Capítulo 10 "Explicaciones" (editado)

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Capítulo 10 "Explicaciones"

 Tienes que olvidarte de él. dice él con voz ronca.

No... no puedo. comenta ella, con lágrimas en los ojos.

Mierda nena, tienes que olvidarte de él, mira cómo estás. la mira con preocupación, pero la única respuesta que recibe de ella es un pequeño rugido mientras se tumba de nuevo en la cama y cierra los ojos. 

 ***

La luz del sol se cuela débilmente por las cortinas de mi habitación, estoy hecha un ovillo mientras abrazo mis piernas, no paro de darle vueltas al tema, creo que he derramado más lágrimas estas semanas por él que en toda mi vida. La puerta de mi habitación se abre lentamente y aparece esa niña que se llama como yo. Mierda, mierda, mierda. Me levanto de la cama y justo cuando ella va a abrir la boca para gritar, yo la agarro y le tapo la boca.

–Shh, por favor, por favor. –le susurro y ella cierra la boca, me separo lentamente de ella y veo que no tiene intención de gritar. Cojo mi bolsa de deportes y abro la ventana, esta a poca altura, tiro la bolsa y me subo encima de la ventana, veo la camiseta de Adrián encima de la cama. Dormí abrazada a ella. Me bajo de la ventana y escucho a mi madre gritar mi nombre, digo el de la pequeña, cojo la camiseta y cuando abre la puerta me tiro por la ventana. 

Empiezo a rodar y acabo con el pelo enmarañado, me creo Spider...¿woman? Sí, creo que me creo eso. Cojo la bolsa y me la cuelgo en el hombro, me quito las hojas que se me engancharon en el pelo. Camino por las aceras mientras me peino algo el pelo con los dedos. La gente me mira raro, yo me miro y veo el por qué, ¡Estaba en pijama!

–Mierda. –murmuro, me giro lentamente y…

***Adrián’s Point of View ***

Después de estar con Emma la eché, no puso ninguna objeción, y acabé volviendo a casa con mi madre, allí me puse a dormir y con ello volvieron mis pesadillas.

Era el mismo lugar, el mismo coche, el mismo semáforo, pero algo había cambiado. Cuando miré a Lissa, no la vi a ella, vi a April. El coche impactó contra nosotros y cuando vi el camión, grité a todo pulmón su nombre. Vi su mirada perdida, su rostro sin vida, otra vez, me habían arrebatado lo que más quería.

Me levanto gritando su nombre, mi madre aparece por la puerta de mi habitación con cara de preocupada, respiro agitadamente intentando recuperarme.

–¿La misma pesadilla, cariño? –yo asiento, pero pronto recuerdo el rostro sin vida de April.

–No, esta… esta vez, no era Lissa. –mi madre me mira confundida, se sienta a los pies de mi cama y espera a que yo pueda hablar.

–Era… –me estremezco ante la idea de que le pueda pasar algo a April. –era April, todo era igual menos ella.

Mi madre se tapa la boca con ambas manos, me abraza fuertemente y yo, por primera  vez me desahogo en el hombro de mi madre.

–No le pasará nada a ella, sé que tú te encargaras de ello. –lo haría, claramente que lo haría, pero hay algo que falla, ella en estos momentos me odia.

–Necesito despejarme. –mi madre se levanta y se va, no sin antes darme un beso en la cabeza como cuando era pequeño,  me levanto de la cama y me visto con lo primero que encuentro.

Cojo las llaves de mi coche. El día en el que la mojé intencionadamente viene a mi memoria. Salgo de casa y pulso el botón, mi coche me recibe con un sonido, abro la puerta, me siento y arranco.

Las imágenes de mi pesadilla atormentan mi mente, ¿Y si es uno de estos sueños premonitorios? Pienso, pero es imposible que sea algo de eso. Paro en un semáforo y lo que veo hace que sonría, una chica, en pijama. Cuando se gira y consigo ver su rostro…

***April’s Point of View***

Me quedo paralizada ante la atenta mirada de Adrián, cuando él se baja del coche, los demás coches empiezan a pitarle, mis pies estaban pegados al suelo, quería moverme, correr, alejarme de él, pero lo único que pasa es que Adrián me coge por las piernas.

–¡Bájame! –grito. –¡¿Estás loco?! Bájame. –grito lo más alto que puedo, pero es inútil, ya me ha subido a su coche.

Cuando él se sube, arranca el coche y los pitidos cesan.

–¿Qué hacías así en la calle, loca? –le miro.

–No me di cuenta ¿Vale? Tuve que escapar… –me detengo. –que mierda, yo a ti no te tengo que dar ninguna explicación. Para, quiero bajar. –digo con los brazos cruzados, intento abrir la puerta pero la ha bloqueado.

–No sin antes hablar, por favor. –dice y yo niego. –Vale, tú no hables, pero déjame… –le interrumpo.

–No te pienso escuchar. –pone los ojos en blanco.

–April, ambos sabemos que te mueres por una explicación. –vale, sí, me moría por una explicación.

–Adelante. –digo lo más fría y distante posible.

-Yo… tú sabes todo lo que me paso con Lissa y que no quiero volverme a enamorar ¿no? –yo asiento. –Bien, pues… tampoco quiero que se enamoren de mí, ahí entras tú. –me giro y le escucho atentamente. –He actuado así, para que me odies, para desaparecer de tu vida, pues nunca debí de haberme cruzado en ella pero, debía hacerlo –se detiene como si hubiese dicho algo fuera de contexto, pero pronto retoma el hilo –, cuando te vi, quise conocerte… bueno, esto no viene al caso. He intentado alejarme de ti, ¡Hasta recurrí a Emma! –eleva un poco el tono. –pero es que… no puedo pasar ni un segundo más alejado de ti. –mis ojos se empañan un poco. –yo… solo sé que… –se detiene pero yo tomo la palabra por él.

–Te quiero. –digo en un susurro y él me mira, una sonrisa se dibuja en su rostro.

–Yo también te quiero. –me contesta y yo no puedo reprimir el deseo de besarle, pero el beso dura escasos segundos, cuando de nuevo miles de pitidos reclaman que arranque el coche. 

¿Casualidad o Destino? (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora