Capítulo 19 "¿Mi hermano?"
–Mira quien despertó. –dice una voz que es muy conocida por mí...
–¿Papá? –pregunto levantando el rostro y él sonríe.
–Exacto cariño. –se acerca a mí y, lo que hubiera hecho con cualquier otra persona, con el no lo hice, no me eché hacia atrás aunque sí que cuando hablé tartamudeé.
–¿Por q-qué haces e-esto? –digo mirándolo fijamente a los ojos, veo como tensa su mandíbula y mira hacia otro lado, a todo menos a mí.
–Eres... –hace una pausa buscando las palabras correctas–, solo eres un estímulo. –dice para calmar un poco mis temblores, pero eso me puso más nerviosa y confusa.
–¿Un estímulo? –pregunto con el ceño ligeramente fruncido.
–Para tu novio. –dice y una voz grave llama a mi padre. Entra un señor alto, con una silla y yo me echo hacia atrás, alejándome de él, pero mi padre me sostiene–. Si haces lo que te pida, no te pasará nada. –me susurra. No sé por qué razón pero decido creerle.
Deja la silla y me coge del brazo de forma brusca, me sienta en la silla y me empieza a atar. Luego se va y mis ojos, con lágrimas, miran a mi padre.
–¿Por qué les ayudas? –niega y sale del cuarto, cierra la puerta con llave dejándome de nuevo a oscuras.
Y en ese momento de soledad y oscuridad toda la realidad impactó en mí como un balde de agua fría. Me habían secuestrado y no sabía dónde estaba, mi padre estaba vivo y me entero de ello después de tantos meses de sufrimiento, me quieren usar de estímulo con Adri seguramente para que pagara… pero ¿Y sí no pagara? ¿Qué pasaría conmigo? Preferí no pensar en eso. Y lo más importante, ¿Cómo saldría de aquí?
Intento soltarme de las ataduras, pero no consigo gran cosa, solo que el cable con el que me ha atado se incruste en mi piel, creándome un agudo y desagradable dolor.
La puerta comienza a abrirse y entra un hombre, vestido de negro, detrás en la puerta hay una mujer con un pasamontañas, para que no la reconozca.
–Haz lo que te he mandado. –dice la chica.
–De acuerdo. –dice el gran hombre mientras esboza una sonrisa, enciende un cigarrillo y le da una larga calada, para luego soltar todo el humo en mi cara. Tosí un poco.
–Mejor déjame a mí. –dice la chica, le tiende el cigarrillo. Extiende su mano y saca de su bolsillo un móvil.
–¿Qué vas a hacer? –pregunto con cierto miedo en mi voz.
–Una marca. –empieza a grabar con el móvil y antes de darme cuenta está grabando como posa con fuerza el cigarrillo en mi pierna desnuda. Grito de dolor, pero no aparta el cigarrillo, hasta que se ha apagado en mi pierna–. Buenas noches. –susurra y se aleja, mientras que le manda el vídeo a alguien.
***
La puerta se abre y entra de nuevo mi padre, el cual me desata y luego se va. ¿Pero qué?
Me levanto de la silla y observo el colchón, sopesando la posibilidad de echarme una siesta, era blanco pero ahora tiene un color tierra que no le sienta nada bien y no es muy cómodo, camino alejándome un poco del colchón y me agacho, tumbándome en el suelo frío de cemento, apoyo mi oreja en el suelo y espero, un sonido de un motor sube débilmente y llega a mis oídos. Me levanto y miro mi alrededor, por primera vez noto un bulto en mis pantalones, meto ambas manos en mis bolsillos y de mi bolsillo derecho saco un móvil.
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¿Casualidad o Destino? (Editado)
RomanceElla no cree en las casualidades y él no cree en el destino, ¿Su historia ya estará escrita o todo se basa en una improvisación? Obra registrada en Safe Creative, código: 1408211796122