Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||

•20•

—¿¡Están bien!?

Erick corrió rápidamente a la mesa donde se encontraban Zabdiel y Christopher bebiendo un café. Los dos jóvenes sonrieron.

—Si...—dijieron al mismo tiempo.

—¿Qué fue lo que ocurrió en la mañana? ¿Por qué actuaste así Zabdi? ¡Estuve preocupado todo el rato!

El ecuatoriano tembló de los nervios mientras el puertorriqueño soltó un suspiro.

—Me molesto mucho ver como acusaban a Jesús de algo que no hizo...

—¡Vaya Erick! ¿¡Cómo puedes correr tan rápido!?

La respiración de Joel estaba entrecortada mientras se acercaba al lado del cubano a pasos lentos. Intento calmarse mientras Zabdiel le ofrecía asiento al igual que al otro chico.

—Estaba muy preocupado...eso era—soltó una risa Erick sentándose.

—Ahh, bueno...

—¿Quieren pedir algo?—ofreció Christopher con una sonrisa.

—No gracias...no tengo hambre—sonrió el cubano.

—Eh oído eso tantas veces—dijo el mexicano en un tono burlón.

Todos soltaron una risa mientras seguían charlando de algunas cosas. Habían veces que el puertorriqueño intentaba concentrarse en la conversación, pero su mente daba vueltas y vueltas, pensando en el número 2. Intentaba pasar desapercibido pero el ecuatoriano había notado lo perdido que estaba.

—Estaba pensando...—dijo Christopher cambiando un poco el tema—en cortar mi cabello...creo que ya esta demasiado largo.

—Opino que si—sonrió Zabdiel—pareces una mujer con el pelo así de largo...

—¡Hey! ¡Tu cabello parece nido de pájaro así que no vengas a hablar así del mío!

Los otros dos chicos rieron.

—Entonces los dos deberían cortarse el pelo, si quieren—opinó Joel.

—¡Si! De seguro les quedaría bien—agregó Erick—además, mi madre también ya llevaba algunos días molestandome por tener el cabello "largo" a los costados, así que aprovecho de cortarmelo con ustedes.

Todos asintieron con una sonrisa.

—¿Después de clases?—preguntó el ecuatoriano.

—Suena bien—dijo el cubano.

—¿Y tu Pimentel, no vas a cortarte el cabello?—dijo el puertorriqueño.

—No...tal ves un poquito las puntas, pero quiero que mi pelo resalte aún con la bandana—sonrió el mexicano mirando tiernamente al ojiverde.

Erick desvío la mirada con las mejillas sonrojadas.

***

—¿Que clase viene?—preguntó Erick guardando su cuaderno de matemáticas.

—Física—dijo Christopher con una mueca.

—Amo esa materia.

—...

—...

—¿Quién eres?

Los dos soltaron una risa.

—¡Es fácil!—dijo el cubano—sólo hablan de las ondas...