Graduación.
Habían pasado dos horas desde la graduación y ya nos encontrábamos en la fiesta.
Los chicos y las chicas bailaban con sus mejores vestidos y trajes al ritmo de la música electrónica.Todos parecían divertirse... Todos, excepto un chico a lo lejos que se encontraba a un lado de la ponchera.
Rei y decidí acercarme a él.-¿Por qué tan solo?.- pregunté curiosa, él me miró aburrido.
-La chica que invite al baile no vino y... Ahora estoy aquí, solo.- se encogió de hombros.
-No me digas, ¿Le contaste que eras virgen?.- me miró de mala forma a lo que rei.
-No, ¡Lina! Me dejó plantado.- se lamentó en mi hombro y sonreí. Le acaricie el cabello como en los viejos tiempos.
-No sufras, ella se lo pierde.- lo anime.- ¿Quien no quisiera salir con un chico tan apuesto e inteligente como tú?
-Lina.- respondió con un bufido.- Ella es mala.
-¿Qué? ¡Ella es genial!
-No, para nada.- se acercó a mi oído.- ¿Te cuento un secreto?.- asentí fingiendo curiosidad.
-Una vez se quedó dormida en el sillón mientras veíamos unas películas y de repente empezó a roncar.- se carcajeo, me aleje ofendida.
-Yo no ronco.- me defendí.
-Lo grabe.- sacó su teléfono y me lo mostró con burla.
-Eres un hijo de...
-Una mujer y un hombre.
-Joder te...
-Amo.
-Deja de terminar mis...
-Oraciones.
-Ahhh!
-Ehhh!
-Eres un idiota.
-Por ti.
Le pegué un zape, y me aleje de él mientras él seguía burlándose de mi. Maldito engendro.
Durante toda la noche disfrute la fiesta y el último tiempo con mis (ahora) ex compañeros de clases.
Sabía que no extrañaría totalmente esta etapa de mi vida, por la escuela (obvio), si no por las personas que conocí y con las cuales pase momentos muy agradables.Esto había llegado a su final. Repetí en mi cabeza.
