Capítulo 31: Ella es mi todo.

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¿Cómo se le dice a una persona la tan importante frase?

Respirando hondo abrí la puerta de mi habitación para encontrarme con la sonrisa de Noah. Se hallaba acostado en la cama mirando hacia la puerta claramente alegre.

Sentí como mis mejillas se calentaban al pensar en las palabras que acababa de decirle a Kacey.

-¿Que dijo tu prima sobre mi regalo?- pregunto con su mirada en mí. Observe la forma en la que su pelo se movió cuando con su mano lo peino hacia atrás.

-¿Qué?- Me hallaba perdida y nerviosa.

-¿Que pensó tu prima sobre mi regalo?- hablo con lentitud y fuerza sentí como su sonrisa burlona se burlaba de mí.

-Que está muy bonito.- me mantuve de pie cerca de la puerta, intentado parecer lo más seria posible.

-¿Eso es todo?- frunció el ceño que de alguna forma lo hacía ver adorable.

Aimi concéntrate. Un poco de agua fría en la cara ayudará.

-Sí ¿Esperabas algo más?- Comencé a caminar en dirección al baño.

-Quizás esperaba un poco más de entusiasmo. - Se levantó de la cama caminando hacia mí.

Instantáneamente me quede en mi lugar y comencé a temblar.

-¿Que sucede pequeña? Pareces asustada.- intento colocar sus manos en mis hombros pero yo me aparte.

-No me sucede nada.- mentí.

-¿Segura? ¿Te sientes mal?- intento nuevamente tocarme colocando su palma en mi frente pero casi chille.

-¿Que? No me siento mal.

-¿Estas segura? ¿Tienes cólicos?- A penas la palabra dejo sus labios hice una mueca de confusión.

-¿De que estas hablando?- pregunte.

-Es que tu olor...- Comenzó a decir despacio.

-Habla rápido Noah West.

-Puedo sentir tu olor cambiando, quizás te llegue mañana.- se encogio de hombro como si estuviese hablando del clima.

-¿Mi menstruación?- Joder no lo puedo creer.

-Pues sí.- Asintió.

Apreté los puños aguantando las ganas de arrancarle la cabeza. ¿Realmente estamos hablando de mi periodo?

-Dios. Noah West lárgate.- Señale la puerta.

-Pero...- Empezó a decir pero lo corte.

-Que te largues.

-Pero me quiero quedar.- hablo con rapidez para después hacer un puchero.

-Dudo mucho que te quieras quedar. Me voy a pintar las uñas.- dije como pretexto, aunque bajando mi mirada a las misma me di cuenta que realmente lo necesitaba.

-Quiero ayudar.- Siguió haciendo pucheros.

-Eres un hombre, trata de actuar normal. Yo te digo que me voy a pintar las uñas y tu sales corriendo de la casa.- explote.- Tú no puedes hablar de mi periodo.

-¿Es por eso? ¿Estas gruñona porque te viene el periodo?- pregunto.

Dios. Alguien que lo mate.

-Noah.- le grite escandalizada.

-Está bien. Me mantengo calladito pero déjame quedarme. Por favor.- rogó tomando mis manos en las suyas.

Por un partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora