Be Yourself ~ Canterlot love story (MLP)

16 - Sinceridad

Narrador 

Viernes, día del baile de otoño. Desde lo que sucedió el lunes, Applebloom y sus amigas ya no eran fastidiadas por Diamond y Silver, es más, sólo las veían en el salón de clases.
Esto no pasó desapercibido para Babs, Scootaloo y Sweetie, y les parecía muy extraño aquel repentino cambio de actitud en las dos chicas. Por supuesto, ese no era el caso de Applebloom, quien más o menos se imaginaba el motivo por el que la diva las evitaba, desde que durante el castigo del lunes les demostró claramente que no tenía intención de tener algún tipo de interacción con ellas.

La pelirroja, con el mentón apoyado en ambas manos, dejó salir un pesado suspiro de sus labios, pues la deprimía toda esta situación. No le importaba la clase que estaba dando el profesor, en ese momento, por su mente rondaba únicamente un pensamiento: tenía que hablar con Diamond. ¿Pero cómo? Esa era la gran incógnita, ya que Diamond siempre se iba a quien sabe donde durante los recesos para evitar verla.

- Hey... hey, prima... ¿estás bien? - susurró Babs, al percatarse de que su prima (que era su compañera de asiento en esa hora) se encontraba muy distraída y algo cabizbaja.

- Si... bueno, en realidad no - respondió Applebloom acompañada de otro suspiro.

- ¿Hay algo que pueda hacer para levantarte el ánimo?

- Hmm no lo sé.. - dijo dudosa - Aunque de hecho... si, hay algo que puedes hacer por mi... durante el castigo quiero que... - empezó a susurrar la pelirroja cerca del oído de su prima.

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Por mientras, en la biblioteca principal de la ciudad, Twilight se encontraba organizando algunos libros en uno de los estantes, una de sus tareas favoritas del trabajo.
Cuando estaba a punto de colocar el último libro en el estante, se dio cuenta de que había un ojo azul observándola desde el otro lado del agujero donde iba el libro y casi grita del susto, pero logró detenerse a tiempo. En cambio, volvió a observar el ojo con mayor detenimiento.

- ¿Pinkie? - dijo antes de caminar hasta el otro lado del estante, donde efectivamente encontró a la peli-rosa.

- Hola Twi - saludó alegre Pinkie Pie.

- Hola - dijo algo extrañada por la situación - ¿Qué... qué haces aquí? Digo, estoy feliz de verte pero... nunca le dije a ninguna de ustedes dónde trabajaba.

- Intuición - respondió la peli-rosa con simpleza - Ah y me preguntaste qué hago aquí, pues es simple, vine a pedir tu ayuda. Necesito que vengas conmigo así que vamos - dijo tomando de la mano a la peli-azul. Ambas sintieron aquella pequeña corriente eléctrica que las recorrió cuando sus manos se tocaron, pero Pinkie decidió ignorarlo y Twilight simplemente creyó que le había agarrado la corriente.

- E-espera Pinkie aún no puedo salir de aquí, mi horario de trabajo no ha terminado - dijo poco antes de que empezara a sonar una alarma. Pinkie rebuscó entre su cabello, que últimamente estaba mucho más esponjoso por lo que se le dificultaba encontrar sus cosas, y sacó un pequeño reloj, de donde sonaba la alarma, y lo apagó.

- Mira eso, ya acabó tu trabajo, significa que ya nos podemos ir - dijo volviendo a tirar de la mano de la peli-azul para llevarla con ella.

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Twilight terminó siendo arrastrada hasta la pastelería de Pinkie, un local amplio, muy bien decorado, con mesas y estantes llenos de varios postres que lucían deliciosos... y rosa, muchas tonalidades de rosa por todo el lugar.

- ¿Se puede saber para qué me trajiste aquí? - preguntó la peli-azul mientras veía el lugar.

- Necesito que me ayudes con esto - dijo señalando el pastel que se encontraba encima de una base, listo para ser decorado.