Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||

•25•

Cuando el timbre sonó, Joel guardó sus cuadernos y abrió la boca, intentando soltar alguna palabra, pero cuando volteó vio la silla vacía. Miró hacia la puerta y vio a Erick caminar rápidamente.

Se levantó de su asiento y corrió hacia la puerta. Se apoyó en esta y miró los dos pasillos, hasta que observó un cabello negro. Corrió rápidamente hacia ese lugar y vio como el cubano comenzó a aumentar más sus pasos.

—¡Erick! ¡Detente!—gritó el mexicano.

—¡Déjame solo!

Y el menor comenzó a correr. El mayor lo siguió, y sabía que el otro chico era demasiado rápido, pero haría lo posible por alcanzarlo. Corrió rápidamente, quedando unos metros atrás de su chico. Erick corrió más rápido, afirmando su mochila, y  comenzó a girar por todos los pasillos posibles. Joel lo siguió, agotado, llamando la atención de todos quienes los veían correr.

El cubano dejó de correr, algo cansado, y observó atrás, viendo que el mexicano ya no lo perseguía. Comenzó a caminar rápidamente, entrando al baño de hombres, y se apoyó en el lavamanos, intentando calmar su respiración.

Abrió la llave y tomó algo de agua. Se miró en el espejo y observó como la puerta del cubículo se abría, dejando ver a el mayor, quien se acercó a paso rápido.

El menor intento correr hacia la puerta, pero el otro chico no se lo permitió, cerrándola en su propia cara, y apoyó una mano en esta para que así su chico no pudiera abrirla.

—Joel...¿¡Qué mierda quier-?!

Y Joel se acercó a sus labios, besándolo. Erick quedó en shock, abriendo los ojos ampliamente, observando los ojos del mexicano cerrados frente a él. Sus labios...Dios...no podía negar que el joven esperaba ese momento. Joel soltó la puerta y agarró las mejillas del otro chico, profundizando un poco más el beso, moviéndose lentamente sobre los labios de este. El cubano cerró los ojos dejándose llevar, sintiendo los suaves labios del mexicano moverse lentamente sobre los suyos, sintiendo un dulce sabor que nunca olvidaría.

Estuvieron por unos segundos así, hasta que los dos se separaron lentamente, regulando sus respiraciones. El mayor se quedó observándolo, esperando que dijiera algo tierno o bajara la mirada avergonzado, pero no fue así: el menor recordó las palabras de Zabdiel, y no dudó en darle una fuerte cachetada al otro chico, haciendo que este gire la cara por el impacto.

—T-tu...—dijo Erick sintiendo como sus ojos se llenarán de lágrimas—¡E-eres un idiota!—gritó mientras su voz se iba rompiendo—¿Por qué? ¿¡Por qué mierda lo hiciste!? ¡Fue mi primer beso, Dios! ¡Y me lo robó un imbécil que solo juega con los sentimientos de las personas!

Joel volteó la cara, mirándolo, y tocó su mejilla, haciendo una mueca. Observó las lágrimas del otro chico, y algo dentro de él se rompió...nunca le había gustado ver a Erick llorar, y la primera ves que lo vio fue cuando casi lo atropellan.

—Erick, escúchame...

—¡No! ¡Maldito bastardo! ¡Ojalá nunca te hubiera conocido! ¡Ojalá nunca me hubiese enamorado de ti!

Y el mexicano sintió su corazón latir con fuerzas. El menor comenzó a golpear débilmente su pecho, sintiendo más lágrimas caer.

—Te odio...—dijo con odio en un casi susurro—si te gustaba mi amigo, pudiste habérmelo dicho antes, y nunca haberme ilusionado...

—Erick...en serio, necesito que me escuches...

El mayor agarró sus muñecas, haciendo que el otro unico lo dejara de golpear. Erick volteó la cara, intentando hacer que su cabello ocultara su rostro lleno de lágrimas.

—No fue así, Erick—dijo Joel y soltó un suspiro—si, fue el día de la peluquería...pero fue un accidente, nada intencional. Cuando te enredaste con el cable y chocaste con nosotros provocando que nos cayeramos, sin querer Chris y yo rozamos nuestros labios...Erick, te lo juro por mi vida que fue un accidente, él y yo no teníamos otras intenciones...

El cubano sintió sus mejillas arder, y quería que en ese mismo momento la tierra lo tragara.

—¿E-es broma, no?

—No...

El mexicano sonrió y agarró el mentón del otro chico, haciendo que quedarán cara a cara y juntó sus narices.

—Entonces...fue culpa mía...

—No lo tomes así...los accidentes existen—dijo riendo mientras miraba los penetrantes ojos verdes del otro chico—Erick...

—¿Joel?

—Te amo...

—Y yo a ti...

Y volvieron a juntar sus labios. Richard estaba escuchando dentro de unos cubículos y sonrió...sabía que Christopher podía con ellos dos, él creía profundamente en su mejor amigo.

Se convirtió en persona y salió del lugar, haciendo que Erick y Joel se separaran y lo miraran sorprendidos y sonrojados.

—¡Qué lindo momento! Aunque, el baño no es el mejor lugar para hablar estas cosas, ¿Saben? Lastiman a las personas solteras mientas estás mean—dijo haciendo una pose dramática.

Los tres soltaron una risa.