Después de la partida de Noah la incomodidad había alcanzado un nivel bastante alto. Lo suficiente como para que se me hiciese imposible decirle unas pocas palabras a mi amigo mientras nos dirigíamos hacia su auto.
Era extraño escuchar como una persona con la que has convivido gran parte de tu vida confiesa que te quiere como algo más que una amiga.
Me senté en el asiento del copiloto dedicándome a observarlo con detenimiento mientras conducía a través de la ciudad.
Las pequeñas luces que alumbraban el camino me permitían divisar cada uno de los gestos que hacía.
Su mano parecía no poder dejar en paz a su cabello aún húmedo y ahora mayormente desordenado. Una de sus manos golpeo con fuerza el volante logrando que me sobresaltara. Sin embargo pareció no notarlo y siguió con la vista en la carretera. Aunque si lo notó, se hizo el ignorante.
-¿A dónde vamos? - pregunte. El actual Mike que se encontraba a mi lado era un completo desconocido para mí. No había bromas ni risas. Su silencio me sorprendía porque si alguien podía romper los momentos incómodos ese era Mike.
- A la heladería- dijo como si fuera lo más obvio con ese típico tono que utilizan las personas para hacerte saber que hiciste una pregunta realmente tonta.
-¿Se puede saber que te sucede?- No permitiría que nadie utilizara ese tono conmigo.
-No puedo creer que ni siquiera te hayas dado cuenta.-Golpeo nuevamente el volante. Esta vez lo vi venir y no hubo reacción alguna por mi parte.- ¿Es que no soy obvio?-Su voz fue puro sarcasmo.
-¿De que estas hablando?
-Mejor dejemos el tema hasta aquí ¿Si?- Me cortó.
¿Mike cortante? Nunca creí que llegaría este día.
No le respondí, estaba demasiado enojada por la forma en la cual me trataba. Observe a través de la ventanilla e hice la pregunta que en ese momento me atormentaba.
-¿Por qué le mentiste a Noah?- Las palabras aún se repetían en mi cabeza como si de una canción se tratase.
-No le mentí.- Apretó la mandíbula con fuerza.
-Pero tú le dijiste que tú y yo...- Se me hacía difícil pronunciar las palabras.
Incluso se me hacía difícil imaginar el escenario.
-Yo realmente no entiendo nada.
-¿Qué parte no entiendes?- Parecía exasperado.
-Es solo que no lo entiendo. ¿Por qué rayos le dijiste eso a Noah?
-Porque el maldito lobo estaba interesado en ti.
-¿Cuál es el problema de que por fin un chico se interese por mí?- Reclamé.
-El problema es que yo estuve siempre contigo. Siempre. Soy tu mejor amigo, Aimi. ¿Me dirás que jamás pensaste en mí como algo más?
-No lo hice.-respondí quizás demasiado rápido.
-¿De verdad?- pregunto incrédulo. - Yo que todo este tiempo creí que te hacías la tonta para no rechazarme. Que estúpido fui. Ella no lo sabía. - Ironizó.
-Ya basta, Mike.- lo interrumpí.- Siempre has dicho que era como una hermana para ti.
-Lo decía.- Me corrigió.- Hace mucho que lo deje de decir. ¿Qué creías que te quedarías siempre con el cuerpo de una niña? La gente crece, Aimi. Los sentimientos cambian pero no desaparecen.
-Entonces, un día simplemente despertaste y dijiste. Sabes qué, hoy he decidido que quiero a Aimi como algo más que mi amiga.- Imite su voz.
-No fue así. Yo te quiero. Eso es lo que siento, lo que siempre he sentido- Soltó un pequeño suspiro.- Solo que tú nunca te has dado cuenta. Dios, todo el mundo se ha dado cuenta hasta el tal Noah, lo que le dije fue lo que siempre he deseado y creí que conseguiría.- Se estaba tranquilizando, al menos un poco-Te protejo como a una hermana, te respeto como una amiga, mi mejor amiga pero te quiero como novia.- Terminó diciendo lo último en voz baja.
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Por un partido
WerewolfAimi intenta hacer feliz a todos sus amigos pero nada lograba hacerla feliz a ella. Pensaba que su vida siempre sería así. Ella es la típica chica en la que buscarías apoyo. Su vida simple se convierte en un huracán de humor, vergüenzas y sobre tod...