establecimiento no me fijé y choque contra un chico. Estuve a punto de tocar el piso pero sus brazos me detuvieron.
-Ten más cuidado.- me miró con seriedad.- pudiste a verme hecho daño.
Lo miré incrédula y con ganas de reírme en su cara, este chico estaba en las nubes.
-Lo siento.- dije con burla.- No sabía que la realeza había venido a Corea.
Él me observo con un ceño fruncido y después bufo.
-No seas infantil. Deberías de tenerme más respeto, pareces más chica que yo.
-Si.- asentí.- De que parezco más chica y femenina que tú, si.
-Jamás creí que las extranjeras fueran tan insoportables.
-¿Debo ofenderme?
El tipo iba a decir otra cosa cuando Jungkook aprecio detrás mío y me abrazó por la cintura.
-Pensé que te habías ido.- me besó la mejilla.- Oh, hola Jin hyung.
"¿Espera que?"
-Tengo que hablar contigo más tarde sobre esa confiancita que tienes conmigo, pero antes de eso ¿Lo conoces?.- señale al tal Jin que todavía seguía frente a nosotros.
-Si.- dijo aún en la misma posición, tuve que separarme.- Trabaja junto a mi padre. Le hace favores y esas cosas.- restó importancia.
-No me imagino que tipo de favores.- me burle mientras dirigía mi mirada al rubio. Me miró con irá.
-Igualada.
-Narcisista.
-Ignorante.
-Femenina.
-No porque me guste el rosa significa que soy mujer.- dijo mientras señalaba su teléfono de color rosa.
-Tonto.
-Tonta.
-Horrible.
-Ahhh.- suspiro con cansancio y me hizo un mohin.
-¡Gane!.- se quedó callado más de 5 segundos.
-Como sea.- le restó importancia.- Me tengo que ir, nos vemos luego Jungkook.- me miró a mi.- Esto todavía no acaba chica extranjera.
-Claro, señor Jin.- sonreí burlona, él también lo hizo.
Se fue y solo nos quedamos Jungkook y yo en medio de la calle. Lo guíe hacia la esquina de una tienda y comencé a reír. Eso había sido divertido.
-¿Compraste el traje?.- le pregunté cuando habíamos comenzado a caminar. Él asintió mientras levantaba el traje metido en una bolsa que lo cubría para que este no se ensuciara o arrugará.
-¿Tienes hambre?.- preguntó de repente. Me encogí de hombros.
-Si tú tienes hambre, podemos pasar a algún restaurante a comer algo.- propuse y él asintió.
Después de 20 minutos buscando un lugar donde comer nos adentramos a uno y pedimos nuestra orden. Pensé que se quedaría callado al momento de comenzar a comer, pero no. Seguía siendo el mismo perico de siempre.
-Jungkook primero comete la comida y después hablas, no se te van a ir las palabras.- él sonrió apenado y asintió a lo que le dije.
-Lo siento, me encanta hablar.- asentí con obviedad dándole la razón.- Y más cuando es contigo.
Me había dado cuenta el último tiempo que hemos estado más cerca, que es una persona muy insistente y que no se niega a nada.
-Jungkook ya hablamos de eso...
-Lo se.- sonrió triste.- pero no me voy a dar por vencido tan fácil, Lina.- sonreí con tristeza yo también.
Si te hubiera conocido antes, todo sería probablemente distinto.
