Chicas aten a sus novios

10.9K 230 6
                                    

Creo que hay pocas sensaciones peores que esa que se siente cuando te levantas el primer día de clase y te das cuenta de que se ha acabado el verano.

-¡MMEEEEEEEEEELLLLLLL! ¡Hoy es el primer día de instituto de nuestro último año!

Esa era Lucy mi amiga, este año compartíamos piso porque conseguimos convencer a nuestros padres de que nos dejaran irnos a estudiar a un instituto de otra ciudad y otra provincia. ¿Cómo? Ni yo misma lo sé aún no me lo creo. Por cierto yo soy Mel, una pelirroja de ojos azules y pecosa.

-¿Puedes dejar de hacer tanto ruido? Intentaba dormir

-Pero si ya ha sonado el despertador, ¿cómo vas a seguir durmiendo?

-No puedo contigo.-Me levanté de la cama y me miré al espejo. No me había quitado el rimel de la noche anterior,menudo desastre.

-Creo que este año va a ser especial.

La hablaba mientras buscaba ropa que ponerme.- Creo que va a ser el último año de mierda en esa cárcel.

-No me gusta lo negativa que eres.

La miré y nos echamos a reír como dos locas. A veces parecíamos polos opuestos pero no sabía vivir sin esa alocado personita llena de energía y positivismo.

Me puse unas medias rotas de color negro, una camiseta corta, de estas que te llegan por el ombligo de encaje. Me encantaban esas camisetas porque dejaban ver mi pricing del ombligo. En cambio me solté el pelo y así nadie podría ver el tatuaje que tenía en la parte de detrás del cuello.

-Como vayas así alguno se lanza a tus brazos nada más verte.

Ella llevaba una camisa color azul, un azul tan suave que hace que te enamores de ese color, con un pantalón rosa fucsia que quedaba de muerte.

-Tú tampoco vas nada mal que digamos. Si yo fuera cualquiera de los patanes del instituto te llevaba al baño el primer día.

-Se me olvidaba lo burra que puedes llegar a ser.

-Bueno mi pequeña santurrona, creo que después de tanto jaleo podemos irnos ya a menos que quieras llegar tarde.

-Hay que ir ya y empezar con buenas impresiones.

Me cogió de la mano y me sacó a remolque de aquél apartamento. Caminábamos lentas charlando y disfrutando de que aunque se hubieran acabado las vacaciones el sol seguía brillando con toda su fuerza aún. Estábamos llegando al instituto cuando un chaval me hizo tirar la carpeta cuando me empujó.

-¿Puedes mirar por dónde andas?

-Perdón.-se quitó los cascos.-¿Decías?

-Mel, por favor el primer día ya no.-me susurró Lucy.

-Decía que si la próxima vez necesitas que lleve un chaleco reflectante para verme y no ser tan torpe de chocarte conmigo.

-Tranquila así no pasas desapercibida.- Recogió mi carpeta del suelo y me la dió.- ¿Sois nuevas aquí?

-No, yo soy la chica que se esconde en los armarios mientras daís clase y subsiste comiendo tizas.

-Perdonala, por las mañanas no es demasiado agradable. Somos nuevas ella es Mel y yo Lucy.

Íbamos entrando al instituto mientras esta grandiosa, maravillosa e inmejorable charla tenía lugar (espero que se note mi ironía)

-Un placer, yo voy ahora a biología, ¿qué teneís vosotras?

-¡Justo tenemos eso! ¿Puedes llevarnos?

La manía de gritar de Lucy a veces me ponía de los nervios y otras me encantaba. Por desgracia hoy me ponía de los nervios. Seguía a esos dos mientras charlaban, posiblemente sobre ositos de gominola o ponys de color púrpura. Cuando llegamos a clase la profesora aún no había llegado y faltaban alumnos también, pero los que estaban ahí se nos quedaron mirando como los que ven pasar las vacas al tren. Notaba la testosterona en el ambiente, los chicos me miraban de arriba abajo y las chicas me miraban con cara de '' ¿Y esa de dónde ha salido? ''Sencillamente me encantaba.

-Gracias por traernos Sean

-Nada un placer Lucy.

Al fin el plasta ese se fue. Tenía una cara de santurrón que no podía con ella. La verdad que el chaval era sexy, con unos ojos azules que llamaban la atención y un pelo moreno que les hacia resaltar más a sus ojos.

-¿Dónde nos sentamos Mel?

-Ven, sígueme.

Cogí sitio en la fila pegada a la pared con calefacción (soy previsora para el invierno) y además tenía a algunos chicos cerca.

-Chicos, ¿se sienta alguien aquí?

-No, no, podeís sentaros, ¿cómo os llamaís?

-Yo soy Mel y ella se llama Lucy.

Al poco de presentarnos una chica se avalanzó a besar al chico que nos preguntó nuestro nombre. ¿Marcando territorio? Esto va a ser interesante pensé. No pude evitar morderme el labio inferior, cada vez que me marcaba un objetivo lo hacía. Antes me gustaba pero ahora ya era algo automático que hacía sin darme cuenta. Lucy parecía residir en mi mente.

-¿Ya empezamos?

Me eché a reír. - No he hecho nada... Aún.

La profesora llegó y como no tenía libro me tuve que sentar con el chico ese. Jugueteé con el lápiz un rato pero como me aburría me quedé mirando al castaño musculoso que tenía al lado hasta que miró.

-No me dijiste como te llamabas, te interrumpió tu chica.

-Mi nombre es Lucas pero ella no es mi chica.

-¿Ah no? Se la veía tan...¿Cómo decirlo? Efusiva

-Es que se monta películas, no sé ni como decirla que me deje en paz.

-¿Quieres que te ayude?

Él se quedó impactado ante mi proposición. Mel, empieza tu juego, me dije.

-¿Qué sugieres?

-Es muy fácil.-Me reí de esa forma tan falsa pero picante a la vez. Le susurré al oído para que me viera la chica.-Solo hay que proponerselo para conseguirlo.

Era gracioso ver como comentaba con sus amigas mirándome mal. Puede que debiera respetar un poco que fuera su novio, pero él no lo reconoció. Así eran los chicos les dabas un poco y acababan comiendo de tu mano si sabías como tratarles. Aunque las chicas me echaran a mi la culpa tenían que saber con quien salen. Además me resultaba divertido y excitante.

Acabé el día con unos cuantos números de teléfono, fue un buen día en ese sentido. Pero en clase me dejaría de tonterías tenía que sacar una buena nota en batchiller para poder estudiar alguna deprimente carrera y renunciar a todos mis sueños. La verdad, no tengo ninguno pero de esta forma queda más bonito.

Podría contaros como se desarrollaron los dos primeros meses de instituto pero creo que será mejor resumiros. Conseguí lo que quería de Lucas, una noche algunos mimos en clase pero él sabía que no era el único. Algunos de una noche y otros de dos. Puede que penseís que soy suelta o todo lo que queraís pero si quiero irme a la cama con un chico, ¿por qué no puedo? Ellos saben lo que quiero, suelo dejarselo claro. Si alguno se ilusiona ya no es mi culpa.

Acabó la cuarta hora y salí de aquél baño con el pelo alborotado y Lucas detrás de mi. Ese chico sabía como moverse. El salió del baño mientras yo me retocaba el pelo y entró Sean

Nunca seré tu princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora