¿Casualidad o Destino? (Editado)

Capítulo 20 "Amor y otras drogas" (editado)

  Capítulo 20 "Amor y otras drogas"

–¿Mi hermano? –pregunto.

–Sí. –contesta. Adrián me mira fijamente con el ceño ligeramente fruncido.

–Nunca me dijiste que tenías un hermano. –dice. Tardo levemente en reaccionar, estoy completamente en shock.

–Es que a mí tampoco me lo dijeron. –contesto con un hilo de voz.

–Ahora que ya estás a salvo, debería volver. –dice y se da la vuelta mientras las luces del coche de Adrián alumbran su figura alejándose.

Adri me mira a los ojos, pasa su mirada por todo mi cuerpo y me registra.

–Estoy bien. –digo con una sonrisa falsa, aunque él parece ignorarlo, mi mirada sigue en la oscuridad a la figura de Damon.

–¿Segura? –dice mientras me agarra las manos, las mira y me mira. –¿Y esto? –pregunta mirando la quemadura del cigarrillo y poniendo todo su peso sobre una pierna y mirándome mientras mis mejillas se tornan a un color carmesí.

–Olvídalo, vamos. –poso mi mano en la espalda de Adri y caminamos hasta casa, abre la puerta y entra. Yo, antes de entrar, me doy la vuelta y miro en la oscuridad, ya no estaba todo alumbrado por las luces del coche de Adrián, ahora todo estaba sumido en la oscuridad. No hay rastro de Damon, mi hermano.

Entro en casa y con paso rápido me dirijo a las escaleras, las subo y voy directa a la habitación de Adri. Me quito la ropa y la tiro lejos, me meto en cama bajo las finas sábanas y me acurruco. Cierro los ojos e imágenes de la habitación en la que estuve aparecen en mi mente. Abro los ojos con miedo.

–¿Adri? –pregunto en un hilo de voz esperando que esté cerca para escucharme y venir. Miro a m alrededor, todo está completamente oscuro–. ¡Adri! –exclamo elevando mi tono de voz y lágrimas fluyen por mis mejillas pálidas. Veo como la puerta se abre y Adri se acerca a mí con rapidez, me envuelve en sus brazos y me besa la frente.

–Todo está bien, yo estoy aquí, estas a salvo. –susurra en mi oído, mis músculos se destensan y apoyo mi cabeza en el hombro de mi novio, inspiro el olor de Adrián compuesto por su gel de ducha y un leve olor a menta. Sonrío débilmente en su cuello. –Duérmete. –me susurra antes de levantarse y meterse él también bajo la sábana. Se tumba y extiende su brazo, me tumbo apoyando mi cabeza en su pecho y él me envuelve con su brazo, posando un beso en mi cabeza.

Mis párpados poco a poco se van cerrando. –No te vayas de mi vida nunca, no sé qué haría yo sin ti… -susurro con un hilo de voz, más bien para mí que para él y me dejo vencer por el sueño.

***

Noto que hace calor. Abro lentamente los ojos encontrándome aprisionada por los brazos de Adrián, no me deja hacer ni un solo movimiento. Una sonrisa cruza mi rostro, pero el calor no se disipa así que intento separarme de él pero solo consigo despertarle y que gruña mientras me mira con los ojos entrecerrados.

–No, quédate conmigo. –dice tirando de su labio inferior y formando un adorable y tierno puchero que tira de mi fibra sensible.

–Vale. –contesto en medio de un suspiro, sonrío y beso a mi chico. Me pongo encima de él y le empiezo a besar, aparto mi pelo hacia un lado dejándolo caer en cascada y él, medio dormido, profundiza el beso. Parece que empieza a despertarse y la cosa cambia, ahora él sustituye mi lugar, él está encima de mí y yo debajo mirándole con una sonrisa pícara. Envuelve mis labios con los suyos y pasa de mis labios para dejar un rastro de besos  por mi cuello y luego por mi clavícula.

–Te… –susurra y me da un mordisco suave en el cuello–, eché… –me dedica un beso mojado en el lado derecho de mi cuello y yo me muerdo el labio–, de menos. –termina su entrecortada frase. –Mi mundo se viene abajo si tú no estás, April Carpenter. –confiesa mirándome a los ojos con cierta intensidad. Se acerca a mis labios y me besa, su lengua me pide paso. De mi boca sale un leve gemido y Adrián aprovecha la oportunidad. Nos fundimos en un beso feroz y salvaje.