No sabía si lo lograría o si saldría viva de esta, tenía en mis manos el collar y la cadena de color rosado. Subí las escaleras decidida a declarar la guerra.
Abrí la puerta con total confianza. Noah se hallaba tumbado en mi cama con mis bragas aun en su cabeza.
- ¿Que estas planeando, Cruela De Vil?- Preguntó, sin embargo no se movió de su sitio.
-¿Cómo te atreves a llamarme Cruela De Vil?- Fingí estar ofendida.- Te convertiré en pastel pequeño perro.-Le mostré la correa.
- ¿Qué piensas hacer con eso?- Sonó alarmado en ese instante si sé movió, sentándose en sus patas traseras.
-Te voy a sacar a pasear para que hagas del número dos. - Me escrutinio con la mirada.- No vaya a ser que te dé por cagar sobre mi álbum de fotos.
-¿No me vas a perdonar?- Me dedico una mirada de perrito mostrándome sus hermosos ojos.
-No.- Me acerque a colocarle el collar, para mi sorpresa se quedó quieto. Luego la correa de pasear.
- ¿Por qué rosa?- Pregunto molesto.
-Fue el único que encontré.- Salto fuera de la cama pero yo se lo impedí, jalándolo con fuerza por la correa. Obligándolo a quedarse en el mismo lugar.
-¿No vamos a salir?- Pregunto confundido.
Tome un extremo de la cuerda y lo amarre con fuerza a la cabecera de la cama.
-Sí, pero primero debemos vestirte.- Vi como empezaba a temblar.
-Aimi por favor.- Suplico. Me di la vuelta para dirigirme al salón, allí encontraba lo que buscaba.
Un pequeño vestido rosado con tutu. La venganza es dulce y rosa. Subí no sin antes tomar uno de los grandes lazos rosados.
Encontré a Noah mordiendo la correa tratando de liberarse. Cuando vio el vestido comenzó a ladrarme.
-¿Tú eliges por las buenas o por las malas?- Le di la opción.
-Por las malas. - Gruño.
Después de diez minutos de pelea, alaridos, quejas e insultos. Noah se hallaba vestido con el hermoso vestido y con el gran lanzo asegurado en su cabeza.
Lo desate de la cama. Trate de llegar a la puerta pero él no se movía.
-Vamos a salir princesa.- El gruño ante mi apodo.
-No saldré a ningún lado vestido así. Ya verás, me vengare.-Se veía ten tierno gruñendo vestido de princesa.
Necesito una foto.
Ese pensamiento me recordó que no tenía mi teléfono. Pero si tenía el de él.
Tome el móvil de Noah que se encontraba sobre mi mesa de noche. Le tome cinco fotos y dos videos. Después me los envié.
-Me cambiare para que salgamos.- Dije cuando me percate que seguía en pijama.
-No te detengas por mí. - Lo volví a atar a la cama.
-No lo hare.- Tome una camiseta y unos vaqueros, también la ropa interior. Para luego dirigirme al baño. Cerré detrás de mí.
Tome un baño y me asee.
Colocándome la camiseta verde y los vaqueros.
Salí del baño sintiéndome mucho mejor.
Noah seguí mordiendo la cuerda tratando de liberarse.
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Por un partido
Hombres LoboAimi intenta hacer feliz a todos sus amigos pero nada lograba hacerla feliz a ella. Pensaba que su vida siempre sería así. Ella es la típica chica en la que buscarías apoyo. Su vida simple se convierte en un huracán de humor, vergüenzas y sobre tod...