Empiezan las despedidas

1.9K 96 6
                                    

Bailamos durante horas que se me pasaron como segundos. Puede que a su vez la maría hizo que no echara tan de menos el alcohol para sentirme libre. Ese momento en el que bailaba con él y no podía dejar de reír, de disfrutarlo. Me sentía libre, como si aquél no fuera tan solo un instante en la eternidad del mundo. Como si fuesemos mas que solo dos puntos insignificantes en la historia del mundo. Me comenzaba a dar cuenta de que eso empezaba a ser algo grande.

La fiesta estaba apunto de acabar, no tenía ni idea de que hora podría ser.

-¿Quieres ver ya tu sorpresa?

-Estoy impaciente la verdad 

Cogió mi mano y me sacó del baile.

-Ahora viene lo divertido.

Tenía una venda en la mano.

-¿No creeras que me voy a poner eso verdad?

-Déjame ser un poco ñoño anda, que me hace ilusión.

Empecé a reírme y mirar a mi al rededor para garantizar que nadie me viera. He de decir que podía ser una tontería pero a mi esas cosas más que gusto me daban verguenza. Aunque si a él le hacía ilusión no me costaba nada...

-Espero que la sorpresa valga la pena.

-La verdad no se si te gustará o no pero me la voy a jugar.

-Ponmelá antes de que me arrepienta.

Me hizo caso, sabía que hablaba completamente en serio. Sentí sus manos frías poniéndome con sumo cuidado la venda en los ojos

-¿Ves algo?

-Sí, es que no te lo había comentado pero tengo visión de rayos X.

- No juegues conmigo que ahora dependes de mi.

-Serás flipado, no dependo de nadie

Me cogió por los hombros y retransmitió una especie de vibración en mi con sus manos.

-¡Sean! ¡Me vas a hacer caer!

-¿De quién dependes?

-De ti, pero solo ahora.

-Ahora y siempre pelirroja.

-¿Cómo voy a andar ahora?

-Cámbiame de tema que no te va a servir para nada. Pues fácil. 

A los pocos segundo me cogió y noté como estaba posada en su hombro cargándome como un saco de patatas

-Esto me empieza a no hacer ni puta graia

-¿Sabes lo fea que te pones diciendo palabrotas? No seas quejica.

-Peso mucho nos vamos a caer.

-¿Qué pesas mucho? No seas idiota, puedo contigo de sobra.

-Perdón, es que se me olvidó que a mi novio hay gente que le llama ''La Maza''

-Me gusta oírte decir mi novio.

-Pues no te acostumbres

-¿Por qué?

-Tendré que hacerte rabiar con algo, ¿no?

-Que mala, Mel.

-Pero me quieres

-Y mucho pero intentaré que no te lo tengas tan creído

-¿Falta mucho?

-La verdad es que no

Al poco me puso en el suelo. No había estado tan incómoda como creía pero no me gustaba eso de hacerse el fuerte cogiéndome. Sabía andar aunque con la venda pudiera ser complicado. Mejor no pensar más

Nunca seré tu princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora