Capítulo 23 “Muletas, besos e interrupciones”
Todos se habían ido, todos menos Adrián. Le miro con los ojos levemente abiertos, estaba durmiendo en una postura un poco incómoda. Me estiro un poco y consigo tocarle el hombro y despertarle.
–Túmbate a mi lado. –susurro y él con cuidado de no tocarme la pierna se tumba a mi lado.
–¿Qué tal tu pierna? –me pregunta.
–Bien. –susurro. –Hoy me dan el alta, me tienes que ayudar con las muletas, realmente soy muy patosa. –digo con las mejillas sonrosadas.
–No me importa, yo te ayudaré siempre. –sonrío y con cuidado de no hacerme daño en la pierna le beso en la comisura de sus labios.
***
–¿Estarás bien? –me pregunta mi médico, estoy apoyada en unas muletas que me han dejado y tengo a Adrián a mi lado.
–Sí. –contesto, se acerca a mí y me da un abrazo.
–Cuídate, no quiero volver a verte por aquí eh. –asiento y con cuidado y lentitud me muevo con ayuda de mis muletas.
–Liebre, espérame. –le digo a Adri cuando lo veo ir muy por delante y con temor de quedarme atrás.
–Habló la tortuga. –dice y se pone a mi altura. Le golpeo con mi muleta.
–Ahora tengo dos armas, cuidadito. –susurro amenazadoramente pero esbozando una sonrisa.
–Que miedo. –dice mientras hace temblar su mano, entrecierro mis ojos.
–¿Quieres que las pruebe contigo? –pregunto enarcando una ceja.
–¡No! Sé dónde estás pensando darme y quiero tener hijos contigo. –dice y yo me quedo quieta.
–¿Quieres? –pregunto.
–Claro que sí. –me contesta con una sonrisa, me ayuda a ir hacia un banco.
–Yo nunca quise tener hijos. Mi madre siempre me decía “Cuando llegue la persona con la cual quieras formar una familia, para, has encontrado al amor de tu vida” –susurro.
–¿Y quieres hacerlo? –me pregunta mientras juega con sus manos.
–Extrañamente, sí. –ríe y me abraza.
–Empecemos ya. –dice y yo niego.
–¿Estarás de broma, no? –empieza a reírse en carcajadas y asiente.
–Mi niña tonta. –susurra.
–¡Eh! –Protesto–, no soy tonta. –finjo un puchero.
–Vale, una carrera, tonto el último. –dice y empieza a correr.
–¡Eso es trampa! –grito a todo pulmón y me quedo sentada en el banco.
–Tienes razón, tortuga. –dice mientras vuelve y me ayuda a levantarme.
Caminamos a mi ritmo hacia el piso de Damon, cuando llegamos le invito a subir creyendo que el piso estaría vacío.
–¡Sorpresa! –gritan Damon, Jo, Ían, mi madre y Jake. Busco con mi mirada a Dylan pero no está. Suspiro. Alguien me tapa los ojos.
–Sorpresa. –susurra… ¡Dylan!
Con dificultad me doy la vuelta y tirando las muletas al suelo me abrazo a él. –Me dijeron lo que te pasó y que tenían una idea para pasar el fin de semana y qué demonios, aquí estoy. –dice Dylan.
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¿Casualidad o Destino? (Editado)
RomanceElla no cree en las casualidades y él no cree en el destino, ¿Su historia ya estará escrita o todo se basa en una improvisación? Obra registrada en Safe Creative, código: 1408211796122