Nunca seré tu princesa

Una mala vuelta a casa

No sabía donde estaba Andrea. ¿Qué hacía ahora? Opté por ir andando a su casa. Hacía frío y empezó a llover.

"Joder Mel te estás coronando" me dije a mi misma.

Iba caminando y notando la humedad hasta en mis huesos. Empezaba a estornudar y tenía la piel de gallina.

Al menos el camino fue tranquilo sin gente parando del coche a decirme algo ni nada. Lo cual, era de agradecer. El teléfono me sonó pero no lo cogí porque era Gabi y no me apetecía ni verle. Al fin llegue a la casa Andrea se quedó impactada de como llegue.

-¿Mel qué haces así?

A partir de ese momento no me acuerdo demasiado bien de lo que paso. No podía dejar de temblar y me empezaban a temblar las piernas de forma incontrolable. Me sentía ida como si no fuera yo.

Sus padres me llevaron al hospital y alli me dijeron que al haber estado tanto tiempo expuesta al frío y la lluvía mi temperatura corporal había bajado y tenía hipotermia. Pero lo habían cogido bien asi que no corría riesgo.

El mayor susto fue cuando mientras me llevaban al hospital porque me quedé inconsciente. Cuando desperté en el hospital vi a Gabi sentado en una silla al lado de mi cama. La verdad que su pose era perfecta para su apariencia porque el parecía un chico serio y tradicional pero no era para nada así. Al menos la mayoría de veces. Estaba sentado con la cabeza apoyada en la pared, los brazos cruzados y mirando hacia alguna parte del techo. Antes de darme cuenta volvió la mirada hacia mi me miró preocupado.

-Mel.

-¿Cuándo salgo de aquí?

-No lo sé pero hiciste una locura. Te estaba llamando para ir a por ti.

-Si te crees que voy a estar cuando tu quieras y cuando no quieras desapareceré estás muy equivocado.

Si estás bien solo, no tienes que preocuparte que ya te dejo.

-No quería decir eso. Solo estaba enfadado porque mis amigos estaban jodiendome.

-¿Jodiéndote? Creo que deberías saber como soy. Me da igual lo que digan ellos, sé la relación de amistad que tenemos y para mi eso es suficiente.

-Lo sé pero se me fue la pinza.

-¿Por qué?

-Por nada, solo se me fue, es simplemente eso.

-Anda, sabes de sobra que no me voy a creer eso.

Una enfermera entró en la habitación. Era una chica rubia parecía que tenía unos 26 años. Comprobó mis constantes y me cambió lo que tuviera en un gotero. Finalmente me colocó un termometro. Después de comprobarlo, al fin habló.

-Si sigues recuperando temperatura mañana por la mañana te darán el alta.

-Muchas gracias. A ver si tengo suerte.

Dije intentando fingir simpatía. Parece que lo hice bien porque la enfermera se fue con una sonrisa.

-Me alegra que salgas pronto.

-Por más que huyas del tema no estare bien contigo hasta que me lo cuentes.

-Joder, sabes que si no te lo cuento es por algo.

-Pues entonces no tenemos más que hablar.

-Lo siento, si quieres eso me ire. Diré a Andrea que entre.

-No digas que yo quiero eso. Es lo que buscas tú al no contarmelo.

-Es que sé que es lo mejor.

-Adiós.

Nada más irse Gabi entró Andrea como si le estuviera dando el relevo.

-Vaya susto nos has dado

-Lo siento. Solo iba a casa.

-Tenías que haberme llamado o haber ido con Gabi.

-Me enfadé con él y no pensé mucho. Lo siento sé que me pasé pero no imaginaba que me iba a pasar esto.

-Por cierto Mel. Antes ha venido un chico preguntandome por ti y sigue en la sala de espera.

-¿Un chico?

-Sí, no le había visto en mi vida

-Que raro si no conozco nadie aquí.

-Fijo que es un admirador secreto

-Dile que pase a ver quien es.

Salió de la habitación. A los pocos instantes volvió.

-Ya no hay nadie. Se debe de haber ido.

-Pero, ¿te habló?

-Claro, me pregunto que si te conocía y cuando le dije que si me preguntó como estabas. Es más, cuando Gabi salió y me dijo que te habías despertado seguía aún sentado.

-Pues que raro, ahora me voy a quedar con la intriga.

- Que cosa más rara

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Hola, me encantaría que me fueraís diciendo lo que os va pareciendo para tenerlo en cuenta en futuros capítulos. Gracias por leer mi nove :D