•29•

481 51 14
                                        

—¿Crees en los ángeles y demonios?

—Por qué preguntas cosas tan raras de repente, Bryant.

—No lo sé—suelta una pequeña risa—me encanta pensar en eso siempre.

—Pues...—recostado en las piernas del otro chico mira el cielo—no sé, tal vez si...como la maldad y la bondad existen, alguien o algo las debe manipular.

—Me gustan los ángeles—rió acariciando el cabello rizado de su amigo—¿Y a ti?

—Los demonios suenan más cool...

—No importa. Cruzaría el infierno hasta llegar a ti.

—No digas cosas absurdas. Yo pagaría por todas mis culpas hasta llegar al cielo contigo.

—¡Eriiiick!

Erick abrió los ojos de golpe. Se sentó al borde de su cama y talló sus ojos con sus nudillos.

—Umh...—limpió algo de saliva que resbalaba por su boca.

—¡ERICK!

—¿¡QUE MIERDA QUIERES, YANELIS!?—gritó cabreado.

—No seas así pequeño mocoso. Tu príncipe azul a venido a verte...no no no, no te preocupes, Joel, mejor sube a verlo.

Erick se tensó rápidamente al escuchar el nombre de su novio. Se levantó inmediatamente y arregló su cabello como pudo. Pegó un pequeño salto al escuchar golpes en la puerta.

—¿Se puede?

—¡S-si! Osea, ¡No! ¡Espera!—dijo algo avergonzado mientras ordenaba como pudiera su habitación.

Desde arriba se escuchaban las risas de Yanelis. El cubano maldijo todo en silencio hasta que observó que su habitación quedó lo más decente posible y abrió la puerta, encontrándose con Joel, quién sostenía un pequeño ramo de rosas en su mano.

—Hola, bonito—sonrió.

—J-joel...—sus ojos se iluminaron al ver que llevaba puesta la bandana que le había entregado aquel día—perdón por lo anterior, que vergüenz-.

—Está bien—el mexicano rió mientras le entregaba a su pareja el ramo de rosas—imaginate como soy yo con mis hermanos.

El chico sonrió y lo hizo pasar a su habitación. El mayor se sentó al borde de la cama y analizó la pequeña habitación de su novio con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Y...¿A qué se debe esta visita tan repentina?—preguntó sentándose al borde de su escritorio dejando el ramo ahí.

—Christopher y Zabdiel nos han invitado a jugar bolos junto con Richard, y quería avisarte a ver si podías ir.

—¿A-ahora? Pero, soy pésimo jugando bolos...

—Yo también—rió mientras se encogia de hombros y se levantaba de la cama—pero podemos practicar los dos juntos.

Erick sonrió y asintió. Le pidió a Joel que lo esperara abajo y este accedió, no sin antes de irse darle un corto beso en los labios.

El cubano eligió su mejor prenda, intentado verse lo más bien posible. Bajó las escaleras y se encontró al mexicano jugando con Thiago. El pequeño hacia ruidos de auto mientras movía el auto por el suelo y el mayor le seguía el juego con otro autos, haciendo una carrera contra el ojiverde y perdiendo intencionalmente, sonriendo al ver como el menor saltaba de alegría por la victoria. Erick sonrió al ver la tierna escena.

—Es un buen muchacho, no lo pierdas—sonrió Yanelis detrás de su hermano—¡Me ha atraído flores!

—Lo sé...—dijo sin despegar los ojos de su novio—lo sé...

La cubana observó la reacción de su hermano y se echó a reír.

***

—Yocelyn, contesta...

Richard sacudía su pie nerviosamente mientras miraba su celular. Hace un buen rato a estado intentando comunicarse con Yocelyn pero esta no responde.

—Hey Rich—saludó Christopher seguido de Zabdiel mientras caminaban hacia el moreno—¿Por qué la cara larga?

—Yocelyn no me responde ni mis llamadas ni mis mensajes...—dijo el dominicano irritado.

—Tranquilo, de seguro a de estar ocupada haciendo algo—dijo el ecuatoriano dándole palmaditas en el hombro intentando darle ánimos.

—Mujeres...ni nosotros nos entendemos y las vamos a entender a ellas—dijo el puertorriqueño negando con la cabeza.

—Eso lo dices por Gwen, cállate que no ayudas en nada—dijo el ángel menos mientras el demonio le sacaba la lengua en modo de burla.

—En fin...—suspiró el ángel mayor guardando su celular en el bolsillo—¿Y Erick y Joel?

—Vienen en camino. Jo fue a buscar a Er—dijo Christopher—,pero podríamos compra y pedir las bolas a tiempo.

—Es verdad, no tengo todo el día para estarlos esperando...—dijo Zabdiel mientras era el primero en comenzar a caminar hacia los bolos.

El ecuatoriano se encogió de hombros riendo y comenzó a caminar rápidamente hasta llegar a su lado y andar de su brazo.

El dominicano volvió a sacar su celular y a mirar alguna señal que haya dejado Yocelyn. Quería ir a buscarla, pero ya se había comprometido con sus amigos.

Hizo desaparecer el celular con rabia mientras corrió al otro lado se Zabdiel y continuó como si nada hubiese pasado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Love In Heaven Or Hell ||•Joerick y Chrisdiel•||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora