CORALINE WEASLEY[HARRY POTTER & TU]

Presentación en el Gran Comedor

Dumbledore terminó de informar acerca del Torneo, muchos parecían emocionados por la idea, sus caras lo decían todo, gloria eterna y una buena recompensa, por supuesto que sonaba demasiado tentador para cualquiera, por mi parte sólo significaba una cosa, y eso era responsabilidad con delirios de miedo, a mí me tocaba hacer el papel de mentora de los competidores, claro, sin que lo supieran.

Mi función sería, la de impedir que terminaran matándose o algo que implique daño físico y psicológico grave, o eso quiero creer, a extensas la idea sonaba emocionante y muy sencilla, un año en la escuela soñada, más convivencia y nuevas experiencias, pero si las cosas fuesen tan simples como yo esperaba en un principio, entonces Dumbledore ni siquiera necesitaría de mi ayuda. Y yo ni siquiera hubiera vuelto, probablemente me encontraría en el dormitorio que comparto con Alison y Emily platicando sobre Quidditch o nuestras próximas vacaciones.

Fred y George eran al parecer los más entusiasmados, tanto que no podían dejar de hablar de ello, sus voces sonaban por toda la mesa de Gryffindor, aunque no supieran bien de que se trataba, Ron por su parte miraba desconcertado pero su entusiasmo era evidente, Harry por su lado se limitaba a ver a todos lados sin interés alguno, Hermione impaciente movía la cabeza de un lado a otro de forma reprobatoria.

Algo estaba mal en mí, la idea de que Harry no mostrara interés en el Torneo me dejaba tranquila, pero Ron y los gemelos serían un problema, si alguno de ellos lograba entrar, entonces, mi misión como mentora sería un desafío demasiado grande.

Justo cuando creí que la ronda de avisos estaba por terminar y por fin podría irme a los dormitorios a descansar como era debido, Dumbledore volvió a tomar la palabra, con su voz profunda y misteriosa de siempre.

–Como último anuncio, hay algo muy importante que debo decirles y por nada debe pasar desapercibido– realmente no entendí la situación, deje de jugar con mis manos y preste atención a lo que Dumbledore decía, a mi alrededor, el comedor guardo silencio y por un momento olvidaron todo el tema del torneo– este año tenemos la grandísima dicha de contar con la presencia de una de las mejores estudiantes de la Academia de Salem– mis ojos se abrieron en su totalidad, y Hermione y Harry rápidamente voltearon a verme sabiendo que se trataba de mí, Ron sonrió con autosuficiencia, Ginny volteó la mirada inmediatamente, Hermione con cara de asombro me hizo una mueca, en forma de pregunta, a lo que yo respondí con un ligero no tengo idea, mi corazón latía impaciente – quien durante todo este año escolar estará entre nosotros formando parte de la casa del grandísimo Godric Gryffindor, recibamos entonces a Coraline Weasley –continuó con alegría, permanecí helada durante unos segundos.

Algunos en la mesa me miraban detalladamente, y yo seguía sin saber qué hacer, un par de chicos en la mesa dijeron

–Otra Weasley– soltó el chico de manera burlona.

–Qué raro, jamás oímos de ella –le contestó, intentando pasar desapercibido, cosa que no le resultó para nada porque logré oírlos

Hermione les lanzó una mirada severa y los chiquillos guardaron silencio de inmediato y se limitaron a verme nuevamente.

–Vamos querida, pasa al frente – la voz del profesor Dumbledore me tomó por sorpresa, Hermione me empujo levemente, indicándome que debía pararme e ir.

Siempre he sido muy segura de mí, y estoy tan acostumbrada a las miradas, sin embargo en esta ocasión sentí mis manos sudar y mis piernas debilitarse, y no era para menos, justo ahora soy una farsante, soy Coraline Weasley, eso lo dice todo, aquí una parte de mí se esconde y no soy nadie, no está Froilán ni Alice o Janina, mi abuela. Aquí no puedo ser totalmente yo, por un momento pienso que alguien puede reconocerme y me aterro, reprimo todas esas sensaciones desagradables y me levanto del asiento, con la frente en alto y con porte elegante acomodo el cuello de la camisa del uniforme.