Friendzone ~Noah Schnapp y tu~

Veintidós

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Cuando Noah y yo nos separamos vimos que todos los de grupo nos estaban "espiando".

-MILLIE! -regaño Sadie y se dio un facepalm.

-Ay no, arruine mi momento Noa__ -dijo Millie y seguido se dio un facepalm al igual que Sadie.

Yo estaba más sonrrojada que un tomate (si, me sonrojo por todo). Lo bueno que estaba oscuro y no se notaba.
Después de que Millie haya recibido varios regaños por parte de los chicos, se abalanzaron a darle zapes.

-Te dije que te quedaras callada -le susurró Hannia a Millie pero alcancé a escuchar y le dio un codazo.

-Perdón -rió Millie apenada.

Cuando iba a hablar recibí una llamada. Era mamá.

Llamada

-hija?
-Mande ma?
-ya estás en casa?
-ehh no, ya me iré creo
-oh bueno, no te quedes más tiempo allá que ya es tarde, te quería avisar que no llegaremos a dormir esta noche porque nos quedaremos a cuidar a tu abuela, le marqué mucho a Erick pero seguramente ya está dormido -rió.
-Esta bien mamá, no te preocupes ya me voy.
-Adiós -hizo un sonido de beso.

Fin de la llamada.

-¿Qué pasó? -preguntó Jaeden al darse cuenta de que había terminado de hablar.

-Mi mamá me dijo que ya me tenía que ir -hice una mueca.

-Noah! Acompañala -dijo Millie.

-¿Por qué yo? -preguntó el antes mencionado.

-Porque ya es tarde y no se puede ir sola, duh -dijo Hannia obvia.

Noah suspiró -Esta bien, vamos -me dijo.

Me despedí de todos y después nos fuimos alejando.

Noah

-¿Quieres que le llame a mi papá para ir a dejarte? -pregunté en el camino.

-No gracias, me gusta caminar -contestó sonriendo.

-Oh sobre lo de hace rato...

-No fue nada -me interrumpió.

Auch

-Me quería disculpar, no se porque iba a hacer eso simplemente fue... un impulso.

-Un impulso... -dijo ____ con una voz un poco apagada.

Lo que restó del camino fue en silencio. No era un silencio para nada cómodo, más bien era un silencio súper incómodo.

-Bueno... gracias por acompañarme Noah -dijo ____ a punto de entrar a su casa.

-No es nada -sonreí.

-Adiós -abrió la puerta pero antes de que entrara la jale levemente del brazo hacia mi y la besé.

Al fin.

Lo que más me sorprendió es que no mostró resistencia alguna.
Ella movía torpemente sus labios con los míos pero a pesar de eso, besa tan bien.