CAPÍTULO 2: La Nota

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- Valla, valla ¿Qué tenemos aquí? - me dijo un chico de cabello rizado.

- Solo estoy dando un paseo. ¿Hay algo de malo en eso? - dije medio asustado, creí que se lanzarían sobre mí.

- Nada de malo, pero éste es nuestro territorio y sabes que si atacas a alguien te mataremos - dijo con una sonrisa malévola - ¿Verdad chicos? - volteo atrás.

Para ese momento los cuatro lobos ya se habían transformado.

- ¡Soy Liam! - me tendió la mano un chico de cabello muy corto.

- ¡Liam! Es un chupasangre. - lo regaño un chico de cabello negro con un mechón rubio.

- ¿Y? ¿En qué te afecta que le hable? - le dijo serio Liam.

- Nada, pero somos enemigos mortales. - le dijo molesto el chico del mechón.

- ¿Según quién? – dijo desafiante Liam.

- ¡Basta! Liam tiene razón. Preséntense chicos. Yo soy Harry - ordeno Harry tendiéndome la mano.

- Bueno ya sabes que soy Liam y él es Zayn - sonrió Liam mientras señalaba al chico del mechón rubio.

Zayn solo me miro, se veía furioso.

- Mi nombre es Louis. - dijo el chico de playera rayada  - Y él es Niall. - dijo Louis señalando al chico rubio que estaba atrás de todos. Ni siquiera me volteo a ver. Solo levanto la mano.

- Yo soy _____ - me presente - ¿Estoy en problemas? - se notaba que estaba asustado.

- jajaja ¡No! A menos que quieras atacar a una persona, ya te lo había dicho. - Harry se oía divertido.

Me tranquilicé un poco, pero no baje la guardia.

Comenzamos a caminar, regresaba al club escoltado por los cinco lobos. Liam estaba a mi derecha, Harry a mi izquierda, Louis al otro lado de Harry, Zayn y Niall atrás mío.

- Así que... ¿Daban un paseo nocturno? - dije tranquilamente.

Quería entablar conversación para romper el hielo.

Liam tenía razón ¿Por qué lobos y vampiros no podían estar en paz?

- Dé hecho veníamos a darte un ultimátum. No permitiremos que rompan la tregua. - estaba serio Zayn. Él sí me daba miedo, creía que a él no le importaría romper la tregua y saltaría sobre mí para lastimarme.

En ese momento sentí una mirada, me volteé discretamente para ver quién era.

Y me cruce con unos ojos celestes.

Niall me miraba con cuidado, como analizándome.

- ¿Te gusta lo que ves? - le dije con una sonrisa.

Solo desvió la mirada mientras los demás se comenzaban a reír.

- No... Digo si... Digo ¿Falta mucho para llegar? - solo alcanzo a decir, se veía nervioso.

Al ver a su amigo nervioso, los cuatro chicos soltaron tremendas carcajadas, lo que provocó que Niall se sonrojara violentamente.

Pasó alrededor de una hora cuando llegamos al club, Liam me iba platicando de cómo se habían conocido, de su banda llamada One Direction, se sorprendieron al saber que no los conocía y es que la música no es mi fuerte.

Louis comentaba anécdotas graciosas de lo que les había pasado en los conciertos, Harry participaba corrigiendo a Louis, pero tanto Zayn como Niall se la pasaron muy serios.

- ¡Bien! Éste es el lugar. - les dije señalando el gran edificio.

- Ok entonces te dejamos, no hagas travesuras, sin invitarnos. - me dijo Harry guiñándome el ojo con expresión picara.

- Serán los primeros en saberlo. - dije riendo.

- ¡Adiós _____! Cuídate. - se despidieron Liam, Harry y Louis.

Ni Zayn ni Niall se despidieron.

- ¡Hasta luego chicos! - dije despidiéndome.

Ojala los volviera a ver, me agradan, incluso Zayn.
Se transformaron en lobos y se fueron, suerte que el club tiene un terreno baldío a su espalda o si no los verían.
Entre por la puerta de servicio, y me dirigí a mi dormitorio.

- Te metiste en problemas ¿Cierto? - dijo alguien rompiendo el silencio en mi habitación.

La voz me sorprendió, a pesar de que puedo ver en la oscuridad prendí la luz por costumbre.

- ¡Em-Emily! ¡Me asustaste! ¿No se suponía que atendías el club? - dije sorprendido, no me lo esperaba.

Emily estaba acostada sobre mi cama.

- Ese no es el punto, hueles a licántropo, ¿Qué hiciste está vez? - lo dijo olfateando el aire. No me miraba, se dedicaba a contemplar sus uñas.

- ¿Que qué hice? Nada, solo caminar hasta la Plaza de Trafalar. - Le sonreí en cuanto termine la frase. Ella solo me miro.

- ¡Creo que sabes perfectamente que esa zona es territorio de los licántropos! - me regaño.

- ¡Si, lo sé! Pero no me di cuentan. Además se portaron muy amables conmigo. - dije para disculparme.

Se levantó de la cama y se acercó a mí. Sin darme cuenta, metió la mano en el bolsillo de mi chamarra.

- ¡Tan amables que te dejaron su dirección! - me dijo levantando una ceja. Sé oía sorprendida.

Mire el papel que sacó de mi bolsillo, efectivamente, estaba escrita una dirección.

- ¿Hay alguna posibilidad de que no vallas? - dijo preocupada, temía que hiciera una tontería.

Abrí la ventana y me coloque en el borde.

- ¡No, ninguna! - dije con una sonrisa - además no iré solo, voy por ellos.

Acto seguido salte.

Hombre Lobo o Vampiro? El amor decideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora