Christopher se encontraba dentro de la sala de desafíos, y a los minutos Zabdiel llegó.
—Llegaste temprano—rió el ecuatoriano observando como el puertorriqueño se acercaba a una pequeña pantalla que se encontraba en el centro de la sala.
—¿Listo para perder?—rió el diablo apretando un botón.
El ángel tragó saliva nervioso.
La sala desapareció y ahora los 2 chicos se encontraban en una pequeña cancha de patinaje. La sala de desafíos consiste en que un ángel y un demonio se enfrenten antes de ir donde su humano a cualquier reto o juego, y el que gana tiene más ventaja de cumplir su rol con el humano.
Christopher miró con temor el hielo. Odiaba el frío, y sobre todo patinar.
—El reto es fácil. Debes ganarme en una carrera de patinaje de 5 vueltas. El primero en llegar de la quinta vuelta gana, ¿bien?
Christopher asintió con nerviosismo, chasqueando los dedos haciendo que sus pequeñas botas cambiaran por un par de patines de hielo. Zabdiel hizo el mismo acto.
—1...2...¡3!
Zabdiel agarró más ventaja y patinó rápidamente. Christopher iba detrás de él, intentando mantener el equilibrio. Luego de unos segundos ya habían dado la primera vuelta, y el mayor seguía delante del menor.
—¡Lenteja!
—¡Estúpido!
Christopher sacudió un poco sus alas y alcanzó a Zabdiel.
—¡Hey! ¡Eso es trampa!—gruñó el puertorriqueño quedando atrás del ecuatoriano.
—Nunca pusiste esa regla— rió el ángel sacudiendo más sus alas.
El mayor frunció el ceño y sonrió. Frenó bruscamente sus patines haciendo que cayera intencionalmente arriba del hielo. Soltó un quejido y el pequeño ángel se percató de eso.
—¡Zabdi!
Christopher se acercó rápidamente a Zabdiel tendiéndole la mano para ayudar a pararlo. El demonio sonrió de lado, y tomó la mano del ángel azotándolo fuertemente al hielo.
—¡Idiota eso e...!
—No hablemos de trampa, ¿si?— rió el puertorriqueño chasqueando los dedos haciendo que los patines desaparecieran y empezó a volar— la primera persona que estará bajo mi cuidado será Joel—agregó desapareciendo de la sala.
El ecuatoriano se levantó con dificultad haciendo el mismo acto del otro chico.
—Estúpido...
***
—Hijo, por favor, cuidate mucho.
—Si mamá, no te preocupes.
Daysi dejó un besó en la mejilla de Erick mientras el cubano salía de su casa con mochila en su espalda. Zabdiel empezó a seguirlo mientras miraba con atención cada uno de sus movimientos.
La ventaja de los ángeles y demonios era que nadie podía verlos, sólo los animales. Excepto si cambian a su forma humana, pero tenían que tener cuidado con lo que haya a su alrededor. Y también si un ángel y demonio se convertían en humano, podían ver perfectamente a los otros seres.
—Hasta que al fin llegaste—rió el mayor al ver al menor acercarse a él con enojo.
—¿No dijiste que irías con Joel?
—Quiero ver primero que harás con el muchacho.
—Eso lo estuve pensando todo el camino así que será fácil.
Christopher se metió a uno de los callejones y se quitó delicadamente la aureola que llevaba flotando en su cabeza y la achicó, colocándosela de pulsera. Rápidamente sus alas desaparecieron y su vestimenta cambió. Una polera negra, unos jeans, zapatos normales, lentes negros y una gorra. Zabdiel recordó rápidamente cuando Christopher vestía así anteriormente y desvío la mirada soltando un suspiro.
El ecuatoriano chasqueo los dedos y una mochila apareció en su espalda. Salió del callejón rápidamente y al ver al cubano distraído mirando su celular, aprovechó y sacó un libro de su mochila, lo abrió y fingió leer mientras caminaba, hasta que chocó intencionalmente con Erick y calló al piso.
—¡Hey! ¿estas bien?—preguntó el menor acercándose a Christopher.
—S-si...eso creo— habló el ecuatoriano recogiendo su libro.
—Lo siento mucho...— dijo el cubano ayudando al mayor a levantarse.
Zabdiel miró con celos el acto y rodó los ojos.
—No te preocupes, el que debe disculparse soy yo por no darme cuenta de donde iba...
—No importa, por cierto, me llamo Erick— sonrió.
—Soy Christopher.
—Supongo que vas al mismo lugar que yo, ¿no? A la escuela
—Si...creo.
—Vamos juntos entonces— rió el cubano comenzando a caminar.
—Esta ves te a salido fácil, angelito— murmuró Zabdiel en su oreja.
—Callate— susurró Christopher— ve a hacer tu trabajo.
El ecuatoriano adelanto sus pasos y caminó hasta el lado del cubano. El puertorriqueño voló rápidamente hacia la escuela y para su suerte, Joel se encontraba en la entrada del colegio hablando por teléfono.
Zabdiel se metió a un callejón y chasqueo los dedos convirtiéndose en humano. Una linda polera azul con unos jeans ajustados, botas, un par de tatuajes y sus pequeños cuernos desaparecieron. Volvió a chasquear y una patineta apareció en su mano derecha. Salió del callejón e hizo rodar la patineta en dirección hacía un chico que se encontraba frente del mexicano. La persona cayó al piso al sentir aquel objeto chocar sus piernas y miró con enojó a Joel pensando que este había sido el que le tiró la patineta por las piernas.
—¡Ten más cuidado idiota!— gritó el chico acercándose furioso al chico de bandana.
—¿Que te sucede pendejo?— preguntó el mexicano confundido.
El puertorriqueño rió por aquel escena y se acercó, recogiendo la patineta y entrometiéndose en la pequeña discusión.
—Lo siento por causar este escándalo. El de la patineta fui yo...no me fijé que había chocado contigo— habló el mayor con seriedad.
La persona miró nervioso al puertorriqueño, al darse cuenta de su gran estatura y tatuajes.
—N-no importa, y perdón...—se disculpó el chico con Joel.
—Sólo largate—pidió el mexicano con molestia cortando la llamada de su teléfono mientras lo guardaba.
La persona entró a la escuela nervioso.
—Lo siento de nuevo—dijo Zabdiel con una sonrisa de lado.
—Que va, no importa...por cierto, linda patineta—dijo el menor en un tono agradable. El demonio le había caído bien.
—¿En serio? Si quieres te la doy.
—Espera...¿Que? ¿Lo dices en serio?— preguntó sorprendido.
—¡Claro! Tengo miles de estos en mi departamento.
—Wow...¡eres genial!
El puertorriqueño río y le entregó la patineta. El mexicano la recibió con una gran sonrisa.
—Perdón por no presentarme antes, soy Zabdiel.
—Un gusto, soy Joel—dijo estirando su mano.
Zabdiel dudo al principio en tomársela, pero después la estrechó. Hacer amigos no era lo suyo, pero sabía que si era amigo de Joel tenía más oportunidad de ganarle a Christopher.
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Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||
FanfictionZabdiel y Christopher tienen el rol de cuidar a dos humanos, Erick y Joel. El ángel y demonio llevaban una historia amorosa en el pasado, y ahora es muy difícil seguir con esa historia, mientras que los humanos llevaban enamorados hace algún tiempo...
