jugando con fuego

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¿Por qué siempre que me proponen algo acepto? No lo entiendo, vale, sí me gustan los retos pero es que siempre acabo metiendo la pata hasta el fondo. Lo peor es que cuando llegué a casa y le expliqué lo que había pasado a Lucy se alegró ¿Hola? ¿Desde cuándo mi amiga se había vuelto en mi contra? Aunque eso no fue lo peor de la semana. Igual alguno de vosotros ha oído hablar de el proyecto de pueblos abandonados. Al principio de curso me apunté con Lucy porque este año el instituto nuevo tenía plaza y poco antes de ir nos tenían que concretar quienes íbamos porque tuvieron una serie de problemas y al final nos lo decían la semana antes.

-Bueno chicos, al fin hemos realizado la lista de alumnos que iran a la actividad de recuperación de pueblos abandonados, os lo dejo en el corcho. Ahora abrid la página por..

-Preguntar cosas para no dar clase.- susurró alguien.

Empezaron a hacerle mil y unas preguntas con relación a la actividad mientras yo me dedicaba a hacer rabiar a Lucy. Cogí su agenda y empecé a hacer garabatos. Pero ella me la cogió (se sentaba a mi derecha en esa clase), se hizo un poco la ofendida pero sabía que se estaba partiendo. Hacía como que estudiaba pero no la iba a dejar.Cogí su libro en cuanto se dió la vuelta a mirar que había en su mochila

-Mel, venga, dámelo.

-¿Pero cómo puedes pensar en estudiar? La semana que viene nos vamos a ir a estar una semana con chavales de otro instituto.

-Bufh, ya podría ir algún Raúl González.- era un chico que es  un año más mayor que nosotras e iba a nuestro antiguo instituto, os quedarías mirándole a esos ojos azules, su sonrisa... pero no os engañeís es mío. Mientras soñar sea gratis, claro.

-No me digas eso que me pongo mala.-empecé a abanicarme con un libro.

-¿Ya te entran sofocos?

-Es que me va mal.-empecé a reírme y me tapaba la boca para queni me viera ni me oyera el profesor que estaba entretenido respondiendo preguntas.

-Mel, sorprendeme, ¿de que te ríes?

-Imaginate llegar, salir del bus y gritar ¡BUKAKE!- Por favor no me juzgueis esa palabra independientemente de lo que signifique es muy graciosa, como manatí.

-Joder macho, siempre igual.

Se hizo la ofendida, culpa suya por preguntar pero en realidad solo se reía por dentro, o eso esperaba. Poco a poco empecé a sacarla libros de la mochila, uno a uno hasta que tenía una montaña de libros en mi mesa.

-Lucy, ¿me puedes dejar un segundo el libro de literatura?

-Sí, espera.-miró su mochila vacía.- Serás puta. Ahora los metes tú

-¿Insinuas que tengo experiencia?

-Eres una guarra

-Y tú una mal pensada. 

Cuando la di los libros cogió su mochila y la abrazó como si fuera un oso de peluche, la verdad resultaba tierno verla. Permanecía sin molestar, aburriendome como una ostra hasta que a mi pelo llegó una tiza.

-Serás cabrón.-le dije a uno de la clase. No sabía donde se había metido, me encantaban esas batallas de tizas entre clases aunque la puntería no fuera mi mayor fuerte. Siempre tenía una o dos tizas en el estuche, como gomas. Había clases en las que me dedicaba a cortarlas para luego usarlas.

El resto de la clase me la pasé tirando tizas lo más lejos que podía, pero no siempre daba a quien quería. Mi fiel archivador sirvió de escudo por suerte. Pero creo que lo más gracioso de todo fue cuando el profesor se levantó y casi se cae pisando un trozo de tiza. Enserio, esos días son los mejores en los que no haces nada y te pasas la hora tirando tizas o picando a tus amigas.

-Por fin hemos acabado el día

-Vamos a ver la lista, corre recoge

¿Cómo podía revolver tanto mi pupitre? Siempre acababa saliendo la última de clase.

-Voy, dame tiempo.

-Vena, vamos tic toc tic toc.

-Si tanta prisa tienes ve mirándolo pero acabaré por meterte el tic toc por...

Por fin acabé de cerrar la mochila y fui con ella a verlo, vi mi nombre pero no el suyo

-¿Enserio? ¿Tiene que ser una broma?

-Jope, con laas ganas que tenía de ir.

-Si tú no vas yo tampoco

-No digas tonterías Mel, tienes que ir. Sabes que te lo pasarás genial

-No porque si no voy contigo ¿Con quién voy a estar?

-Me presento candidato para ser tu compañía

Una voz de chico, melodiosa surgió detrás de mí. Como no, Sean

-¿A tí de pequeño no te enseñaron a no meterte en conversaciones ajenas?

-Empiezo a acostumbrarme a que siempre seas tan borde.

-Cuidado, Sean, si las miradas matasen te estaría matando ahora mismo.

-Una suerte que no sea así, ¿verdad?

-Estoy de acuerdo con él. Pues ya está Mel, no estarás sola.

-Ya pero tú estarás sola en casa.

-Es una semana no es el fin del mundo. Deja de ser tan dramática.

-Luego soy yo la borde.

-¿Te he dicho lo romántico que puede ser un pueblo?- Sean se acercó a mi y me susurró al oído- Luna, estrellas, aire libre... 

Me di la vuelta y le miré directamente a sus ojos con una sonrisa de autoconfianza. 

-¿Sabes lo que puede doler una patada en tu miembro ahora mismo? Piénsalo yo, mi pie y tu miembro

¿Por qué se reía? Le estaba amenazando no contando un chiste este chaval no sabía con quien se estaba metiendo

-Haya paz, bueno me prometes que vas a cuidar de mi amiga en ese pueblo, ¿verdad?

-Claro Lucy, no se me ocurre mejor compañía.

-Juegas con fuego chaval

-¿Lo dices por el color de tu pelo?

-Ya te gustaría a ti que solo fuera ppor eso. No sabes con quien vas a dar.

-Más bien todo lo contrario y te recuerdo que nuestro juego ya ha empezado

-Sí, va pasando el tiempo y no consigues nada.

-¿Segura? No está bien mentir, tan si quiera a ti misma.

-Eres un flipado O'donnell 

-Ya pero se que cuanto más me vas conociendo más quieres conocerme y más te gusta como soy. Tranquila pequeña se como cuidar a una dama.

Dicho esto salió de la clase y yo me quedé frustrada de no poder decirle un par de cosas más. Maldicto moreno

Nunca seré tu princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora