Capítulo 20: Una Mañana Caliente

146K 9.3K 2.6K
                                    

Tenía mucho calor, me encontraba empapada de sudor. Abrí los ojos para encontrarme con el pecho de Noah. Al menos un trozo de piel ya que me encontraba completamente pegada a él, sus brazos estaban cerrados a mí alrededor.

La camisa que llevaba puesta se hallaba pegada a mi piel. Trate de separarme de él usando mis manos para apartarme de su pecho. Pero solo logre que me apretara más contra su pecho y murmurara.

-Eres tan suavecita.- Murmuro. Me revolví entre sus brazos pero no me soltó.-Quédate tranquila estoy muy cómodo así.

-Pues yo no, estas que quemas Noah.- Trate de apartarme de nuevo y esta vez me lo permitió. Me separe un poco.

-Eso ya lo sabía.- Me regalo una sonrisa arrogante. Como era posible que al despertar estuviera igual de guapo y yo con un nido en la cabeza.

-Lo digo literalmente ¿No tendrás fiebre?- Toque su frente con mi mano y efectivamente estaba caliente.

-Si me enfermo harás de enfermera con traje y todo.- Aseguro.-Podemos jugar a los doctores.- Pervertido.

-Noah.- Advertí. Él siempre se tomaba casi todo como un juego.

-Estoy bien, es algo normal en mí. - Pareció meditarlo durante un momento.- Bueno, en mi familia es muy normal, somos de sangre caliente.- Paso sus dedos por mi brazo causándome pequeños temblores.

-Creo que de eso me di cuenta, Bastian y Rick son muy calientes.- Bromee solo para hacerlo molestar. Agarro mi brazo con fuerza.

-No mires a otros hombres.- Noah no estaba bien. Lo supe cuando mire sus ojos. Se habían vuelto más claros, más fríos. Me recordó al hielo, y de alguna forma podría jurar que estaban cambiando.-Eres mía.

-¿Estas bien?- Pase mis nudillos por su mejilla, pude sentir como raspaba contra mis nudillos un principio de barba. El inclino un poco la cabeza como si quisiera más contacto.

-¿Crees que estoy bien?- El frio de su mirada comenzaba a darme miedo.- Cuando mi novia está babeando por mis primos.

-Yo no estoy babeando por ellos.

-Pero has pensado que son calientes.-Su mirada seguía puesta en mi.-Es tan injusto, que yo tenga que sufrir cada minuto del día por ti.-Abrí la boca bastante sorprendida.- Que no pueda mirar a otra mujer, pensar siquiera en tocar a otra me da nauseas.- Este chico estaba delirando de la fiebre.-Y tu si puedas hacer lo que se te viene en gana. - Me acuso.

-Noah estaba bromeando.

-Pues no me gusto tu broma.- Se levantó de la cama, su espalda y pecho se hallaban humedecidos debido al sudor. Cuando se levantó pareció marearse y termino sentado en el borde. - Ya me debería de ir.

-Noah estas muy enfermo.- Realmente estaba preocupada.

-No estoy enfermo.- Se levantó de nuevo esta vez decidido a llegar al balcón.

-No te vayas enojado.- Se veía mal, tenía que hacer que se quedara. Mire el reloj, tenía un par de horas antes de tener que irme a la escuela.-Noah estaba bromeando no los miro de esa forma.

-¿De qué forma?- Pregunto cuando ya se encontraba a mitad del camino. Me levante rápidamente y lo agarre de un brazo, tratando de que regresara a la cama. Pero era muy grande y mis esfuerzos eran inútiles. Pareció darse cuenta adonde quería que fuera y a paso lento logramos llegar.

Sentándose en uno de los bordes me tomo de la cintura y me coloco en su regazo, con una pierna a cada lado de sus caderas. Metió su nariz en mi cuello.

-De la forma en que te miro a ti.- Su cercanía me volvía tonta junto con sus caricias apenas y tenía neuronas.

-¿Y de qué forma me miras? -Pregunto aun en mi cuello, deslizando su nariz de arriba a abajo. Coloque mis manos alrededor de su cuello.

Por un partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora