Las clases se hicieron eternas para Erick. Salió del colegio con una mueca...estaba preocupado por su mejor amigo. Soltó un suspiro y caminó fuera de la escuela, directo a casa.
"—...con la chica que le gusta, ya sabes, esta tal Oriana..."
Negó rápidamente recordando aquellas palabras de Zabdiel y siguió caminando.
"—...igual creo que ellos hacen linda pareja, ¿no?..."
Había comenzado a llover, y el cubano no se había percatado de eso.
No. No, no, no y no. El menor agarró su cabeza fuertemente...ellos no hacen linda pareja...sólo son amigos, ¿ciert-?
—¡Erick!
El sonido de un auto frenando a raya retumbó en las orejas del menor. El auto comenzó a pitar repentinamente. Sintió un brazo alrededor de su cuerpo y tembló, cerrando con fuerzas los ojos, sintiendo su muerte.
—¡Ten más cuidado, estúpido niño!—gritó el conductor pasándose a la otra pista, siguiendo con su camino.
Erick abrió los ojos. La lluvia se estaba haciendo cada ves más fuerte pero el cielo seguía teniendo un lindo tono azul con variedades de grandes manchas de las nubes. Miró a la persona que lo estaba "abrazando".
Era Joel.
Su corazón latió rápidamente. Joel seguía abrazándolo, esta ves protegiéndolo de la lluvia.
—¿Estas bien?—preguntó el mexicano preocupado.
El cubano comenzó a llorar. Estaba al borde de la muerte, pero el chico que le gusta lo había salvado.
—No llores...—sonrió el mayor secando sus lágrimas—el susto ya pasó...
—G-gracias...—le devolvió la sonrisa el menor.
Joel se separó lentamente del menor. Erick desvío la mirada sonrojado y peinó con sus dedos su corto cabello mojado.
—¿Que hacías en mitad de la calle bajo la lluvia?—preguntó el mexicano con una ceja alzada.
—Soy muy distraído...siempre ando pensando en tonteras...
Los dos jóvenes caminaron hasta un paradero de buses. Hubo unos largos segundos de silencio. Se miraban de reojo, y al chocar sus miradas, las desviaban, sonrojados.
El viento chocaba sus caras. Aún estaban empapados, sólo que el mayor llevaba un chaleco más grueso que el del menor.
Erick se abrazó a si mismo, intentando disimular que sentía frío.
Se le escapó un pequeño estornudo. Joel escuchaba atentamente como el chico intentaba no estornudar. Soltó una pequeña risa, negando varias veces con la cabeza.
—Si te aguantas las ganas de estornudar, te puedes romper una costilla, eso lo sabes bien, ¿no?
El cubano se puso rojo de la vergüenza, y estornudo.
—L-lo se...
Sintió un ligero peso en su espalda. Volteó lentamente y se percató de que el mayor se había quitado su abrigo para luego, ponérselo en los hombros.
—P-pero, ¡te vas a morir de frío!—exclamó Erick con preocupación.
—Sólo me resfriare...pero tu estas estornudando demasiado...así que es mejor que te protejas tú.
Se había caído de su patineta, su nariz sangraba sin parar, Christopher salió misteriosamente de un baño, había visto a Christopher sentirse mal y lo ayudó a llevarlo a la enfermería y casi ve a su chico morir, ya no era novedad de que le pasara otra cosa mala o rara en el día.
En autobús llegó, y los dos jóvenes subieron. Se sentaron juntos en unas sillas y volvieron al maldito silencio.
Joel miró como las pequeñas gotas de agua resbalaban por la ventana. El cubano apoyó la cabeza en su hombro, sintiendo como los latidos del corazón del mexicano aumentaban al sentirlo tan cerca. Sonrió.
***
—Gracias por acompañarme a casa...no debiste molestarte—dijo Erick rascando su nuca nervioso.
—Casi te atropellan...no era justo dejarte ir caminando sólo y menos bajo la lluvia, podría haberte pasado algo—sonrió Joel.
El cubano le devolvió la sonrisa y sacó las llaves de su mojada mochila para luego abrir la puerta.
—Bueno...gracias de nuevo, y creo que deberías irte a casa...—dijo el menor en un tono suave.
—Si...y de nada, Er.
El mayor se acercó, besó su mejilla en modo de despedida y se alejó. Erick quedó embobado, y al salir de su trance, entró, cerró la puerta y se apoyó en esta, gritando de alegría internamente sintiendo sus mejillas calientes. Fue directo a su habitación en busca de una toalla y ropa seca, y al quitarse las prendas, se dio cuenta de que se había quedado por accidente el abrigo de Joel.
Una buena excusa para poder acercarse sin levantar sospechas.
***
Joel entró a su habitación. Se sentó en la cama y soltó un suspiro...hoy había sido un día largo, malo y raro. Sonrió al recordar cuando Erick estuvo apoyado en su hombro el autobús... Se había sentido tan bien tenerlo cerca.
Abrió su mochila e hizo una mueca. Sacó sus cuadernos mojados y prendió una pequeña estufa, dejando sus útiles de clases cerca de esta para que se secaran. Estaba a punto de cerrar su mochila cuando aquella bolsa blanca llamó su atención...era la bolsa que le había entregado Erick. Sonrió y la saco con cuidado. Quitó lo que estaba dentro de la bolsa y se encontró con un bello pañuelo rojo. Levantó una ceja sin despegar la sonrisa de su rostro hasta que se dio cuenta de que el pañuelo era para ocuparla como una bandana. La dobló, y se la colocó en la frente, amarrándola por atrás. Se levantó de la cama y se puso frente a un espejo que se encontraba en su habitación...sinceramente le había quedado muy bien.
Mañana iría a clases con la bandana. Era mejor que su polera.
![](https://img.wattpad.com/cover/132387843-288-k440347.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||
FanfictionZabdiel y Christopher tienen el rol de cuidar a dos humanos, Erick y Joel. El ángel y demonio llevaban una historia amorosa en el pasado, y ahora es muy difícil seguir con esa historia, mientras que los humanos llevaban enamorados hace algún tiempo...