Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||

•16•

Joel caminó por los pasillos hasta llegar a su casillero. Sacó su libro de química y al cerrar su estante, vio a los lejos a Zabdiel, caminando con la mirada baja.

—Zabdi, ¿que sucede amigo? ¿Donde estabas? Erick estaba buscándote—preguntó el mexicano con una mueca.

—Quería estar solo un rato...estaba recordando algunas cosas y...ash, olvidalo.

El puertorriqueño volvió a caminar y el otro chico lo siguió.

—Sabes que puedes confiar en mi, pero voy a respetar el hecho de que no me quieras contar que te sucede—sonrió el menor dándole leve golpes en su espalda amistosamente.

—Gracias, Jo—le devolvió la sonrisa el mayor.

A los lejos, el demonio vio a alguien de su especie volar rápidamente por los pasillos. Chocó fuertemente a Zabdiel y este cayó al piso por tal impacto. Miró hacia atrás con una mueca...era Jessica. ¿Que demonios hacía ella aquí?

—¡Zabdi! ¿Que te pasa? ¿Estas bien?

Joel lo ayudó a levantarse.

—Estoy un poco mareado...pero nada grave...gracias por preocuparte.

***

—¿Que pasa Chris? Estuviste todo el rato desconcentrado.

Christopher sacudió la cabeza varias veces y miró a Erick, quien se encontraba a su derecha mirándolo con una mueca.

—N-nada...

—¿Nada? Estas raro desde que te vi bajo ese árbol. Por cierto, parecías que estuvieras besando el aire.

El cubano soltó una carcajada y el ecuatoriano golpeó su hombro con las mejillas sonrojadas.

—¡Estaba pensando! ¡No estaba besando el aire!

—Ajá—rió el menor—y de seguro imaginabas que el aire era Zabdiel.

—¿¡Eh!?—exclamó el mayor—¿¡Pero que estupideces dices!?

—¡Señor Velez y Colon! ¡Si no cierran la boca tendré que mandarlos a castigo!—gritó la profesora en un tono enojado.

Erick soltó una última risa y siguió escribiendo en su cuaderno. Christopher soltó un suspiro y miró a través de la ventana del salón, observando el bello cielo celeste. Estuvo pensando todo la tarde en aquel momento cuando Zabdiel lo besó.

***

El ecuatoriano fue le primero en salir rápido del salón y se fue directo a quien sabe donde...no sabría como mirar al demonio después de lo ocurrido. El puertorriqueño buscó al ángel por todos lados, pero su paciencia ya se estaba agotando.

Joel estaba en la entrada del colegio, mirando tristemente una fotografía que tenía en su celular de Yoandri, Johann y él. Soltó un suspiro cuando sintió una pequeña mano en su hombro.

—Los debes extrañar mucho...¿no?—preguntó Erick.

—Demasiado...—dijo guardando su teléfono en un tono triste—pero no importa, tal ves se hayan ido del colegio por alguna urgencia o quien sabe.

Los dos jóvenes comenzaron a caminar. Hubo un silencio incómodo, y un par de miradas disimuladas. El cubano ya estaba comenzando a cansarse, pero no quería que el otro chico se enterara...eso sería vergonzoso.

Aunque el mexicano ya se había dado cuenta, por la forma en que caminaba y en sus gestos de cansancio.

—¿Robamos una bicicleta?—sonrió el mayor dejando de caminar.